Ojos de fuego (1983)

Un cuasiprecedente -pero tendente al delirio, contrapuesto a la "sobriedad"- de la reciente "La Bruja". En 1750, un grupo de pioneros, huyendo acusados de brujería, llegan a un misterioso valle habitado por un espíritu o bruja de los bosques con malas pulgas, que hechiza a humanos y los funde con árboles y la naturaleza.
Las pelis fantásticas ambientadas en la Norteamérica de los S. XVIII-XIX no son abundantes pero tiene un extraño atractivo para mi gusto. Otra película oculta, menor pero simpática: “Chikara” (1977).
“Eyes of Fire” posee cierta pretensión muy sensorial antropológico-místico-Naturaleza primigenia, casi prima “creature feature” de Peter Weir; y es hija grata de su tiempo, tanto en la (bella) fotografía de un Crounse especializado en esos menesteres –pese a algunos trucajes ópticos psicodélicos, cuando aparecen "criaturas"-como el maquillaje y los fx. Pese a algunos pasajes menos interesantes y una parte final algo caótica, es una obra sugestiva y atmosférica, y con música irlandesa compuesta por Brad Fiedel (“Terminator”, “Noche de miedo”).

Película ochentera de serie B sobre brujería, que es el primer largometraje de su director, de los dos únicos que tiene, junto El Invisible Kid (1988), y que cuenta con un reparto con nombres como Dennis Lipscomb (Alma Asesina, 1987), y Guy Boyd (Doble Cuerpo, 1984).

América, siglo XVIII. Un hombre es acusado de adulterio y poligamia y, con la ayuda de su familia y una especie de Dríada pelirroja que crea una burbuja protectora en su balsa, consigue escapar de su ejecución. En la huida se les unen otros renegados, y juntos inician un nuevo asentamiento en un remoto bosque perdido. El problema es que no contaban con que era un lugar maldito, hogar de brujería natural y criaturas de un mundo oscuro. Mientras van creando el nuevo hogar y sufren los ataques del bosque, la Dríada está en batalla constante contra las maldiciones.(FilmAffinity)

Esta película tiene un tono extraño que acompaña la trama de principio a fin, mezclando un western con una trama de brujería que se va introduciendo y tomando el control de la propuesta, sobretodo cuando está se acerca a su final. Las actuaciones cumplen sin más, destacando un Dennis Lipscomb que intimida sin necesidad de intentarlo, y los efectos, aunque algo cutres en ciertos momentos, concuerdan con la propuesta de serie B que el espectador se ha acercado a ver, y consigue hacer que algunas escenas sean bastante inquietantes. El ritmo resulta pausado, sobretodo en la parte inicial, donde parece que estemos viendo un western puro con algún elemento sobrenatural, pero hacía su mitad la trama va tomando forma a medida que se va oscureciendo y resulta mucho más disfrutable.

Con un arranque algo costoso, Ojos de Fuego es una extraña propuesta que merece la pena ver, tanto por una combinación de géneros tan inusual como disfrutona, como por su terror arriesgado y efectivo.

Nota personal 6/10