La casa del río (1950)

Una de las obras más desconocidas de Lang, jamás estrenada en España y prácticamente en Europa, circunstancia debida a su fracaso comercial en EE UU, y que a tenor de lo visto, no pudo ser más injusto. Y es que pese a algunos defectos, como ciertas interpretaciones y a la apresurada resolución final, "House by the river" contiene momentos espléndidos, a la altura de las excepcionales capacidades de su director, sin duda uno de los más grandes creadores cinematográficos de la historia.

Sin ir más lejos, los diez minutos iniciales, en los que se muestra el "teatro de la tragedia" y se nos sugieren las aviesas intenciones de Stephen Byrne, son de una brillantez narrativa sorprendente, explicitada por medio de recursos exclusivamente cinematográficos: una mirada interesada a una joven sirvienta que se aleja, una ventana que se ilumina, un desagüe que suena y unas atractivas piernas que descienden por una escalera, constituyen el preludio del drama. Y todo ello resulta potenciado por una fotografía soberbia, de gran dramatismo, que ilumina y oscurece rostros y objetos de la manera más adecuada para la historia, construyendo así una logradísima atmósfera.

Al igual que en muchos otros filmes, Lang se interesa por indivíduos acosados por un sentimiento de culpabilidad, y también por los trastornos que el impulso sexual provoca, bien plasmados aquí en la figura de Stephen Byrne, personaje tocado por la locura, como tantos otros de los mostrados por el realizador alemán en sus películas.

Otro momento culminante es la secuencia en la que el citado personaje navega por el río en busca del saco acusador; la luz se vuelve entonces más fantástica que nunca, al tiempo que las ramas de los árboles y las hojas sumergidas de las plantas nos introducen brillantemente en un ambiente de pesadilla, incrementado por la fugaz y repetida visión de un pez que salta fugazmente fuera del agua, generando un terror enfermizo y culpable en Byrne; son momentos como estos los que hacen de Lang un gran artista.

"House by the river" tal vez no sea una de las mejores obras del gran Fritz, pero pese a ello posee algunas de las cualidades que esas grandes creaciones comparten, y solo por ello merece la atención de todo aficionado al cine. Por último, este buen filme nos recuerda que hay cadáveres muy "insistentes", y ríos que llevan vida a lo que se creía muerto.

Magnífica.

Leí, tras la película, que House By The River era la película más 'ulmeresca' que había filmado Fritz Lang, y no pude más que estar de acuerdo. En efecto, la sombra de Detour planea por su turbio metraje, aunque no alcance ese nivel de excelencia.

Las imperfecciones y el toque artesanal, incluso amateur, son más que evidentes, pero el poder de fascinación que tiene esta película es arrebatador. No me cabe duda de que actores con un poco más de enjundia podrían haberla llevado a otro nivel, pero incluso esa laguna tiene su sentido y su encanto, y encaja perfectamente con el espíritu de la obra.

El desenlace es muy rocambolesco, la verdad es que no me convenció, pero la mano maestra de Lang, evidente especialmente en la subyugante recta inicial, conduce con gran pulso esta singular y recomendabilísima propuesta.