El pelotari y la fallera (C) (2017)

Al minuto de estar viéndolo sabes, aunque lo desconocieras, que el corto es de Julio Médem. Eso es lo más positivo, pues él mejor que nadie sabe mostrar su esencia aún en productos objetivamente comerciales como este. Pero a Julio Médem, quizás por el propio listón que él mismo se puso, siempre se le debe pedir algo más que el característico diálogo de sus obras. Aún en algo de claro perfil comercial, el director no puede ni debe olvidarse de que lo que verdaderamente atrapa de sus mejores obras es el misterio, lo inquietante de "La ardilla roja", las turbulencias de "Tierra", los claroscuros de "Lucía y el Sexo", la melancolía de "Los amantes del círculo polar", etc... Giovanelli abusa de su condición de mujer sexy durante todo el corto y Etxeandía, si bien es un buen actor, resulta previsible, aunque nunca forzado, lo cual es de agradecer. Cumpliendo los objetivos que cumple, Médem podría haber puesto alguno de esos elementos turbios que lo llevaron a tener esos seguidores que no le olvidan y creo, que los mayores seguidores del director vasco son los que valoran esa parte turbia y misteriosa, la más cercana a Kieslowski, y no a Amélie Poulain.