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Su gran amor - Europa '51 (1952)

Su gran amor - Europa '51
113 min.
7,7
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Disponible en:
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Imágenes del rodaje (ITALIANO e INGLÉS)
Sinopsis
Un rico matrimonio estadounidense que lleva en Roma una vida despreocupada, ve cómo su hijo se suicida. La madre, traumatizada y sintiéndose culpable por no haber atendido más a su hijo desde la infancia, decide ayudar a la gente más necesitada en los barrios más humildes de la ciudad. Sin embargo, su ayuda a un delincuente la pondrá bajo sospecha a ojos de la policía. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Neorrealismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Europa '51 (Europa 1951)
Duración
113 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1952: Festival de Venecia: Mejor actriz (Bergman). Premio Internacional. Sección oficial.
"Un nuevo abismo cinematográfico, una invitación al espectador para asomarse al vacío de una mujer oprimida por la angustia. (...) obra de insólita belleza y de terrible amargura (...) uno de los puntos álgidos de la modernidad cinematográfica."
[Diario El País]
10
EUROPA 51
De todas las películas que Roberto Rossellini rodó con su mujer de entonces, la lúcida y exquisita Ingrid Bergman, "Europa 51" es mi preferida. Susan Sontag, la escritora norteamericana (¡y no es por darme pisto!) opinaba igual. Ingrid Bergman que besó los pies a Rossellini, y que dejó por él su look hollywoodense, pasando de críticas acerbas y moralistas protocolos, le dedicó parte de sus mejores años. Se entregó así, como inmensa prueba de amor, a rodajes infernales, consiguiendo, ya que no enriquecerse crematísticamente hablando, sí muchas de sus más geniales interpretaciones cinematográficas (papeles que, probablemente, aguardaban a Anna Magnani, y que la romana también habría aceptado de mil amores. Las comparaciones son siempre odiosas, ya lo sabemos. Pero si la gran actriz sueca no hubiera aparecido por los horizontes de Cineccitá, no dudamos en que la genial Anna, interpretándolos, nos habría dejado también un imborrable recuerdo a todos los cinéflilos). Pero la Bergman no es menos incomparable que la Magnani. En esta "Europa 51", pierde (mediante el suicidio de su hijo,¡audacia inaudita de Rossellini!) su aborregada conciencia de burguesita estúpida, únicamente ocupada en lo que hoy se llamarían “stressantes” reuniones sociales y cenas absurdas con empalagosos comensales. El niño no se lo perdona, y ella lo acuna por segunda y única vez.. Y cuando muere, nos deja a todos hechos polvo. La Bergman, destrozada, se santifica. Se aleja de su insoportable marido, en busca de una nueva perfección moral, y se desprende de todos sus lujos inútiles. Ansia redimirse, busca la purificación y hasta el martirio. El pueblo llano la ama y absuelve; su reaccionario esposo y su conservadora y estupidísima madre la llaman loca. La Bergman acaba en un manicomio, atrapada y aherrojada como aquella otra Juana de mala memoria, aunque, esta vez, por una “Locura de amor” completamente diferente. Y por ello sabemos que nuestra gran Ingrid no se dejará devorar por el “Pozo de las serpientes” ¡El rostro de la sueca, de tan bello y expresivo, resullta escalofriante!.... Giulietta Massina preludia los ardientes vientos de su "Cabiria". "Europa 51" sigue siendo la más preciada joya en la corona de la Bergman y Rossellini.
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43 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Neosurrealismo italiano
Se suele decir que el amor mueve montañas, que derriba muros. También habría que decir que genera cine, por que “Europa 51” no es más que una carta de amor a Ingrid Bergman realizada por un Rossellini apasionado, que dos años más tarde jugaría a ser abogado del diablo en la hermosa y triste “Viaggio in Italia”, también con la sueca en cabeza de cartel. Se dice que el realizador, fascinado por la figura de Francisco de Asís, decidió realizar un film ambientado en la Italia de la post-guerra en el que un personaje obrase a imagen y semejanza de su venerado santo. Sabiendo esto, “Europa 51” funciona mejor como metáfora o alegoría que como obra neorrealista; de hecho, es surrealista. Puro melodrama; uno de los buenos.

La historia va así: una mujer burguesa pasa de su hijo, un chico sensible y que se siente desplazado. De pronto la vida de ambos pega un giro y cierta situación hace que la Bergman cambie. Pasa a tener conciencia social, de pronto todo lo que había experimentado no le sabe a nada, busca ayudar a los demás, a toda costa. Se convierte en una 'santa', sin importarle el qué dirán o cómo se lo tomen sus familiares. “En el país de los ciegos el tuerto es el rey”, y aquí encontramos a una reina, una santa, una Diosa. Rossellini la filma de todas las formas posibles, acaricia el torso de la bellísima actriz con su cámara, recorre cada recodo de su cuerpo y hace uso de numerosos primeros planos, de forma acertada: la mirada de la actriz es suficientemente intensa, no hacen falta palabras.

Habiendo visto “Europa 51” dos veces, he de admitir que la primera me costó entrar en la historia. No me creía la forma en que se desarrolla la personalidad de Bergman, que fulminantemente pasa de A a B, sin peajes ni puntos intermedios. En un segundo visionado, conociendo este dato y entendiendo la película como lo que es, poco importa que siga sin ser creíble. El mensaje está ahí y funciona. El realizador deja momentos para el recuerdo, la Bergman enamora y la soberbia fotografía en B&N de Aldo Tonti crea imágenes en las que las sombras se funden en la luz, creando una ambientación entre la opresión y la poesía visual. Total, que “Europa 51” es un gran melodrama que prefiere potenciar ideas y mensajes, aún corriendo el riesgo de poner en entredicho la credibilidad de la trama. Entiendo que divida a la gente, pero yo definitivamente me dejo engatusar.
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27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
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