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El discípulo (2016)

El discípulo
118 min.
6,1
344
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Trailer (Subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Robert Desnos Veniamin es un estudiante ruso ultrareligioso, un joven víctima de una crisis mística en la que está convencido de que el mundo se ha rendido al mal y que ya no hay moral. Así, Robert sorprende a su madre, a sus compañeros y a todo el instituto con sus preguntas. ¿Las chicas pueden usar bikini en la clase de natación?¿Se debe enseñar la teoría de la evolución en las clases de ciencias naturales? Los adultos ya no saben qué hacer con las certezas de un chico que sólo se guía por las sagradas escrituras. Su profesora de biología, Elena, es la única persona que se atreverá a desafiarlo en su propio terreno. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Enseñanza Colegios & Universidad Religión
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Rusia Rusia
Título original:
(M)uchenik
Duración
118 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2016: Festival de Cannes: Sección "Un Certain Regard"
2016: Premios del Cine Europeo: Mejor banda sonora
7
Muchenik
Uchenik (The Student, 2016; en el idioma original hay un juego de palabras entre Uchenik, que significa estudiante y Muchenik, que significa mártir y que anticipa bastante el tono del filme) se trata de una maravillosa sorpresa que ha tenido bastante éxito de crítica en diversos festivales europeos. Se puede citar por ejemplo el premio a mejor música que obtuvo en el Festival de Cine Europeo. Pero más allá de una película hecha para festivales, The Student es una película crítica que se atreve a poner en tela de juicio ciertos aspectos de la Nueva Rusia que se está construyendo actualmente, después de la caída de la URSS.

Realmente nos encontramos con una película meritoria, que es capaz de profundizar en los problemas de la Rusia contemporánea. Y es que es evidente de que desde cayó la URSS, la religión y el gobierno han ido de la mano, llegando incluso hasta las aulas (debate, que como podemos ver, no es exclusivo de España). Precisamente el filme pone en tela de juicio toda esta relación entre la iglesia y la escuela, de una manera muy inteligente. El guión inclusa llega a poner en competición a la ciencia contra el propio fanatismo.

Pero no sólo por este motivo nos encontramos con una película valiente. Uchenik también se atreve a incluir otros temas indudablemente candentes en Rusia, como es la homosexualidad. La película desarrolla este tema entre la relación que se establece entre el personaje principal, el predicador, y su discípulo. Obviamente, a nuestro discípulo poco le importa la teoría religiosa, sino que realmente está enamorado de su “maestro”. La película muestra inteligentemente esa relación destructiva, con la escena en la que literalmente es apaleado, una secuencia dura a todas luces, y en la que sin embargo sigue demostrando su fidelidad. La mirada, rompiendo estúpidos clichés, está lejos de ser homofóbica, sino más bien presentándonos un personaje lastimoso sobre el que se cierneuna evidente compasión sobre él.

Uno de los aspectos más conseguidos es sin duda la creación de un personaje que resulta tan magnético como odiable. Los discursos religiosos del protagonista principal pondrán contra las cuerdas a la profesora de biología, y es ahí donde la película empezará a variar su tono. De primeras la película entra dentro de lo que sería un marco más o menos real, aún dentro de lo estrafalario, con nuestro protagonista intentando reformar desde su punto de vista religioso lo que él considera incorrecto y obsceno (por ejemplo, el uso de Bikinis en las clases de natación) pero poco a poco la película va adaptando un tono mucho más surrealista que encaja perfectamente con el mensaje que pretende señalarnos el cineasta (así como con el humor negro): La religión como un camino fanático, que tiene su máxima lucha con la propia ciencia. Es una obviedad, pero muy bien llevada (y con un toque cómico de humor negro genial), la escena en la que se debate sobre la propia teoría de la evolución y que evidentemente nos hace recordar los negacionistas de la evolución que pretenden enseñar su absurda doctrina en algunos estados de los USA. El guión de Uchenik quiere señalarnos el peligroso camino que ha emprendido Rusia en los últimos tiempos, y que se ha incrementado con el conflicto en Ucrania.

