Trío de damas (1960)

La película por estar bien ambientada es como una caja muy bien envuelta con lacito incluido cuyo contenido interior defrauda un poco por ser demasiado irrisorio. Es una comedia refinada pero totalmente perjudicada por la flojedad de la idea argumental. La recién casada protagonista se convertirá bajo el influjo de los celos en una ladrona muy particular y en una cantante bastante peculiar también mientras que el marido andará desquiciado entre las tres personalidades, las dos falsas y la verdadera. Como se ve con un tema tan limitado era difícil que esta amable comedia de Ágata Films pudiera mantener la atención del espectador aunque siga la misma línea en lo que a decoro se refiere de las anteriores producciones de Dibildos filmadas por Lazaga como "Las muchachas de azul" y "Luna de verano". La cinta cae a veces en lo delirante por su misma insipidez y hay escenas sobrantes que nada de interés aportan a la narración. Predomina en un conjunto desangelado una gracia tonta y elemental que no produce ninguna reacción especial. Lazaga tiene películas un poquito mejores. De todas formas presenta un número suficiente de situaciones agradables y simpáticas que alivian algo la cosa y que hacen que la película no sea del todo despreciable. Buen gusto además no falta en la confección de la obra que resulta ser una comedia que tiene algunos momentos incluso entrañables por lo que a pesar de sus defectos se le puede tener una cierta consideración.

Una producción típica de Dibildos, con su mujer, Laura Valenzuela, en un triple papel, un inspirado Francisco Rabal enroscado a su peluquín y situaciones muy machistas que aportan poco a una trama muy sosa. Lo mejor, el elenco de secundarios (con peluquín también) y ese Madrid de los 60. Lo peor, esa moralina machista que impregnaba todo en esa época (y las anteriores y las siguientes).