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Los Muppets conquistan Manhattan (1984)

Los Muppets conquistan Manhattan
94 min.
5,8
1.185
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Trailer (INGLÉS)
Premios
1984: Nominada al Oscar: Mejor canción de la BSO
10
Plaga de animales con buen humor
Digna del aplauso, recuerdo y colección; entretiene, te arranca la carcajada y sigues su historia sin altibajos; para chicos y grandes; un clásico del cine infantil de los 80’s. Del programa de televisión a la pantalla grande, considero no hubo agravios y si una secuencia de ideas incoherentes combinadas con actitudes humanas con cierto estilo humorístico. La cerda enamorada de la rana, celosa, coqueta, egocéntrica, ruda e incluso obsesiva; René (la rana) tímido, con anhelos de triunfo, solidario, trabajador, nunca convencido de ese sentimiento dislocado de su compañera de show por él.

Todos los componentes de este filme, como pocos se integran para entregarnos comicidad, en el amplio sentido de la palabra; dirección, guión, actuaciones, música, arte, caracterización y esos muñecos dotados de vida y gracia, protagonistas de los sueños de su creador.

La familiaridad con la que se integran a la sociedad humana y que a su vez no exista el mismo nivel discriminatorio, nos muestra que no pueden existir barreras para los que son diferentes.
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
«Y yo siempre te querré»
Confieso que he llorado viendo «Los Teleñecos conquistan Manhattan». Lo confieso.

Es que ha sido ver al Monstruo de las galletas y a Epi y Blas, y me ha entrado un sentimiento difícil de describir. En una época en la que el Monstruo de las galletas está denostado porque no enseña una dieta healthy a los niños y a Epi y Blas puede que solo se les conozca porque los quieren hacer pareja gay, encontrarlos aquí, tan vivos, tan reales, tan entrañables, tan auténticos, ha despertado mi nostalgia y mi más sincera admiración.

Creo que ya lo he dicho otras veces pero no me importa volver a decirlo: amo a los Teleñecos, los amo. A mí que me encantan los peluches, estos muñecos de trapo podréis imaginar lo que suponen para mí. Verlos moverse, caer, andar, cantar, amar, es un chute de felicidad, de alegría perpetua. Es que no podía dejar de sonreír, en serio.

La historia es un poco limitada, pero tiene gracia y simpatía, ternura y buenos valores: la amistad, el amor, la perseverancia. En el fondo, es una historia de amor, la historia de la rana Gustavo y la cerdita Peggy, todo un ejemplo de fémina con carácter. El número musical de los Muppets bebés es antológico.

Pónsela a tus niños, por favor te lo pido.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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