Pero, también es innegable, como decíamos, citar el cierto magnetismo que provoca el personaje principal, y que quizá tiene sus raíces en la propia confianza que destila el personaje principal. En un diálogo que sostiene con uno de los monjes ortodoxos que trabaja en la escuela impartiendo clases de religión, el propio personaje principal pone de relieve la hipocresía de muchos aspectos de la iglesia (se le echa en cara al monje ortodoxo los lujos y las riquezas innecesarias de la iglesia) y nos demuestra que pese a la locura del personaje, hay un fanatismo ciego, en el que reside el poder del personaje. Un atractivo tan innegable como oscuro, y que nos puede recordar oscuras épocas pasadas…

A todo esto se le adereza una puesta en escena sólida, y un guión que explota muy bien los momentos cómicos, que le dan más empaque al filme y ayudan a neutralizar cualquier atisbo de tono lacrimogéno.

https://wordpress.com/post/neokunst.wordpress.com/8255
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Divinas palabras
No me ha gustado esta nueva película de Kirill Serebrennikov, aún sin título oficial en español, “The Student”. Y eso que es la típica producción arropada y astutamente promocionada, con amplio recorrido a través de festivales internacionales, sean Cannes, Chicago, Londres, Sevilla o Karlovy Vary entre otros, donde se está ganando su prestigio a través de la crítica. Serebrennikov, con trabajos realizados como actor, guionista o dirigiendo para la televisión, cuenta también con largometrajes como director, que, salvo error, ronda la media docena, y que prácticamente son desconocidos por estas latitudes. Parece que, al fin, ha dado el salto definitivo a la “fama” con este film, que se va a exhibir en casi toda Europa y en otros continentes. Todo un mérito más que programado, no hay nada casual en todo este proceso.
El cine actual ruso, tras etapas de gloria, vive, salvo excepciones, en el más profundo anonimato. Puede que se intente por todos los medios revitalizarlo, medios tienen más que de sobra, e insisto en que ignoro los anteriores trabajos de Serebrennikov, pero mal asunto si tenemos depositadas serias esperanzas al menos en este film que me ha sonado a desfasado y pretencioso. Si hubiese sido rodado a mediados de la década de los sesenta o primeros años de los setenta, para un posterior debate en un colegio católico, igual hubiera resultado interesante, posiblemente más el debate que la película, pero en serio, a estas alturas, en pleno siglo XXI, me da la sensación de que llega tarde, su olor a naftalina impregna todo el metraje, aunque cuente con una vistosa factura técnica.
En resumidas, un estudiante preuniversitario tiene problemas personales con su madre, que es separada. Constantemente cita pasajes de la Biblia, porque padece una supuesta crisis u obsesión religiosa y se niega a recibir clases de natación, porque le parece inmoral mezclar chicos y chicas en bikini. En otras materias desconocemos si tiene algún problema, no se nos cuenta, pero en la clase de biología discute con su profesora, sobre todo por el tema de la evolución humana. Evitamos contar más y el spoiler. Lo que podía sonar a parodia algo irreverente cercana al cine italiano, se va tomando en serio a sí misma, repitiéndose hasta la saciedad y sin progresión alguna en sus personajes. Además, siempre vemos algún rótulo en pantalla que nos indica qué fuente o apóstol fue el que escribió la parábola aludida, como si se tratara de un ejercicio de documentación profunda.
Su dirección es correcta, pero sin objetivo. Lo peor es su guión, que además de mezclar conceptos peligrosos me resulta reaccionario. ¿Qué postura se defiende? ¿Se intenta dejar que elija el espectador con unos hechos tan obtusos y unos personajes anclados en el limbo? Y para colmo con un final que concluye todo sin haber contado nada, con un toque pretendido para provocar una reflexión, sobre todo ante la actitud de, por ejemplo, la profesora, que suena más a canción protesta pasada de rosca que a cine con cierta seriedad.
Eso sí, al menos el reparto, tanto jóvenes como maduros, en especial su protagonista en el papel de Veniamin, Pyotr Skvortsov, por aprenderse esos monólogos imposibles y darle credibilidad, defienden sus personajes. Pero todo, insistimos, es lo mismo, machaconamente, como la escasa música heavy utilizada. No hay idas y venidas, es puro estancamiento en una propuesta, en la que no entiendo como encuentra interés entre críticos especializados. Me resulta más moderna "¡Arriba Hazaña!" , aunque a priori nada tenga que ver con esta "The Student" y que vaya sobre otra revolución.
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7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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