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Tambores de Tahití (1954)

Sinopsis
La reina Pomare de Tahití convence al millonario norteamericano Mike Macklin de que colabore en la lucha para independizarse de Francia... (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras 3-D
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Drums of Tahiti
Duración
73 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
5
Contrabando de sentimientos
De una sencillez apabullante, su correcta como tranquila factura no te desanima. En la época que se desarrolla la acción aún no estaban los mapas políticos definidos, y por Tahití, la mayor isla de los mares del Sur, pugnaban los ingleses aunque estaba en poder de las usurpadoras garras de los franceses. Estas islas les viene bien para hacer pruebas con sus bombas atómicas, menos mal. Si no las harían lo más cerca posible de nosotros.
De Tahití no vas a ver nada de costumbres nativas ni folklore; un baile bueno, por la bailarina, y tambores, una vez. La reina del lugar, Pomare, una mujer mayor con evidente sobrepeso me ha llamado la atención. Como nadie pasará por esta película en años, me extenderé un poquito. Llevo algo leído sobre aquellos lugares y lo normal era encontrarse con un jefe nativo, a pesar de ello, sí que es cierto que la familia Pomare creó una dinastía para regir al pueblo. Lo que no me entra en la cabeza es el cariño y la admiración que siente por el americano (Dennis O´Keefe) que le hace parecer más a una mujer de trato americano sureño, estilo viuda dueña de miles de acres y capataz de multitud de vaqueros, que de trato nativo.
De hecho el americano toma partido por los ingleses y decide inmiscuirse en la contienda. Ahí se comprende porque los americanos tienen que meter las narices como sea y donde sea, y más si la película es de ellos. La contienda no tiene mucha razón de ser porque los nativos por muchos rifles que tuvieran no se les ve que fueran belicosos, y si lo fueran, peor para ellos.
Por tanto, la película tira más para el lado sentimental, un romance transoceánico y eso la salva porque desde el numerito del caballo loco hasta el fin, tiene un devenir agradablemente relatado.
Molesta un poco que una travesía que se supone debería ser de meses y más meses, atravesando todo el Pacífico (Tahití - San Francisco), en una mierda de barquito a vela que se ve que es para comercio entre los atolones, de la impresión que se solventa en cuestión de pocos días. Pero de todas formas no hacer caso de este comentario..., es que yo pertenezco a la Sociedad de los Tiquismiquis.
La película fue en 3D, y en el cine aquella vez quedaría algo impresionable, para hoy, los efectos están desactivados.
Mi consejo es que sigáis vuestra singladura hasta otra película, yo paré para hacer escala.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
SIN REPROCHES
Interesante aventura ambientada durante el periodo colonial francés en la Polinesia, que W. Castle dirige con sobriedad pero con la vitalidad y acierto de tantas veces.
El guión es vivaracho, colorista, de gran dinamismo y sabe proporcionar a cada escena la carga dramática requerida cuando el argumento lo demanda.
La presencia de D. O´Keefe se encuentra muy bien complementada por su oponente en la historia -F.L. Sullivan- y entre ambos componen una pareja de protagonistas muy solvente y de notable eficacia en la pantalla.
Y aunque los efectos especiales de 1954 hoy resultan ingenuos, al espectador actual no le cuesta aceptarlos sin demasiado reproches.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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