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La vida manda (1944)

La vida manda
106 min.
6,9
767
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Tráiler (INGLÉS)
Sinopsis
Retrato de la clase media británica narrado a través del discurrir de la vida de los miembros de una familia londinense, Frank y Ethel Gibbons y sus tres hijos, cuyas historias ejemplifican los cambios sociales que tienen lugar a lo largo del periodo de entreguerras. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Años 20 Años 30
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
This Happy Breed
Duración
106 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Noël Coward
Links
Premios
1947: National Board of Review: Mejor actriz (Celia Johnson)
"Lean, cineasta genial, logra que sea su mirada como director, la reposada puesta en escena, sensible, atenta, la que haga nueva una historia en el fondo convencional, que el espectador ya conoce"
[Diario El País]
7
La trastienda de una nación de jardineros
El debut en solitario de David Lean como cineasta ya muestra evidentes signos de su talento y sensibilidad, que lo convierten en uno de los títulos más injustamente subvalorados de su filmografía, y eso que él mismo lo consideraba uno de sus favoritos. La crónica de las alegrías y dolores de una familia londinense durante los veinte años que separan las dos guerras mundiales, tiene ineludibles parentescos con otras elogiadas y premiadas producciones de la época, particularmente dos emblemáticas cintas de William Wyler que ganaron el Oscar: "La señora Miniver" (1942) y "Los mejores años de nuestras vidas" (1946). Y la verdad es que "La vida manda" iguala e incluso supera a la primera, y en determinados momentos casi alcanza el nivel de esa obra maestra que es la segunda.

Y si llega tan lejos no es precisamente por los orígenes teatrales de la eficaz pero convencional pieza original de Noel Coward, sino por los méritos personales de Lean, como queda demostrado en sus muchos detalles de puesta en escena y el sentido cíclico con el cual se va desenvolviendo la historia desde su espléndida secuencia inicial hasta el desenlace. Lo que pudo ser un simple instrumento manipulador en tiempos de guerra, excesivamente patriotero y propagandístico, se convierte en manos del cineasta en un entrañable retrato familiar que no excluye críticas al sistema y la sociedad británica, conducido con un ritmo ágil y una envidiable precisión narrativa, lleno de viñetas hogareñas sobre las cuales planea siempre la sombra del conflicto bélico, marcando el compás de la historia y a la vez permitiendo apreciar detalles y personajes secundarios como los de la abuela y la tía, cuyas afiladas discusiones son particularmente divertidas.

“No nos gusta ir rápido en este país”, reflexiona en un momento el señor Gibbons junto a su esposa (aunque en esta pieza de conjunto todo el reparto es muy sólido, destacan las notables actuaciones de Robert Newton y Celia Johnson), agregando que “es como la jardinería: alguien una vez dijo que éramos una nación de jardineros, y no estaba equivocado. Nos gusta plantar cosas y verlas crecer, mirar los cambios en el tiempo”. Esas palabras reflejan a la perfección la esencia de "La vida manda", que tan bien supo captar Lean: por sobre los ineludibles estereotipos, en las conversaciones entre padres e hijos, en los pequeños momentos cotidianos que revelan la felicidad y la tristeza, mientras en la historia avanzan los años se siente la realidad, la vida misma desfila frente al espectador.
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21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
NEORREALISMO BRITÁNICO
Está claro que David Lean no es Vittorio de Sica o Rosellini ni el Londres de entreguerras que retrata la película es el industrial Milán o la paupérrima Roma, pero es común a todas las filmografías de los años cuarenta representar la vida con como mínimo cercanía. Eso no quiere decir que para dibujar una postal verídica haya que bajar la cámara a ras de suelo de la calle. En el caso de David Lean más bien sobrevuela Londres para quedarse bien guarnecida en la casa de una luchadora familia inglesa de clase media. Y se podrán poner todos los peros a este realismo teatral, pero efectos parecidos los encontramos en por ejemplo "Los mejores años de nuestra vida" de Wyler por los mismos años, otro film que elude el escapismo.

Y con ese marco, lo que vemos dentro del cuadro se apodera poco a poco de nosotros llegándonos a emocionar. Las relaciones paternofiliales, las diferentes posturas ante la vida de las diversas generaciones representadas, las costumbres y hábitos de cualquier familia inglesa del momento, el devenir político de Inglaterra, con la aparición del comunismo, las huelgas, el fascismo, la política de no confrontación... siempre eso sí sin caer en el estudio sociológico o en la épica histórica ya que lo que a Lean le interesa son los seres humanos y las relaciones entre ellos.

Si a este último punto colabora con éxito el genial texto de, una vez más, su maestro Coward, el principal sostén serán los actores. Una magnífica Celia Johnson que respira vida en cada milímetro de su rostro, un sereno y efectivo Robert Newton y unos secundarios que superan el estereotipo aunque partan de él.

Al final, la película es mucho más que el Cuentame inglés de los años cuarenta, es toda una reivindicación de talento y un buen cimiento para lo que más tarde dará de sí el cine de Lean.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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