Motivos personales (Serie de TV) (2005)

Reconozco que esta serie me enganchó muchísimo desde el primer episodio. Eso si, la trama era tan compleja que si te perdías un solo capítulo perdías el hilo de la serie. A mi encantó y me tuvo pegada a la pantalla cada martes sin falta. Al término de cada capítulo siempre pensabas que el asesino era alguien distinto. Reconozco el mérito de la serie y de sus guionistas porque sospeché de todos excepto del verdadero asesino (me refiero al final de la segunda temporada).

Esta es una serie llena de suspense, traiciones, secretos y venganzas. Hay que tener los ojos bien abiertos, el asesino es quien menos te esperas y una vez sabida su identidad, sin embargo, te parece tan evidente que sea esa persona... puff!!! Yo, desde luego, la recomiendo para los amantes del suspense.

Falsos culpables, mensajes cifrados, fantasmas del pasado, virus letales, romances prohibidos, muertes fingidas... 'Motivos Personales' es una de serie que hace de sus excesos su mayor atractivo.

Una intriga que avanza a base de continuos golpes de efecto, con un montaje sincopado y unos actores deliciosamente sobreactuados en unos personajes absolutamente estereotípicos (inolvidable Marta Calvó que construye una villana de manual de perversa eficacia).

Diálogos afectados, vueltas de tuerca inverosímiles, tramas rebuscadas... A la postre 'Motivos Personales' se erige en una involuntaria parodia de la mítica Twin Peaks, de ahí el encanto de este peculiar producto televisivo, tan desnortado como adictivo, que supo detener su gozoso delirio en su segunda temporada pese a que contaba con un gran respaldo de audiencia.