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Gato negro (2014)

Gato negro
120 min.
5,0
121
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Trailer
Sinopsis
Cuenta la vida de Tito Pereyra, un argentino cuyos contrastes permanentes parecen marcar su destino. La historia abarca desde su niñez en un pueblo tucumano en 1956 hasta los 80 en democracia en Buenos Aires. Es la vida de un sobreviviente que desde su infancia hasta la adultez, lucha por torcer su destino. En una sociedad que le fue hostil, con enorme esfuerzo y ambición logra abrirse camino. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Años 50 Años 60 Años 70 Años 80
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Argentina Argentina
Título original:
Gato negro
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
5
oveja negra y patito feo
Entre el registro documental y un realismo que se vuelve expresionista, con alteraciones y visiones oníricas, la película abarca un extenso fragmento temporal de la historia argentina, desde los años cincuenta y sus cambios industriales posteriores, hasta las medidas económicas en épocas de plata dulce.

El film sigue el periplo emocional y material de Tito (o Cabeza, como le dicen sus amigos) desde su infancia pobre y violenta, en el Tucumán de los años cincuenta, hasta que el protagonista se vuelve un próspero comerciante por vías nonc santas. Lo seguimos por el trabajo en el infierno de los ingenios procesadores de la caña de azúcar, hasta una promiscua pensión en Buenos Aires, donde duerme con los zapatos puestos por miedo a que se los roben. Progresivamente se vuelve un obsesivo del trabajo: empieza limpiando baños, sigue vendiendo alfajores al menudeo, hasta que alcanza un mediano bienestar que tampoco le alcanza: como una sed abrasadora, su ambición crece junto con ilícitas asociaciones más complejas. El periblo continúa entre metáforas obvias, lugares comunes, escenas improvisadas y otras construidas con rigurosidad y maestría.

Desbordada, desigual, cambiante, pasional, contundente son la andanada de adjetivos que podrían atribuirse a esta película atípica y arbitraria.
Luciano Cáceres asume el enorme esfuerzo del protagonismo y su personaje es convincente pero no conmovedor, algo que sí logra el debutante Santino Gallo, cuando lo encarna en los años infantiles.La moraleja de que el patito feo en el fondo es un cisne y se transformó en un mostruo por las circunstancias no alcanza para justificar al triunfador tramposo, al que le cabe un remate discepoliano a su medida “Somos la mueca de lo que soñamos ser”.

El film es una especie de culebrón histórico, con personajes que entran y salen. Al respecto, resultan muy efectivos y profesionales el desempeño de Luis Luque, Lito Cruz, Favio Posca, Paloma Contreras, Pompeyo Audivert y Leticia Bredici como esa mujer florero, vistosa pero inútil, totalmente manipulable por la enfermiza personalidad del protagónico.
Incluso con sus desaciertos, la sinceridad y convicción con la que está construida hacen de “Gato negro” una película similar a su protagonista, con la misma ambición narrativa operando en el desarrollo de la historia que siempre pelea con su propia omnipotencia.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Gato negro
"Acá no pasa nada, Claudio", gran verdad que asfixia la seguida y consumo de una historia que tarda en arrancar y cuesta disfrutarla, escasa y limitada performance que no alcanza gran gloria ni un deslumbre apasionante durante la mayor parte de su recorrido.
Dicen que la infancia marca para siempre, que las vivencias felices o amargas experimentadas durante dicho periodo te acompañan de por vida certificando tu comportamiento y obsesiones del futuro, que somos lo vivido y sufrido en el pasado/firme posibilidad de arrastre en el futuro; en este caso, un "...,vos no sabéis lo que es no tener nada" guía los pasos lentos y apagados, en un principio, más apetecibles y sagaces cuando coge forma, aunque nada que quite el sueño o despierte de tu letargo, de un frenético niño abandonado de sentimiento y famélico de cuerpo, adulto de resquemor sentido, amargo en sus emociones y de resentimiento no superado que adquiere poder, dinero y posición en el arte del tejemaneje y business más, un "usted es un equilibrista y su circo está cada vez más famoso", como primera amenaza visible y esperable en la subida a la cima para tocar el cielo tan deseado y, previsible derrumbe y estrellado cuando más alta es ésta.
Las deudas se devuelven y los rencores matan, rencillas acumuladas que se revuelven y fantasmas del pasado de aparición inesperada, una carrera de la nada al todo para volver a la destrucción, sin piedad ni consuelo, del vacío ya vivido, todo es válido para mantenerse y escapar del regreso de donde se vino sólo que, de las dos horas ofertadas, sólo son interesantes 40 minutos de la misma donde la desgracia, pena y locura hacen aparición tras el desenfreno y la mala praxis de sus actos.
"..., y por fin el patito, contento, encontró su familia y, a partir de ese día, lo iban a querer y cuidar por siempre", fábula final de remate de un cuento no muy agraciado sobre la escalada a lo más alto y su caída en picado, la historia de este obsesivo y feroz superviviente, desde su niñez de penurias en Tucumán hasta el hombre próspero de negocios envuelto en asuntos sucios no convence, ni anima, suspira o causa gran conmoción ni alarde afectivo de afinidad o simpatía, grandes carencias en su puesta de largo y obvia escasez en su intento de abarcar más de lo que podía pues, el aburrimiento y la desconexión deambulan cual espíritu de losa pesada ante un argumento loable en su empeño aunque austero en su práctica de mira pobre.
El guión no seduce, los personajes no destacan y hay demasiada nimiedad y sosiego para narrar la hazaña de una existencia rota ya antes de sus inicios, Gastón Gallo no ostenta demasiada habilidad ni maestría para plasmar con eficacia visual y eficiencia auditiva un relato que se apaga lentamente al poco de rodar y q se suicida el sólo antes que su propio personaje, un gato negro solitario esquivo, leal consigo mismo que nadie consigue querer, que ronronea sin descanso, maulla sin piedad pero nunca encuentra la fuerza, garra y sagacidad para ser deseado y amado más allá del corto y breve tiempo que duran sus caricias pues, a la mínima se revuelve y escapa para así volver a perder su hilo y atractivo.
"Vuelve, a casa vuelve, por Navidad" dicen un eslogan publicitario, sólo que aquí es una existencia que retorna, se repliega y no sale de si misma, solitaria, esquiva, leal consigo misma que nadie consigue querer.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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