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Nervios rotos (1968)

Nervios rotos
113 min.
6,5
466
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Martin es un joven con la mente perturbada que tiene una madre que lo trata como si fuera un niño pequeño, un padrastro que lo desprecia, y un hermano retrasado encerrado en una institución mental. Su única amiga es Susan, con quien le une un vínculo muy especial cuando Martin se refugia en su "otra" personalidad... la de Georgie, un niño de seis años. Pero cuando Susan se distancia de él, Martin entra en cólera y se obsesiona de tal forma con Susan que inicia un oleada de inusitada violencia. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Terror Drama psicológico Slasher Película de culto
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Twisted Nerve
Duración
113 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1968: Premios BAFTA: Mejor actriz secundaria (Billie Whitelaw)
7
Hitchcock sin Hitchcock, pero con Hitchcock (y Tarantino)
Si hay algo que ha hecho verdaderamente grande a Alfred Hitchcock no han sido sus películas, que también, ni esa pléyade de aburridos catetos tocapelotas que todo gran creador arrastra consigo, convencidos de que el resto de la humanidad no tiene ojos en la cara y dispuestos a conjugar sin descanso, como esos borrachos de tasca cocidos en pacharán que farfullan una y otra vez el mismo chiste hasta que se quedan dormidos sobre sus propios vómitos, todas las formas posibles del verbo “sobrevalorar”. No, ellos no, pobrecitos, ya tienen bastante con lo suyo. Lo que ha nutrido realmente la figura del Gordo hasta reventar sus costuras han sido sus saqueadores, la interminable lista de directores que han recurrido, en una u otra ocasión, al homenaje, la parodia o directamente el plagio de alguno de los rasgos más personales de su cine. La sombra de Hitch es inmensa y alargada y pocos son los que se libran de estar bajo ella. Menos son aún quienes salen ganando en la comparación.

“Nervios rotos” es un más que aceptable thriller y no una película extraordinaria, pero quién sabe si podría haberlo sido, si en vez de llevar la firma de uno de los dos gemelos Boulting hubiera llevado otra, huelga decir cuál. La historia de un joven perturbado que se enamora de una dulce y rubia bibliotecaria y trama un enfermizo plan para hacerse con sus morritos y eliminar de paso a su molesto padrastro la dirige muy profesionalmente Boulting, con su intriga y sus picos de tensión bien distribuidos, su buena dosis de morbo sexual y esa pizca tan inglesa de sardónico humor negro, todo ello narrado con un completo y saludable desprecio por la corrección política tanto del argumento como lingüística, que tantos problemas dio a sus responsables en el momento de su estreno.

Y, sin embargo, pese a la corrección del producto final, uno no puede dejar de preguntarse cómo habría sido esta peli, en que pueden verse algunas caras que se ven también en “Frenesí”, de haber estado al mando del timón aquel cuyo estilo inconfundible, a todas luces, se trata aquí de remedar. Ve uno esta peli y la disfruta, pero no puede dejar de preguntarse si Hitch no habría añadido más sombras y dudas en los móviles de los personajes en vez de optar por el esquematismo conductual, si habría resuelto igual escenas tan sugerentes como la del garaje o la de la leñera, si no habría sabido guardarse cartas en la manga y no mostrarlas hasta que fuera necesario hacerlo, si el final habría sido tan rutinario y anodino, si no estaríamos hablando ahora de una película distinta y mejor. Y es que Hitchcock ha modificado nuestra percepción del cine hasta tal punto que, tantos años después, sigue aquí sin estar aquí, aunque no sea él quien esté detrás de la cámara ni fuera para una de sus obras maestras la música de Bernard Herrmann que tantos pececitos desmemoriados atribuyen a Tarantino cada vez que suena un móvil. Y lo cierto es que podría haberlo sido. Aunque eso le dé mil patadas al plasta del pacharán.
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21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El tierno Georgie y el perverso Martín.
Martín un muchacho que no sabe qué hacer con su vida, y el cuál tiene conflictos con su padrastro, y una relación extraña con su madre, se obsesiona con una chica que conoce en una juguetería, y decide hacerse pasar por un discapacitado mental, para entrar a su casa, que es una especie de pensión regentead por su madre, una mujer separada, que ocasionalmente se acuesta con uno de los inquilinos, y que se termina excitando con Georgi.
La historia está muy bien narrada y decentemente dirigida, con ese cuidado en las formas de los thrillers británicos de finales de los 60, el guión tiene un precisión milimétrica, buenos diálogos y todas las interpretaciones están a tono con los personajes, destacando por sobre los demás, la gran interpretación de Hywel Bennett.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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