El castillo soñado (2003)

Podía tenerlo todo. Basada en un best seller, que no quiere decir sinónimo de calidad.
Perfectamente ambientada. Muy bien interpretada. Hasta Bill Nighy consigue contener su histrionismo. Sólo nos falla el director, que no sabe darle el ritmo necesario en ningún momento, que alarga muchas escenas innecesariamente, con unas elipsis de juzgado de guardia y consigue que la película se haga mucho mar aburrida de lo que debería haber sido.

La primera vez que vi este filme fue durante una estancia en Inglaterra en el verano de 2004, aunque no pude ver más de 5 minutos porque mi nivel de inglés no alcanzaba para comprender ese cerrado acento británico de época.

El caso es que me quedé con el nombre de la cinta y con el de su protagonista, Romola Garai. Desde entonces vengo siguiendo su carrera, aunque muchas de sus cintas no llegan por estos lares (entre lo que sí se la ha podido ver es "Scoop" de Woody Allen y en "Expiación").

"El castillo soñado" está centrada en su protagonista y las circunstancias que le rodean, con un enfoque muy janeausteniano de las relaciones personales, que muchas veces te parece estar dentro de una narración de la autora de "Emma". Todo ello para contar el despertar a la vida de una jovencita de mente inquieta y mucho más sentido común que la mayoría de los que la rodean.

Como suele ser costumbre en este tipo de producciones, la puesta en escena y las interpretaciones son de recibo, destacando la citada Garai y también otro ilustre del cine británico como es Bill Nighy en el papel de su bizarro padre. Como curiosidad en el reparto también hallamos a Henry Thomas (el niño de "ET") o a Rose Byrne (luego más conocida por su participación en "Troya" o "Señales del futuro"), que cumplen con solvencia en sus papeles.

Una agradable cinta de época que merece la pena ver.