Moss Rose (1947)

Para los que les entusiasme el Londres de la época victoriana, ver esas estrechas calles entre la niebla desde lo alto de un carruaje, y un hombre misterioso que sale de una casa donde ha habido un crimen, Moss Rose podría ser una buena película para descubrir.

Moss Rose te invita a ejercitar la capacidad deductiva policíaca que puedas tener, a pesar que está Vicent Price de inspector. Se trata de un inspector que tiende a distraerse un poco y parece que le importa más la floricultura que otra cosa.

Moss Rose es un película cuya protagonista, Rose, una humilde bailarina hija de un cochero, nos cuenta su historia y sus sueños, y que desde el principio su simpatía y su delicadeza cala hondo con quien se va cruzando, y con el espectador el primero, por supuesto.

Misterio gótico con todas las de la ley.
Protagonista femenina pero no tan vulnerable. De hecho, en los primeros momentos, no te puedes creer cómo esta chiquita ( Peggy Cummins), de voz y rostro aniñados y baja estatura, tenga los bemoles necesarios para meterse en el berenjenal en el que se mete.
Que se han cargado a su amiga pero, a ella, eso se la trae al pairo. Sospecha de su amante ( Victor Mature estupendo pero menos oscuro de lo que me habría gustado), caballero de alto copete al que vio salir de su habitación minutos antes pero, ella, mutis por el foro. Tiene sus propios planes con respecto a ese caballero.
El inspector ( Vincent Price también muy bien) será muy listo y amante de las flores pero, ella, buscará a Mature para hacerle una proposición que no podrá rechazar. ( spoiler).
Ethel Barrymore soberbia como siempre, nos deleitará con una de sus magníficas actuaciones encarnando a la madre de Mature y Margo Woode muy bien también en el papel de celosa novia, mientras la trama, llena de giros e intrigas, están perfectamente dosificados y apoyados en la elegancia que le confiere la ambientación propia de estas intrigas; mansión imponente, hermoso vestuario, escenas nocturnas, carruajes, calles empedradas, neblina londinense...
El conjunto resulta cálido e intrigante y cuyo argumento, sin abandonar en ningún momento el suspense, no deja de tener cierto sentido del humor.