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Concierto macabro (1945)

Concierto macabro
77 min.
7,0
639
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Hangover Square cuenta la historia de un talentoso compositor y pianista que, en estado de máxima tensión o concentración, sufre ciertos lapsos temporales. Durante años estos no han tenido gran importancia; pero cuando en la vida del hombre se juntan su obsesión por Netta, una cantante de Cabaret para la que escribe algunas canciones, y el deseo de terminar la composición de un Concerto que podría ser su obra definitiva, los lapsos pasarán a ser peligrosos, muy peligrosos. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Thriller Terror Drama Crimen Música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Hangover Square
Duración
77 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Patrick Hamilton
Links
Premios
1946: Festival de Locarno: mejor actor (Laird Cregar)
8
CONCIERTO PARA DOS MUERTOS, TRES INCENDIOS Y UN DESEQUILIBRADO
Tercera película que veo de este John Brahm, desconocido para mí hasta hace unos pocos meses, y que me ha parecido la mejor, estando por encima de "The Lodger" y "The Locket", aunque comparte con ellas la centralidad que la locura, en sus diversas manifestaciones, tiene en los argumentos desarrollados.

El mayor parentesco se da con "The Lodger", también ambientada en un Londres Victoriano generoso en oscuridades y nieblas, al amparo de las cuales actuaba Jack el Destripador. En este caso nos encontramos con un músico que presenta doble personalidad; las agudas notas de sus composiciones provocan en él un desdoblamiento, en el que su alter ego se revela como un peligroso asesino. De nuevo se aborda aquí el tema del doble, enfocándolo desde una perspectiva similar a la que proponía Stevenson en su clásica novela "Doctor Jekyll y Mister Hyde", si bien en la película el desencadenante del cambio no es una pócima, sino la música, recurso que puede parecer ridículo, pero que está bien sugerido y utilizado, funcionando perfectamente.

Ciertamente, lo más espectacular del filme es el arranque y el final, pero a mí me ha gustado en todo momento, especialmente por la calidad y la intención con la que está rodado. Digna del mejor cine negro, la fotografía de LaShelle reina indiscutiblemente, jugando hábil y sugerentemente con la oscuridad, la niebla y el fuego. Al igual que ocurría en "The Lodger", los encuadres sorprendentes y angustiosos están plenamente justificados y transmiten inquietud y desasosiego en todo momento, si bien aquí se alternan con algunos planos tomados desde grúa que resultan muy elegantes (destacables en la secuencia inicial y la final). En mi opinión el momento más brillante del filme es el que narra cómo se deshace el asesino de su segunda víctima, pues aúna ingenio, brillantez visual y considerable ironía. Cerca le anda, en calidad y dramatismo, toda la secuencia del concierto, en la que música e imágenes interactúan de manera soberbia, alcanzándose un clímax trágico impresionante.

El guión es correcto, sin alardes ni deficiencias reseñables, y los decorados y ambientación estupendos; entre los intérpretes se impone la figura protagonista, un Laird Cregar muy convincente y acertado, mejorando su anterior creación en "The Lodger". La música tiene aquí una importancia mayúscula, y qué mejor que contar con Bernard Herrmann, cuya partitura es estupenda e inquietante, sirviendo sus ocasionales disonancias para lograr una eficaz y original identificación con los desequilibrios mentales del protagonista.
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34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Con cierto aire macabro
Lo mejor de esta película son dos escenas. La del principio y la del final, que están realmente conseguidas. Lo que hay por medio es pasable, y breve, lo cual es de agradecer. Pero el sugerente argumento queda desaprovechado. Eso sí, los puristas de la técnica disfrutarán con esas escenas inicial y final. Ya saben, aquello de adelantadas a su tiempo bla, bla, bla.

Pero el aire macabro que rodea esta película está en los interpretes.
Georges Sanders, según cuenta David Niven en sus entretenidísimas memorias, siempre decía que se suicidaría a los 65 años... y así lo hizo, en Castelldefels para más señas.
Linda Darnell murió en un incendio, y hay una macabra coincidencia en esta película.
Y el protagonista, Laird Cregar, era una emergente estrella de la Fox de 28 añitos, aunque aparenta muchos más, que pesaba más de 150 Kg. El tipo para hacer este papel, ya que estaba harto de no hacer de galán por su físico, no se le ocurrió otra idea de hacer una dieta brutal, y la palmó de un infarto antes del estreno.

En fin, de esas películas con aire maldito, un título en español sugerente, un par de virguerías, que encanta a los cinéfilos y esas cosas. Se puede ver. O no, que no pasa nada.
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32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
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