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Red Letter Day (2019)

Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Una comunidad suburbana típicamente tranquila desciende al caos y la paranoia después de la entrega de misteriosas letras rojas que contienen instrucciones mortales. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
Red Letter Day
Duración
76 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
Una divertida mezcla entre comedia y survival.
A todos los directores, cuando llega el momento de rodar su ópera prima, les gustaría contar con presupuestos desorbitados, los mejores técnicos del mundo, actores de primera… Pocos son los afortunados que se encuentran estas oportunidades mientras la mayoría buscan dar el salto con cine de guerrilla: amigos como actores, casas ajenas de escenarios; y suele ocurrir que, a veces, menos es más como podremos ver en Red Letter Day. La ópera prima de Cameron McGowan parte de un escenario que, particularmente, me suele gustar: los barrios residenciales repletos de calles idénticas, el submundo de envidias y rencores que suelen darse entre vecinos. Como ejemplo principal tendríamos The Stepford Wives o su versión teen Disturbing Behavior, donde los problemáticos desaparecen de las calles, sin olvidar The Burbs de Joe Dante y los recelos sobre los recién llegados.

Melanie Edwards, junto a sus hijos Madison y Timothy, quiere pasar su día libre sin hacer grandes cosas. La aparición en el buzón de correos de unas cartas rojas, que conmina a los Edwards a matar a sus vecinos antes que estos acaben con ellos, dará al traste con toda la tranquilidad.

El mundo elegido por Cameron McGowan es una urbanización que promete alegría desde la mañana a la noche pero que, en realidad, es un aburrimiento. La presentación es rápida tras un prólogo que, realmente, sirve para generar expectativas que luego no se cumplen, y una vez conocemos a los tres protagonistas, la historia toma un camino que, para mí, es acertado; ya existe la franquicia de La Purga, de la que Red Letter Day toma unos cuantos elementos, así que busquemos otro camino y este es la comedia negra, porque lo que en principio parece una broma de mal gusto se va tornando más oscura. El guión de McGowan es irregular ya que apunta y a veces no acierta, sobre todo cuando sale del mundo familiar e introduce una serie de cortes de video para que el espectador sepa que hay otros vecinos que se toman en serio el asunto de las cartas rojas, todos estos momentos parecen sacados de otra película, una en la que el humor brilla por su ausencia, y da la impresión de haber sido incluidos para rellenar metraje o por darle más brío a la historia. Un error para mi gusto.

El tono de comedia de Red Letter Day está reforzado por el tono luminoso – y hortera - predominante en la fotografía de Rhett Miller y la brillante música de Jono Grant, que aunque a veces va por otros caminos resulta todo un descubrimiento; atención a los pocos, y muy logrados, efectos de maquillaje en los asesinatos y mutilaciones, ya que duelen por su realismo.

El casting lo componen rostros desconocidos pero Dawn Van De Schoot resulta todo un descubrimiento con su despreocupada, y tan alucinada que uno sospecha ha mezclado demasiados tranquilizantes con el desayuno, mamá Edwards; Kaeleb Zain Gartner, como el hijo, empieza flojo pero se va entonando, mientras la tercera en discordia, Hailey Foss, resulta floja en comparación con los anteriores.

Red Letter Day resulta agradable de ver, y muy simpática, aunque los resultados queden por debajo de las expectativas generadas durante el primer tercio del metraje, pero qué demonios: dura 78 minutos, hay un par de chistes graciosos y se agradece que sea casi en tiempo real.

https://www.terrorweekend.com/2019/09/red-letter-day-review.html
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Floja...
Lo mejor: el apartado visual (léase el maquillaje) cumple con creces con su cometido (sin ir más lejos la escena de apertura consigue que uno aparte la mirada de la pantalla con un efecto tan archiconocido como efectivo, siendo inmediatas e irremediables las reminiscencias a la mítica Die hard), mas tratándose de una cinta de corte independiente como la que ocupa (la síntesis sería la emisión de misteriosos sobres rojos para participar en una siniestra e incívica actividad conocida como “red letter day” basada en las interrelaciones personales de los círculos más próximo a una distancia física de cinco quilómetros o menos incitando a sospechar del vecindario, como en Disturbia, con cierto contenido cínico, machista, racista y de otra índole igualmente detestable) el logro es más meritorio si cabe; el anuncio publicitario para promocionar la comunidad de viviendas en la que transcurre la historia es tan convincente que despierta el deseo de adquirir un domicilio a través de la empresa, traduciéndose en un claro ejemplo de cuán engañosas pueden ser (y de hecho son) dichas campañas; la crítica a la privación de la intimidad que ha supuesto tanto avance tecnológico es tan certera como el mensaje de trasfondo sobre la que pivota la trama, apoderándose la paranoia y el caos (la presunta viralización de la reivindicación social es sensacional) tanto del público que la cinta se antoja digna de proyectarse en cualquier festival especializado que se precie por su cruenta consumición e inmediata digestión, patentándose una variante de La purga en su versión más forzada e intrascendental, obviando las enormes e insalvables distancias entre ambas, pues no tiene cabida semejante comparación.

Lo peor: la ambientación apela a la retrospección de un modo tan superficial que resta la sensación de haberse desaprovechado una inmejorable oportunidad, y es que limitar todo a la estética (atendiendo a minucias como videojuegos añejos pero descuidando alusiones como herramientas modernas o incluso la propia consola) no es suficiente, y menos atisbándose tantos frentes propicios para ensalzar dicho aspecto; el guión es, posiblemente, el más deshonroso e inconsistente de la década (cómo diantres se puede estar con la pareja románticamente y surgir la pregunta de a quién y cómo mataría el otro sin ningún tipo de alegato preliminar es algo que como mínimo sorprende) aunque, pese a ello, la película se disfruta holgadamente durante sus poco más de setenta minutos de duración, no alargándose más de lo necesario y, aún así, se plantean varias situaciones totalmente prescindibles y otras tantas decisiones lamentables (como dejar solos en casa a dos adolescentes para ir a visitar a otro allegado cuando todo el clan ha padecido una anónima e indirecta amenaza de muerte por parte de un neoliberal grupo anarquista); la familia protagonista, clasicista y esnobista (en servidor debe reconocer que no había tenido conocimiento de este término hasta ahora) donde las haya, despierta el sentimiento más común e indeseable en el séptimo arte (y de hecho en cualquier vertiente cultural), nula empatía, tratándose de una especie de obra teatral de suspense (la vertiente dramática representada en una breve anécdota pasada recordada instantes antes del desenlace es simplemente bochornosa) que, de penosamente escrita e interpretada, termina siendo una de comedia.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
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