Escena (español)
- Sinopsis
- Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un grupo de soldados británicos se encuentra perdido en medio del desierto de Mesopotamia. Su comandante, que era el único que conocía el destino de la misión, resulta asesinado por un disparo de unos bandidos. (FILMAFFINITY)
- Género
- Bélico Aventuras I Guerra Mundial Remake
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1934 / Estados Unidos
- Título original:
- The Lost Patrol
- Duración
- 72 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
- Links
Premios
"Uno de los primero éxitos del maestro Ford. Una aventura épica casi con el tono de un filme fantástico que muestra su madurez narrativa ya era un hecho desde sus primero trabajos"
Miguel Ángel Palomo
[Diario El País]
Con ojos de niño
8 de febrero de 2009
Todos sabemos que John Ford fue un genio. Uno de los mejores cineastas que ha dado el séptimo arte. Otra cosa muy distinta es que debamos mear bechamel sí o sí ante cualquiera de sus pelis.
“La patrulla perdida” es una de sus primeras obras conocidas. Una obra menor a todas luces que, pese a su avanzada edad, resulta ágil, entretenida y maravillosamente ingenua. Pero no es una obra maestra. El guión es simplón a más no poder y los personajes apenas llegan a ser una burda caricatura de lo que nos encontraremos en posteriores trabajos del maestro. Tan sólo salvaría de la quema a un soberbio Victor McLaglen, el disciplinado sargento, el único personaje que se salva del estereotipo.
Aún así, reitero lo dicho. La cinta es disfrutable al 100 % y anticipa subrepticiamente algunas de las constantes fordianas más significativas. El fascinante contraste entre las misteriosas e ilimitadas dunas del desierto mesopotámico y la claustrofóbica y asfixiante atmósfera que los soldados deben soportar en esa vieja mezquita constituyen, a mi parecer, el mejor reclamo de una peli tan cortita (70 minutos) como encantadora.
Recomiendo verla, eso sí, con ojos de niño. Solo así la disfrutareis plenamente. Bon apetit!
“La patrulla perdida” es una de sus primeras obras conocidas. Una obra menor a todas luces que, pese a su avanzada edad, resulta ágil, entretenida y maravillosamente ingenua. Pero no es una obra maestra. El guión es simplón a más no poder y los personajes apenas llegan a ser una burda caricatura de lo que nos encontraremos en posteriores trabajos del maestro. Tan sólo salvaría de la quema a un soberbio Victor McLaglen, el disciplinado sargento, el único personaje que se salva del estereotipo.
Aún así, reitero lo dicho. La cinta es disfrutable al 100 % y anticipa subrepticiamente algunas de las constantes fordianas más significativas. El fascinante contraste entre las misteriosas e ilimitadas dunas del desierto mesopotámico y la claustrofóbica y asfixiante atmósfera que los soldados deben soportar en esa vieja mezquita constituyen, a mi parecer, el mejor reclamo de una peli tan cortita (70 minutos) como encantadora.
Recomiendo verla, eso sí, con ojos de niño. Solo así la disfrutareis plenamente. Bon apetit!
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25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
La patrulla perdida
18 de agosto de 2007
Encerrados en un limbo de arena y sol, los personajes de esta extraña película de aventuras dirigida por un joven John Ford se enfrentan a un enemigo invisible que acecha día y noche al otro lado de las dunas. No se conoce el número, ni sus intenciones. Se diría que son fantasmas de los propios soldados perdidos quién sabe dónde, surgidos de su febril imaginación. Así, la acción se torna incierta, los delirios se apoderan de los más débiles, enfrentados a una muerte segura ya sea con la cara bien alta o con la cruz de Dios como escudo (brutal el buñueliano personaje que interpreta Boris Karloff, un Simón del Desierto en lucha perpetua contra la tentación camuflada en los diálogos de sus compañeros).
En tiempos en los que la incorrección política no era tal (la frase “el placer inenarrable de matar árabes” todavía resuena en mi imaginación), Ford nos sumergió en una hazaña que tiene tanto de patriótica como de triste, definitiva constatación de los horrores que siempre trae consigo la guerra: locura, muerte, pérdida... Sólo el valor, el coraje y la solidaridad (representadas por ese estoico general que interpreta Victor McLagen) conseguirán salvarnos. En 2002 se hizo una especie de remake camuflado, Deathwatch, esta sí de tono abiertamente fantástico (y de resultados netamente inferiores).
Lo mejor: la progresiva locura que se va apoderando de los personajes.
Lo peor: una pequeña arritmia en la primera mitad.
En tiempos en los que la incorrección política no era tal (la frase “el placer inenarrable de matar árabes” todavía resuena en mi imaginación), Ford nos sumergió en una hazaña que tiene tanto de patriótica como de triste, definitiva constatación de los horrores que siempre trae consigo la guerra: locura, muerte, pérdida... Sólo el valor, el coraje y la solidaridad (representadas por ese estoico general que interpreta Victor McLagen) conseguirán salvarnos. En 2002 se hizo una especie de remake camuflado, Deathwatch, esta sí de tono abiertamente fantástico (y de resultados netamente inferiores).
Lo mejor: la progresiva locura que se va apoderando de los personajes.
Lo peor: una pequeña arritmia en la primera mitad.
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