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Que la fiesta comience (1975)

Que la fiesta comience
120 min.
6,5
155
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Premios
1975: Premios César: 4 Premios. 7 Nomin. incluyendo Mejor Película
7
“La iglesia tiene el poder, pero es escéptica respecto a Dios”
Bretaña (Breizh), ocupa una península en el extremo occidental de Francia, localizada entre el Canal de la Mancha, el mar céltico y el mar de Iroise, y el Golfo de Viscaya. Sus habitantes son los bretones y es la región francesa con la costa más larga (1.100 kms, sin contar sus numerosas islas). Desde 2004, viene siendo administrada por el PS (Partido Socialista), en alianza con los verdes y otros partidos de izquierda.

Durante el inicio de la Regencia (establecido tras la muerte de Louis XIV en 1715, dado que el heredero, Louis XV, tan solo tenía 5 años al recibir el trono), aunque hubo un notable progreso económico, la credibilidad en el Estado estuvo en un nivel muy bajo ya que el poder recayó en, Philippe, Duque de Orléans, quien gobernó (entre 1715 y 1723) estrechamente ligado a la alta nobleza y a los parlamentarios. Como ministro principal del Estado tuvo a Guillaume Dubois, un clérigo y estadista que se convirtió en especialista en la diplomacia secreta y tuvo una alta influencia como su consejero, ya que, además era quien, con frecuencia, le proporcionaba a sus amantes… pero lo “secreto” de ésto último, era un correveidile a campo traviesa, pues, hasta en cantos se hacía eco de sus aventuras licenciosas.

Éste y otros aspectos de la vida del regente, Philippe de Orléans y su estrecha amistad con el abate Dubois –tan libertino como él-, es lo que nos trae el director, Bertrand Tavernier, en esta película que no tiene pelos en la lengua para desvelar hechos que, deplorablemente, no son solo cosas del pasado.

El guion, escrito por Jean Aurenche y Bertrand Tavernier, toma como punto de partida el domingo de ramos de 1719, cuatro años después de la muerte del rey Louis XIV. Se hará referencia a la conspiración bretona en la que se alían con Inglaterra para enfrentar a España, y también se recrea la Conspiración de Pontcallec, un intento de levantamiento liderado por el marqués de Pontcallec, quien se oponía a los altos impuestos decretados por la regencia y con la pretensión de derrocar a Philippe, en favor de Felipe V de España.

La película cumple eficazmente al recrear la hipocresía y el alto poder de la iglesia sobre los gobiernos de ciertas regiones del mundo, y también deja al desnudo la manera como se usa a Dios como instrumento de manipulación… mientras internamente, algunos prelados se ríen de la fe. Infortunadamente, Tavernier cae en la trampa de mostrar con complacencia y buen humor los placeres que disfrutaban aquellos gobernantes… y la crítica, así, se difumina un poco, pues, nos convierte en gustosos cómplices de los encantos de la carne.

Como en, “L’Horloger de Saint-Paul”, de nuevo son los notables, Philippe Noiret y Jean Rochefort, los principales protagonistas; y el reparto lo complementan: Jean-Pierre Marielle como el marqués de Pontcallec, Christine Pascal (Emily), Monique Lejeune (Madame de Sabran), y la encantadora Marina Vlady, representando a Marie Madeleine.

<<QUE EMPIECE LA FIESTA>>, es de esas historias que hay que ver con un firme sentido crítico porque hay instituciones que, a lo largo de los siglos, siguen dando pena.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
patinazo de Tavernier
Película difícil fuera del público francés; aún así deben de ser franceses con un conocimiento de la historia de la Regencia de F. de Orleans. Fallida tanto en cuanto a contar la "Historia" ya que se deja llevar por interpretaciones tópicas, fuera de la historiografía francesa actual, como fallida en cuanto al tono de la historia que cuenta ya que el tono de comedia y farsa junto a la reflexion melancólica, no funciona y cae en el esperpento me temo que sin pretenderlo.
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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