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La sonata Kreutzer (1927)

Sinopsis
En un compartimiento de tren, varias personas discuten acaloradamente. Entre ellos se encuentra Pozdnyšev, cuyo caso generó una gran expectación entre el público. Pozdnyšev quiere contar su historia sobre un rico terrateniente que llevaba una vida de derroche. En una fiesta conoció a Natasha, se enamoraron y se casó con ella... (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Checoslovaquia Checoslovaquia
Título original:
Kreutzerova Sonáta
Guion
Fotografía
Grupos
Adaptaciones de León Tolstói
7
La razón se marcha cuando los celos entran en escena
Algo especial debe tener la novela de Lev Tolstói, “La Sonata Kreutzer” (Крейцерова соната, 1889), porque, no menos de una docena de versiones cinematográficas se han hecho de esta historia, desde el año 1911, hasta hoy. Directores como Pyotr Chardynin, Kenji Mizoguchi, Veit Harlan, Jovan Koniovic y Bernard Rose, entre otros, han hecho sendas versiones sintiendo, seguramente que, el drama que narra el escritor ruso no tiene tiempo ni lugar, pues, es tan eterno como el odio o como el amor.

El checoslovaco, Gustav Machatý, es el tercero en llevar al cine esta trágica historia de amor, escrita por el mismo autor de “La Guerra y la Paz”, tomando el título de la Sonata para violín y piano N° 9 que, Ludwig van Beethoven, compuso en el año 1802, siendo mejor conocida como La sonata Kreutzer.

Tolstói, no tuvo mucha suerte con la novela, pues, debido a la crudeza de sus argumentos respecto a la sexualidad y la disconforme visión conque asume el matrimonio y los juicios del estado, ésta fue prohibido por las autoridades rusas. Y hasta los EE.UU. se proyectó la censura pues, para el prejuicioso presidente, Theodore Roosevelt, Tolstói era “un pervertido sexual y un desvirtuador de la buena moral”. Pero, contra todo, “La sonata Kreutzer" se salvó del oscurantismo, gracias a una serie de copias mimeografiadas que consiguieron ponerse en circulación.

En su versión cinematográfica, Gustav Machatý se esmera concienzudamente en tratar de comprender las motivaciones y las fuerzas indomables que van empujando a Pozdnysev a su acto aniquilador. No hay en el director asomo de juicio ni de condena hacia ninguno de sus personajes, y tan sólo se empeña en dar cuenta de las esperanzas de cada uno, y también de las decepciones y los hechos que se van atando para alentar el odio destructivo que el marido comienza a sentir por aquella esposa a la que ha dado una segunda y vana oportunidad.

Jan W. Speerger (Pozdnysev), consigue darnos un personaje contenido, pero de gran fuerza emotiva que, gradualmente, se va consumiendo por dentro arrastrado por unos celos incontenibles cuando comprende que su esposa Natasa -de profesión pianista-, ha comenzado a sentirse inclinada por el famoso violinista Truchacevsky con el que está preparando una interpretación de la sonata de Beethoven.

El fuerte y destructivo drama de los celos luce plasmado con todo su rigor, y queda de presente que cuando, en la pareja, cada uno marcha por caminos muy diversos, aunque duerman juntos, cada día será ocasión para anhelar a otro ser dispuesto a compartir un proyecto de vida en común... y no se necesita la enajenación, sino un complejo de inferioridad o prepotencia, para producir una tragedia donde la razón, simplemente, se haría a un lado y cedería el camino.
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