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K-11 (2012)

K-11
88 min.
3,9
50
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Trailer (INGLÉS)
4
Rara mezcla.
Una extraña y mediocre (tirando a mala) película. En ella un adinerado productor musical es encerrado en una prisión sin importar porque dentro de un modulo reservado para homosexuales. Dicho esto, la seriedad es nula, todos los allí encerrados son extravagantes locas y se meten de lleno en todos los tópicos banales de las peores producciones centradas en las prisiones, drogas, carceleros abusones, etcétera, etcétera.
No doy más detalles concretos por no chafar el film ya que el único interés que tiene es ver este submundo de homosexuales y travestis encerrados en una escena que roza el ridiculo. Película muy simple, casi estúpida pero que no se hace pesada de ver.
PD: Los personajes de Butterfly y Mousy son mujeres en la vida real, así que no sintáis remordimientos, jeje.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Prisión rara y risible... en el mal sentido.
Bajo una influencia severa de drogas y con cargos de homicidio, Ray (Goran Visnjic), un productor musical, es llevado preso a una institución que tiene la pinta de ser normal, en donde Gerald (D.B. Sweeney), un oficial corrupto, le toma y lo lleva a una celda extraña, en donde permanece Butterfly (Portia Doubleday), un preso travesti que lo ayuda a recuperarse de su estado.

Gerald inconforme regresa para tomar a Ray y llevarlo a una sección “especial” que lleva el nombre de K-11. Un lugar totalmente desconocido y peligroso, en donde todo es controlado por Mousey (Kate del Castillo), un preso travestido de mujer con mucho poder en el lugar.

Desesperado, Ray hará todo lo posible para intentar contactar a alguien que lo pueda ayudar a salir de ahí, mientras sobrevive al ambiente violento en prisión.

Con esta historia se nos encierra en "K-11", una película llena de policías incompetentes, travestis exageradamente sexys, pasarelas de moda, y asesinatos ridículos.

El argumento escrito por la directora Jules Stewart y Jared Kurt es simplón. Con diálogos dispersos y flashbacks innecesarios que en lo único que ayudan al espectador es en confundirlo.

La prisión planteada es ridícula y fantasiosa. Los presos pueden realizar cualquier cosa sin ningún tipo de represalias. Tal como plantar una red de narcotráfico indiscriminadamente, consumir cocaína enfrente de un custodio y asesinar a otros presos sin sufrir ninguna consecuencia.

El protagonista es incomprensible. Al principio se plantea como un hombre desesperado por salir del lugar, pero inmediatamente hace acciones ridículas que dicen todo lo contrario. Tal como comer dulces robados de una expendedora, cómodamente sentado y acompañado de otro preso en su cama. O incluso dejar de llamar a contactos que lo puedan ayudar, para intentar tomar una relajante ducha.

La mayoría de los personajes caen en estas acciones ridículas y risibles, suplantando inconscientemente el tono “misterioso” por uno desagradablemente cómico. En donde se llevan al mismo tiempo pasarelas de moda y violaciones entre los convictos, hasta saqueos inmaduros a máquinas expendedoras y asesinatos violentos.

La realización de Stewart tiene la misma calidad del guión; deplorable. La excesiva sexualización de algunos de los convictos travestis le arrebata la poca credibilidad que tenían estos personajes. Los mínimos efectos especiales que tiene la cinta, a pesar de que cumplen con su cometido narrativo, son de mala calidad.

La fotografía de Adam Silver es aceptable, al igual que las interpretaciones por parte de Goran Visnjic, Portia Doubleday y Kate del Castillo. Mientras que los demás actores se sienten inorgánicos y muy desapegados de sus personajes.

Finalmente "K-11" maneja torpemente el tono intencionado de la película, mientras que otro tono risible y cómico se asoma sin intención de los creadores. Provocando como resultado risas confusas respecto a una cinta “seria”, mala y floja.

Jonathan R. González Muñoz
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