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33 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
El hombre es lobo para el hombre: desmoralizador relato de un viaje infausto
Desde Guatemala a Guatepeor, desde el infierno al abismo más tenebroso… Es encomiable que un director español, burgalés para más seña, nos ofrezca en su primera cinta un relato de unos ilusionados guatemaltecos en busca de una vía de escape a su pobreza y chato horizonte y emprendan una odisea poco gratificante de superación personal y ambición adolescente hacia ámbitos más propicios. Y como ya dijo el sabio, lo interesante de todo ese ajetreo es el viaje en sí mismo y no el mero punto de destino.

Y los hitos del camino serán los peores monstruos que imaginarse pueda: atrás quedaron las sirenas, los argonautas, las bestias o los cíclopes, quedan por sortear otros seres humanos, que tratan de hacer negocio de la miseria ajena, que explotan, secuestran, humillan, roban y sojuzgan a cualquier persona que trate de buscar un mundo mejor, trate de alcanzar una playa más cálida y grata que le que conocen. Y no hay bajeza, indignidad, vejación, ofensa y vergüenza que los ¿semejantes? no estén dispuestos a infligir a aquellos otros que muestran un poco de iniciativa y coraje por salir del lodazal en el que se encuentran inmersos.

Ingrata cinta de escasos diálogos, frenéticos movimientos de cámara, estilo documental, imágenes pedregosas, narrativa lineal y poco propensa al entretenimiento, angustiante relato de un loco peregrinaje por tierras americanas, de exuberante belleza y desleal afecto… Hay mucho que alabar en esta recia cinta hecha con amor hacia los personajes y odio hacia la sociedad, pero resulta difícil recomendar ésta más que lograda cinta que le puede a uno indigestar su próxima comida (trata de blancas, tiro al hombre como si fuera tiro al plato, expolio y oprobio del débil hacia el más exánime aún), porque no es para nada agradable ver lo que ya sabemos y comprobar que tenemos muchas suerte por vivir en un mundo reglado, ordenado y bastante pacífico…

Potente cinta de imágenes poderosas y desenlace descorazonador. Para espectadores curtidos, optimistas irredentos y espíritus concienciados sin resquicio para el desaliento.
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39 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cruda, emotiva y sencilla.
Hay veces que la modestia y las buenas intenciones de una película que se acerca a temas sociales de dolorosa actualidad, nos puede llevar a confundir una vulgar y olvidable colección de tópicos con el buen cine. Este era el temor principal ante una película como La jaula de oro, ópera prima del español Diego Quemada-Díez, que comienza su andadura como director tras muchos años trabajando como operador de cámara para gente de tanto renombre como Ken Loach, Oliver Stone o Alejandro G. Iñárritu.
Afincado en México desde hace muchos años Quemada-Díez ha querido acercarse en su primera película a un tema tan espinoso como es el de la inmigración. Un asunto que siempre está de triste actualidad, bien sea en las costas del sur de Europa, o en la frontera entre México y los USA. En este caso, y con un notable conocimiento de la situación, La jaula de oro se acerca al problema de los emigrantes guatemaltecos que quieren llegar a Estados Unidos, pero para ello tiene que vivir previamente otra odisea, tanto o más peligrosa, como es atravesar el territorio mexicano.
La historia comienza en un suburbio guatemalteco, cuando tres adolescentes deciden emprender el duro viaje hacia la (supuesta) libertad, que ha de llevarles hasta los Estados Unidos , atravesando primero todo México. Uno de ellos es una chica que debe hacerse pasar por chico para que su camino sea más fácil. Uno de los tres decide abandonar el viaje ante los primeros contratiempos. Por contra, se suma al grupo otro chaval de origen maya y que no habla español. De esta forma Juan, Sara y Chauk emprenden un viaje tan duro como, por momentos, aterrador, en el que la lealtad y la amistad serán definitivos a la hora de mantener la ilusión por un futuro mejor al otro lado de la frontera. Un futuro tan esperanzador como, en el fondo, imposible.
Diego Quemada-Díez, que además es uno de los tres autores del guión, se acerca a la historia con una dureza extrema, mostrando, sin concesiones, todas las penurias por las que estos tres chavales tienen que pasar antes de alcanzar su objetivo. Pero su visión, lejos de caer en un dramatismo extremo, más sensacionalista que necesario como ocurre en otras historias, resulta casi pudorosa, y de una honestidad que llega a conmover. Es cierto que los protagonistas sufren, pero la película no se regodea en ello, más bien al contrario, nunca abandona un tono de esperanza, triste, pero ilusionante. La jaula de oro es una película cuyos personajes, apenas adolescentes, siempre miran hacia delante, y con ellos, nosotros, los espectadores, no podemos evitar contagiarnos de esa fuerza que los impulsa, pese a todo, a conseguir su objetivo.
Sin grandes alardes, el director pone la cámara a la altura de los ojos de sus protagonistas, para mostrar una tremenda realidad, de la que solo en alguna ocasión se permite el lujo de extraer unas pequeñas, pero necesarias, gotas de poesía que dicen mucho de su sensibilidad como cineasta. De esta forma La jaula de oro se convierte en una ópera prima madura y serena, sin excesos ni estridencias, que consigue dejarte conmovido en la butaca.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Aterrante naturalidad
Se trata de una película tranquila que cuenta la historia de dos chicos y una chica, que se unen en su camino hacia el norte. Hay dos aspectos clave que conmueven sin compasión, la escasa necesidad de diálogos entre los personajes y la excesiva naturalidad de todo el filme.

