Tierno verano de lujurias y azoteas (1992)

Pues tendré que partir una lanza para esta película. Una película altamente vacía, pues no profundiza en nada, pero es exactamente en este vacío donde se puede encontrar la belleza de este film, que, independientemente del erotismo, las relaciones familiares o el amor, es una historia sobre la comedia romántica teatral.

Suena pretencioso, y desde luego la película no le llega a la suela de los zapatos, pero está muy relacionada con El Sueño de una Noche de Verano del que intenta buscar cierta similitud en la comedia vacía, en las situaciones irreales y en el amor espontáneo, pero de manera diferente. Puede que sólo apta para los grandes amantes de los cuentos o las comedias teatrales vacías, sin argumentos ni tramas, pues eso es realmente esta película, un cuento, una fantasía, un sueño, un verso y, como tal, no es una obra de arte, pero desde luego no merece tal lapidación por parte de la crítica profesional y aficionada.

No le tengan miedo, no es tan mala como la pintan, tiene cierta belleza y, desde luego, para la hora y veinte escasa que dura el film, no es ningún tostón.

Es lo único destacable de este soporífero y hueco film de los tiempos de la tardo-comedieta madrileña de los 80-90. Con la excusa de la representación shakespeariana, nos presenta una serie de situaciones a cual más absurda, antinatural y estrambótica. Gabino Diego súper cargante, debió de creerse buen actor después del relativo éxito de "El Rey Pasmado"; su papel ni él mismo se lo cree; Imanol pasa de lo correcto a lo burdo y sin gracia, en su puesto de amante "cornudo"; y bueno, de Marisa Paredes, insoportable como casi siempre, solo destacar como digo su escenita enseñando el cucú, apta solamente para morbosos y enfermos sexuales obsesionados con maduras-viejas...y muy poco más...
Una película con coartada teatral (a ver si colaba), que de esto no tiene prácticamente nada, y menos calidad cinematográfica. Bastante mal interpretada, sin naturalidad.
Y casi todos enseñando las posaderas.
Muy del momento, ha envejecido mal. Olvidable, salvo el título de mi crítica, a quien le gusten esas cosas, claro...