Sahara (2005)

Pocas veces la crítica coincide conmigo (un talibán palomitero) en la valoración de una película.
Sahara es entre mediocre y mala, pero, señores: es muy entretenida, y eso es lo que uno busca en una cinta de aventuras.
No es Indiana Jones, ni La Momia, claro, pero tampoco es peor que otras del género. Estamos ante un producto comercial plano y sin pretensiones, pero resuelto con corrección y buen pulso.

Más que suficiente para una tarde de domingo.

Clásica película comercial norteamericana con sus escasas virtudes (espectáculo y algo de diversión), y sus múltiples defectos (tópicos, tópicos, exageración y más tópicos).

Pretende ser un producto de aventuras con situaciones y diálogos cómicos, pero no llega ni a la mitad del camino. Es previsible, poco original y en pocas semanas nos habremos olvidado por completo de ella. Por supuesto entretiene (que menos que eso), pero en ningún momento deja sensación de haber valido la pena porque como esa ya las hay miles y mejores.

Lo mejor de calle es Steve Zahn, y es que sin él la película sí hubiera resultado del todo infumable.