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Belle époque: Una bella época (1992)

Belle époque: Una bella época
108 min.
6,8
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Sinopsis
Invierno de 1931. Fernando decide desertar del ejército y se refugia en una casa de campo, donde es bien acogido por Manolo, un pintor excéntrico que vive retirado debido a sus ideas políticas. El chico mantiene sucesivamente relaciones con las cuatro hijas de su protector (Rocío, Violeta, Clara y Luz), sin saber muy bien de cuál de ellas está enamorado. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Romance Años 30 Comedia romántica
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Belle Époque
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1993: Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1994: BAFTA: Mejor película de habla no inglesa
1993: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
1992: 9 premios Goya, incluyendo mejor película, director, actriz (Ariadna Gil)
1992: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor película extranjera
8
El deseo en libertad
Belle époque es más que una simple e ingeniosa comedia. El mismo Fernando Trueba la calificó como “un estado de ánimo en época de vacaciones”. El director deseó en todo momento transmitir al espectador la vivencia de la libertad de acción y opinión existentes en tiempos del inicio de la Segunda República Española, en contraposición con el oscuro, cruel, intolerante y despótico panorama político-social que se instauró en España pocos años después; Trueba refleja el clima de un sosegado remanso en medio de la opresión política y social, el tono abierto, cordial y respetuoso de unos personajes librepensadores en un momento de clara incertidumbre. Por encima de estas referencias, Trueba acierta al incluir rasgos artísticos de otros grandes directores y sus obras, como de Jean Renoir en su magistral Une partie de campagne, o de Erich Rohmer en sus personalísimas Pauline en la Playa o Le rayon vert; en todas ellas se exalta el amor a la vida, a la sensación de libertad, la importancia de los sentidos y del sexo sin ambages, o la influencia del entorno y la naturaleza en los sentimientos.
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78 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La alegría está en el campo
Los Angeles, marzo de 1.994. 66ª Ceremonia de Entrega de los Premios de la Academia de Hollywood. Fernando Trueba conquista el segundo Oscar en la historia del cine español en la categoría de Mejor Film en Lengua no Inglesa, una década después de que José Luis Garci se hubiese hecho con el primero con Volver a empezar.

Es el galés Anthony Hopkins el encargado en aquella ocasión de anunciar el nombre de la ganadora. "And the Oscar goes to... Belle epoque". Toda una alegría y una sorpresa que casi nadie espera. El film español no entra aquel año en ninguna de las quinielas en una edición dominada por la presencia de producciones asiáticas.

Trueba, emocionado sube a recoger su premio y lo agradece sorprendiendo a los académicos con un discurso que ya forma parte de nuestra memoria. Especialmente inolvidables son sus últimas palabras: "Me gustaría creer en Dios, pero sólo creo en Billy Wilder, así que, gracias Sr Wilder"

A pesar del guiño, no cabe considerar Belle Epoque como la mas "wilderiana" de las comedias de su autor. Trueba aseguró en alguna ocasión que en el guión escrito junto a Rafael Azcona y su hermano David incorporó algún elemento autobiográfico correspondiente a sus años de juventud. Hay también una película anterior en la filmografía del realizador, El año de las luces, que en parte puede tomarse como precurosa de Belle epoque. En ambas, se nos narra el despertar a la vida sexual y afectiva de un adolescente si bien las dos transcurren en períodos cronológicos distintos.

En cuanto a las referencias cinéfilas, más que al "Dios" Wilder el director se muestra más próximo a su igualmente admirado Jean Renoir y a títulos como La regla del juego o Una partida de campo que comparten con Belle epoque su marcado tono bucólico y un cierto carácter de alabanza hacia la vida rústica.

Belle Epoque no es ni más ni menos que una fiesta de principio a fin. Trueba logra que el espectador se contagie y acabe participando de ese gozoso canto a la libertad que es su película. No es casualidad que su trama se sitúe cronológicamente en los últimos días de la Segunda República española, un período que aquí se presenta como uno de los más felices y prósperos de nuestra reciente historia, preludio y contrapunto del oscuro pozo en el que está a punto de zambullirse el país para no salir en cuarenta años. En esta particular "belle epoque" se hace muy fácil la exaltación de la "joie de vivre" y el amor por la vida dados los vientos de libertad que soplan por doquier y que recorren todos los ámbitos de la vida nacional: el pensamiento, la enseñanza, el sexo…

El escenario en el que se desarolla la historia también aparece como un oasis de paz y armonía en medio del convulso panorama político que sacude al país en esos momentos. Trueba y los suyos se marcharon a rodar Belle epoque a un viejo caserón sito en el Algarbe portugués, una región especialmente bella y luminosa que resulta un marco ideal para los intereses de la película.
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35 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
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