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Estado de la unión (Miniserie de TV) (2019)

Estado de la unión (Miniserie de TV)
10 min.
6,5
1.440
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Trailer oficial HD (INGLÉS)
Sinopsis
10 episodios. Louise y Tom quedan en un pub, justo antes de su sesión de terapia de pareja. Cada episodio indaga en cómo fue su vida. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Comedia Comedia dramática Miniserie de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
State of the Union
Duración
10 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
Brexit conyugal
Sobre la serie nada malo puedo decir. El guion es inteligente; lleva la comedia de buena manera para que nunca parezcan los chistes cosa artificial; las discusiones previas a las citas de la terapia se revelan como el auténtico tratamiento marital por cómo van tallando certeramente las tensiones que los han llevado a esta situación. La dirección no se acomoda y aun repitiendo cada capítulo su estructura, comparando plano a plano veríamos diez capítulos siempre distintos. Los actores, esencial su buen hacer en una producción de este tipo, están estupendos. La musiquilla de jazz está muy bien, dando empiece y cierre a cada capítulo y homogeneidad a la serie al completa. Mi nota, creo, premia todo esto.

Sin embargo, la razón que me ha llevado a escribir este comentario ha sido una sensación que me ha surgido después de ver la serie. Una sensación de no haber hecho las cosas bien. Que esta serie tenga solo diez capítulos y estos duren escasos diez minutos es una decisión puramente creativa, y seguramente acertada, pero creo que es demasiado tentador para aquellos que, como yo, se decidan a verla de una sentada. Las series necesitan espera, intervalos, si no ¿por qué no convertir esta historia en una película, en una representación teatral? Por eso recapacito en lo personal y aconsejo en lo colectivo ver State of the Union sin celeridad (su emisión original es de dos capítulos por sesión, razonable) y extenderlo al resto de series en este boom que de un tiempo a esta parte experimentan. Nos alejamos de la idea de producciones y nos acercamos al producto, producto de consumo.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Crítica de State of the Union por Cinemagavia
*Imaginación al poder

Aunque bien es cierto que este recurso de hacer partícipes de la trama y motores dramáticos de situaciones a personajes a los que jamás vemos, pero tan presentes que acaban siendo familiares para los espectadores, no es nuevo; por ejemplo se usó ya magistralmente en la serie «Frasier», el genial spin-off de los 90’ de «Cheers», con el personaje de Lilith, la esposa Niles, el hermano del protagonista (y ambos, casualmente, terapeutas); o en la mucho más reciente «The Big Bang Theory», con el personaje de la madre de Howard Wolowitz, de la que sólo nos llegaba su potente voz. Pero no por ya usado, deja de ser un recurso menos eficaz en la medida que fuerza a los espectadores de State of the Union a hacer uso de la más poderosa de las herramientas creativas: la imaginación.

Así, cuando llega el fundido a negro final de cada episodio y aparecen los títulos de crédito, nos quedamos con las ganas de saber que va a ocurrir ahí dentro, que se va a discutir, que detalles y escollos de la relación se van a ir revelando. Lo máximo que se nos muestra de esos paréntesis invisibles, pero que mueven la narración, son detalles, pinceladas quizás, que los protagonistas van desvelando e insinuando en su siguiente cita semanal pre terapia.

*Un formato mirando hacia las nuevas formas de consumo

El propio formato escogido para la serie, 10 episodios cortos de unos diez minutos, distribuida por Sundance Channel con una clara apuesta por las nuevas formas en que consume audiovisual cada vez más gente (en el transporte público con dispositivos móviles) ya potencia esa sensación de elipsis que incitan a la reconstrucción activa por parte del espectador a través de los diálogos, los gestos, las miradas o los silencios de la pareja protagonista. Contemplar su evolución, semana a semana, es envolverse en la tarea de intentar hacer un puzle a través de las pequeñas piezas que se van desprendiendo de esos encuentros, intentando reconstruir lo que pueda haber pasado entre una semana y otra.

Con esta atrevida estructura de evolución semanal y en su puesta en escena minimalista, casi teatral, sustentada principalmente en un tour de force actoral de primer orden por parte de Rosamund Pike y Chris O’Dowd, así como en unos guiones tan afilados como sutiles, tampoco es difícil remitirse a otra magnífica serie, «En terapia» (2008-2010), creada por Rodrigo García y protagonizada por un inmenso Gabriel Byrne, que potenciaba más el punto de vista del terapeuta respecto a sus sesiones semanales con sus diferentes pacientes.

Las similitudes a la hora de plantear la estructura narrativa y la evolución dramática de sus personajes la convertiría en la tercera pieza complementaria perfecta de visionado junto a la película de Noah Baumbach y State of the Union para establecer un mosaico de las relaciones humanas y de los intrincados caminos que unen y separan a la gente, independientemente del amor que se profesen.

*(Re)cruce de caminos

También sería imperdonable no mencionar la relación existente entre los grandes responsables de esta pequeña joya: Stephen Frears como director y Nick Hornby como guionista. Efectivamente, esta no es la primera vez que los caminos del director y el del escritor, guionista y crítico musical se cruzan en un proyecto, aunque si la primera en que los dos trabajan juntos. ¿Críptico? Un poco, como las relaciones humanas, pero igualmente fascinante: El hecho es que Frears dirigió una genial película, allá por el año 2000, titulada «Alta Fidelidad» que se basaba en una notable novela de un tal Nick Hornby, aunque este no llegó a participar en la adaptación de su libro al cine. Diecinueve años después, los caminos de los dos se reencontraron, esta vez sí, para trabajar conjuntamente, y surgió State of the Union.

Solo cabe decir que ha valido la pena la espera. Si la fiel adaptación que dirigió Frears de la novela de Hornby (básicamente solo cambiaba ciudad y apellido del protagonista) ya nos trajo a la gran pantalla casi dos décadas antes otro agudo e irónico estudio de las relaciones de pareja, vistas a través del tamiz de un estudio paralelo sobre la importancia de la música a la hora de conformarnos como individuos, las perspectivas no podían quedar mejor satisfechas con el nuevo encuentro entre autores.

Las trayectorias de ambos, de hecho, ya hacían presagiar lo bien que podían trabajar juntos: Frears acumula una dilatada carrera como director, y en muchas de sus obras ya realizó un afilado, pero amable y con cierto humor, retrato de las relaciones, y otro tanto puede decirse de la carrera cómo escritor y guionista de Hornby, con sus personajes imperfectos llenos de debilidades y defectos, pero a la vez, o justamente por eso mismo, tan humanos, tiernos y cercanos.

*Esperando futuras rondas

De momento State of the Union cuenta solo con una temporada, que podemos encontrar en HBO y que invita verse en una maratón por la brevedad de su formato, pero un servidor estaría encantado con que, en un futuro no demasiado lejano, se anunciase otra temporada en la que pudiéramos seguir viendo a Louise y Tom tomándose su copa de vino y su pinta semanal en el pub de siempre.

Escrito por Jesús Urgell
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6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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