13: Game of Death (2006)

-¡Oiga! ¿Usted se acostaría conmigo por un millón de euros?
-Si
-¿Y por cien euros?
-¿Pero quién te has creído que soy?
-Eso ya se vio antes, ahora debatamos el precio.

Jajajajajajajajaja, que bueno, ¿no? ¿Eh eh eh?

Pues eso, la película va de una organización/ente/algo que le ofrece a un pringado de la vida con deudas a montón participar en un juego en el que podría ganar una burrada de dinero. Tras hacerse un poquillo el remolón, termina aceptando la oferta. El juego consiste en trece pruebas que deberá ir pasando para conseguir llevarse la pasta. Las pruebas pasan desde atrapar a una mosca (la más fácil), hasta comer excrementos (si, realmente dan ganas de potar).

Hasta aquí es un planteamiento muy atractivo, con cierta intriga que hace que el espectador se interese por la trama, por descubrir cuales serán esas pruebas, y sobre todo por ver quién o que esta detrás de todo esto. El problema es que a medida que va transcurriendo la película, la inverosimilitud del argumento crece exponencialmente, dejando bastantes cabos sin atar, o simplemente que no cuadran.

Le podría poner perfectamente menos nota, pero la salvaré por algún momento made in Takashi Miike que había por ahí. Clarísimamente de más a menos, no obstante, se deja ver dejando el nivel final de la película en aprobado.

Para ver "13 beloved" hay que echarle mucha imaginación al tema. Así que antes de verla te aconsejo que vayas pensando que lo que vas a ver está muy lejos de lo habitual.

Entonces imaginemos. Imagina que te encuentras en uno de los peores momentos de tu vida, pierdes la novia, el coche, el trabajo y estás hasta arriba de deudas.

Ahora imagina que alguien te ofrece una oportunidad única de rehacer tu vida, el único problema es que tendrás que hacer cosas que no te van a gustar. Tienes 13 pruebas, a cada cual más dura y extraña.

El problema es que más no te puedo decir para no revelar nada, pero te aseguro que pasarás casi dos horas de emociones y verás un final que te dejará con la boca abierta.

A pesar de tener que echarle para mi gusto demasiada imaginación y tener un toque moralista o más bien amoralista, que no me convence, pasé un buen rato, disfrutando de un cine sin excesos pero correcto. La imaginación es la clave, creer que podría pasar y no derrumbarse ante esa casi improbable posibilidad.

Reitero, el final es realmente sorprendente.