Tráiler (RUMANO subtitulado en INGLÉS)
- Sinopsis
- Principios del siglo XIX. Costandin, un policía local, es contratado por un boyardo para dar con el paradero de Carfin, un esclavo gitano que huyó de su propiedad después de mantener un romance con su esposa, Sultana. Costandin empieza a perseguir al fugitivo, dando comienzo, así, todo un viaje lleno de aventuras. (FILMAFFINITY)
- Género
- Aventuras Drama Western Comedia Siglo XIX Esclavitud Racismo Comedia dramática
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2015 / Rumanía
- Título original:
- Aferim!
- Duración
- 108 min.
- Guion
- Fotografía
- (B&W)
- Compañías
- Coproducción Rumanía-Bulgaria-República Checa-Francia;
- Links
Premios
El tiempo de los gitanos
25 de noviembre de 2015
Esta verborreica película rumana (sus protagonistas y el resto del reparto hablan incansablemente durante toda el metraje, sumándose a su locuacidad el ruido y el caos del ambiente), narra una historia localizada en la primera mitad del siglo XIX en Rumanía. Un guardia y su hijo persiguen a un fugitivo gitano acusado por el boyardo de haber cometido adulterio con su esposa.
Nada que discutir de su buen aspecto visual, con una buena labor de fotografía en blanco y negro y una planificación y montaje más que competentes. No se puede decir, sin embargo, que la cuestión narrativa esté a la altura, aunque se trata de una curiosidad que, en ocasiones, es hilarante por su socarrón tono cómico (ese discurso del cura sobre los tópicos nacionales europeos, etc) y, en cualquier caso, merece verse.
Nada que discutir de su buen aspecto visual, con una buena labor de fotografía en blanco y negro y una planificación y montaje más que competentes. No se puede decir, sin embargo, que la cuestión narrativa esté a la altura, aunque se trata de una curiosidad que, en ocasiones, es hilarante por su socarrón tono cómico (ese discurso del cura sobre los tópicos nacionales europeos, etc) y, en cualquier caso, merece verse.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Formalmente perfecta y novedosa pero abusa del recurso
12 de febrero de 2015
AFERIM! Deviene un ejercicio cinematográfico pertrechado de no pocas estimulantes intenciones y condicionamientos estéticos de partida, a los que, lastimosamente, una ostensible falta de calculo reiterador acaba por menguarle los logros inherentes a la sus de las dificultades e intereses escénicos. Radu Jude, su joven creador, se postula como un nada desechable conocedor de las potencialidades estéticas de la cámara, de ahí que, en el terreno de la forma es en donde el film acumula sus más reconocibles logros.
Acostumbrados como nos tiene el cine rumano a ejercicios fieramente adscritos al terreno de la más honesta e insondable crudeza expositiva, AFERIM!, en primer término, llama poderosamente la atención por aventurarse a proponer una narración que emplaza como marco espacio-temporal la recóndita pobreza rural de la tercera década del siglo XIX. El relato se inicia con la presentación de dos personajes que ya no abandonaremos durante todo el metraje de la función; se trata de Constandin, una especie de vasallo policial de la época, y su hijo. Ambos, a lomos de sus respectivos caballos, se pasean por la vasta región tratando de capturar al fugado esclavo de un poderoso señor feudal que lo acusa de haber seducido a su esposa.
El film se constituye en torno al seguimiento del periplo. El guión dispondrá de multitud de personajes en su camino, cada uno de ellos saldado con una especie de sentencia de Constandin, a quien vemos siempre empañado en aleccionar a su hijo. AFERIM! Aprovecha al máximo las posibilidades que le presta la utilización de un luminoso blanco y negro, por cuanto el realizador, además, impone una puesta en escena de clara intencionalidad retrospectiva, es decir, una puesta en escena que tata de emular los modos escasos, rudimentarios y expresivos del cine mudo de los pioneros.
Esta decisión abunda positivamente en el aire de cuento antiguo, de narración primitivamente ingenua con la que Jude resuelve la singularidad de la trama convocada. Sin embargo, pese a lo loable de la propuesta, el rumano se muestra incapaz de introducir alguna solución formal distinta de la de la utlización de largas panorámicas encuadrando el lento galope de los protagonistas, y de las de escenas de masas corales, agrupando sin detalle el movimiento de los personajes dentro de cuadro. Consecuencia de ello, AFERIM! acusa una lastradora monotonía mostrativa allí donde la novedad de esa utilización primaria de fotografía, definición estética de los personajes e interpretación de actores reclama un vuelo que no se le es facilitado.
Acostumbrados como nos tiene el cine rumano a ejercicios fieramente adscritos al terreno de la más honesta e insondable crudeza expositiva, AFERIM!, en primer término, llama poderosamente la atención por aventurarse a proponer una narración que emplaza como marco espacio-temporal la recóndita pobreza rural de la tercera década del siglo XIX. El relato se inicia con la presentación de dos personajes que ya no abandonaremos durante todo el metraje de la función; se trata de Constandin, una especie de vasallo policial de la época, y su hijo. Ambos, a lomos de sus respectivos caballos, se pasean por la vasta región tratando de capturar al fugado esclavo de un poderoso señor feudal que lo acusa de haber seducido a su esposa.
El film se constituye en torno al seguimiento del periplo. El guión dispondrá de multitud de personajes en su camino, cada uno de ellos saldado con una especie de sentencia de Constandin, a quien vemos siempre empañado en aleccionar a su hijo. AFERIM! Aprovecha al máximo las posibilidades que le presta la utilización de un luminoso blanco y negro, por cuanto el realizador, además, impone una puesta en escena de clara intencionalidad retrospectiva, es decir, una puesta en escena que tata de emular los modos escasos, rudimentarios y expresivos del cine mudo de los pioneros.
Esta decisión abunda positivamente en el aire de cuento antiguo, de narración primitivamente ingenua con la que Jude resuelve la singularidad de la trama convocada. Sin embargo, pese a lo loable de la propuesta, el rumano se muestra incapaz de introducir alguna solución formal distinta de la de la utlización de largas panorámicas encuadrando el lento galope de los protagonistas, y de las de escenas de masas corales, agrupando sin detalle el movimiento de los personajes dentro de cuadro. Consecuencia de ello, AFERIM! acusa una lastradora monotonía mostrativa allí donde la novedad de esa utilización primaria de fotografía, definición estética de los personajes e interpretación de actores reclama un vuelo que no se le es facilitado.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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