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Ladrona de identidades (2013)

Ladrona de identidades
112 min.
4,3
5.588
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Sinopsis
Valiéndose de un crédito ilimitado, Diana (Melissa McCarthy), una compradora compulsiva, vive a lo grande en las afueras de Miami. El único problema es que cuando va de compras usa el nombre de Sandy Bigelow Patterson, un agente comercial (Jason Bateman) que vive en la otra punta de Estados Unidos. Cuando éste se da cuenta de la situación, se va al sur para enfrentarse a la mujer que le está arruinando la vida. Mientras se esfuerza en convencerla, descubrirá lo difícil que es recuperar su nombre. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Road Movie
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Identity Thief
Duración
112 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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2
LA CRISIS LLEGA TAMBIÉN A LA COMEDIA
A los numerosos sectores que están padeciendo la archimencionada crisis (desde la política a las finanzas, desde la ética al trabajo) hay que añadir también el de la cultura y el arte. En mi opinión, por lo que se refiere al cine, el género que atraviesa peor momento es la comedia americana y no porque la industria cinematográfica atraviese dificultades económicas. Antes al contrario, las cifras que recaudan las productoras norteamericanas aumentan año tras año y en los últimos cuatro han batido todos los records de ingresos, habiendo alcanzado su cota más alta en 2012. Se trata, pues, de una crisis de creatividad. El estreno en España de “Por la cara” ha venido precedido por la publicidad de haber logrado el número uno de la taquilla norteamericana durante dos semanas no consecutivas y de haber ingresado en dicho mercado más de ciento veinticinco millones de dólares, cuando su coste apenas ha superad. Se la ha calificado como “la comedia del año”, afirmación claramente discutible aunque solo sea por expresarla sin esperar siquiera a que concluya el mes de marzo.
Pero su innegable éxito económico no puede esconder su condición de producto mediocre que naufraga como película en general y como comedia en particular. Ni entretiene, ni interesa ni divierte. Bien es cierto que existen diversos tipos de humor y que lo que provoca la risa en algunas personas no lo hace en otras. Pero me cuesta creer que las escenas que he tenido que soportar arranquen la más mínima sonrisa espontánea y sincera. Esa comicidad sustentada sobre un personaje obeso y caricaturizado hasta el extremo para provocar la repulsión o sobre dos personajes antagónicos que se pelean tirándose de los pelos conduce a un resultado final demasiado vulgar.
En realidad, se basa en el error de que la mera concatenación de secuencias humorísticas da lugar a un buen largometraje pero, obviamente, no es lo mismo presenciar un “gag” o un “sketch” durante un par de minutos que alargar su duración casi dos horas o que construir sobre él una historia digna de ser contada. Pero es que esta cinta tampoco funcionaría viendo sus secuencias por separado por la sencilla razón de que no tiene gracia. Y eso es lo peor que se puede decir de una comedia.
Su realizador, Seth Gordon, ya había estrenado con anterioridad “Como en casa en ningún sitio” otra fallida muestra del género, esta vez de temática navideña y protagonizada por Reese Witherspoon y Vince Vaughn y “Cómo acabar con tu jefe”, algo más acertada y con Jason Bateman, Kevin Spacey y Jennifer Aniston al frente del reparto. Sin embargo, con “Por la cara” se da la cada vez más habitual paradoja de que la peor obra logra el mejor resultado en taquilla, circunstancia perfectamente explicable si la asimilamos a las mayores audiencias de los realities televisivos más casposos o de determinados programas cuya calidad artística es más que discutible. Semejante pandemia se está adueñando del Séptimo Arte, pintando de negro su futuro.
Poco se puede decir de los actores que integran el elenco. Las mejores interpretaciones de Jason Bateman siempre han derivado de papeles secundarios con los que ha pasado desapercibido (“Up in the Air” -esa sí que es una genial y brillante comedia-, “Juno”, “La sombra del reino”), lo que ya de por sí resulta bastante significativo. En cuanto a Melissa McCarthy, ni siquiera eso.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
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22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una película sin identidad
Empezamos por un robo de identidad en la traducción del título. ¿Por la cara? ¿Por la qué? ¿Y por qué? No es que un nombre defina totalmente a una película ni a una persona pero en el caso de Diana (Melissa McCarthy), ese ‘Bilbo’ tras el que van desesperadamente casi todo el resto de secundarios del filme tanto como acción como por interpretación, origina un conflicto en el propio personaje. La idea podría ser interesante para aquellos seres que no tienen personalidad ni amigos y deciden vivir vidas paralelas robando la identidad a otros… Seres que se vuelven desobedientes en un mundo cargado de reglas y conveniencias y que, en cierta medida, les hace perder su identidad y al mismo tiempo define una nueva. Ninguna lectura anterior se le pasa por la cara a los responsables de “Por la cara (Identity thief)”: una buddy-road-movie funcional y enlatada que únicamente pretender seguir los pasos en taquilla de la acertada “Cómo acabar con tu jefe (Horrible Bosses)”, del propio Seth Gordon.

Diana repite mucho el golpe directo a la nuez pero esta película se repite más que la estupidez. Melissa McCarthy está, como siempre, increíble… pero su papel y la propia película queda empañada por el almíbar familiar con el que está endulzada la propuesta. Los pobres recursos de guión y un inverosímil argumento degeneran en un tufillo de mofeta hogareña y una misión al límite. Podría resultar interesante una alegoría sobre el ‘robo’ de dinero y la diferenciación de delincuentes callejeros y supuestos magnates sin escrúpulos. Aparte de poder formular una lectura sobre el robo a importantes organismos financieros por parte de aquellos que, al parecer, no tienen ninguna posibilidad en un mundo jerarquizado por el absurdo y el anonimato. Por las buenas o por las malas, nos encontramos ante una película sin personalidad ni identidad. Le falta mala leche cuando mete demasiada azúcar y le falta azúcar cuando se pasa con la violencia de género. Aunque, ¿existe la violencia de género cuando no hay género en el nombre?

Lamentablemente el personaje de McCarthy, rebelde, frenética, de lengua afilada y brutamente divertida y peligrosa acaba sumida en las reglas de la comedia con incisiones al melodrama barriobajero familiar con típicos sketches copiados y trillados (¿lo de la serpiente está un poco visto, no?) y un sentido de extraer sus cuatro ‘puntos’ para un funcional trailer. A la anarquía se le puso fin para cumplir la condena del mainstream y de la lagrimita emotiva. La aventura improbable y los calcos de otras comedias similares, de personajes antagónicos que deben permanecer unidos por el bien común, degeneran en una película de persecuciones, coches dando vueltas y reiteradas referencias a la entrepierna. O sea, como “Exposados” con Gerard Butler y Jennifer Aniston pero con sus antagónicos de cuerpos Danone. Al menos, en “Por la cara” tienen más cerebro, identidad… ¿y futuro?
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23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
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