Sin necesidad de hablar, la intensidad de las aventuras y el modo de contarlo mantendrán pegado al sillón incluso al espectador más despistado. Hay que ver la película para enterarse de todo.

La naturalidad en el modo de mostrar todo lo que ocurre es aterrante. Ya no hay rabia ni denuncia social, lo que se ve en tan habitual y está tan metido en los genes de la sociedad que lo vemos y degustamos con total conformidad. Asumiendo que es así, que tiene existir sufrimiento y dolor humano, que no hay nada que hacer, que si se tiene la suerte de llegar a alcanzar nuestros sueños, será para barrer los despojos de los sueños que otros rompen.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La Jaula de Oro: La mejor película lationamericana de los últimos años
Ópera prima del joven director español Diego Quemada-Díez, luego de algunos cortometrajes. “La Jaula de Oro” filme mexicano, fue una de las películas lationamericanas que estuvieron en el FICCI en la sección de “Gemas”, y que llegó al festival siendo una de las producciones más premiadas y alabadas en el 2013, en su paso por distintos festivales alrededor del mundo, entre ellos Cannes, donde volvió con el premio a Mejor Reparto en la sección “Una Cierta Mirada”.

El filme tuve la oportunidad de verlo en presencia de su director Diego Quemadas-Díez, como proyección del programa “Cine bajo las estrellas”, en el Patio de Banderas del Centro de Convenciones. En donde a pesar de que cerca del centro amurallado había un sonido muy alto que en ocasiones interfería, el poder visual del filme se imponía con el pasar del metraje. Yo sentado en mi lugar en un buen puesto en la parte delantera, cerca del director, me disponía a ver este filme con expectativas medias. Pronto empezaron a aparecer las primeras imágenes y empecé a meterme en esa maravillosa historia de dolor, sobre un tema tan tratado como es el de la inmigración, pero que Quemada-Díez presenta de forma tan artística, original, retratando sin censura y contención la belleza y el dolor, en donde incluso tiene el humor cabida dentro de ese intenso drama.

“La Jaula de Oro”, dirigida por Diego Quemada-Díez y escrita por él mismo en compañía de Lucía Carreras y Gibrán Portela, nos relata la historia de dos adolescentes Guatemaltecos Juan y Sara (quien se ve obligada a vestirse de hombre), quienes pronto se cruzan en la travesía con un joven indígena, que emprenden un viaje con el objetivo de migrar a los Estados Unidos y cumplir el sueño americano, a través de una ruta donde les esperan muchas aventuras y experimentarán el terrible drama que muchas personas sufren en ese viaje de incertidumbre y peligros donde no vuelta atrás. Pero en todo ese trayecto, nuestros protagonistas un poco alejados del terror y miedo que los envuelve en cada paso que dan, pueden sortear la aventura fortaleciendo los lazos de amistad, comprensión, tolerancia, diversión y amor… aunque esto no sea garantía de la absoluta felicidad.

Todo este trabajo que realiza el director con su equipo, que además hay que mencionar el excelente trabajo de dirección y de fotografía, entre otros aspectos técnicos, y la dificultad que debió suponer filmar en esos escenarios reales, es totalmente solventado por un mangífico trabajo de los jóvenes actores, quienes actúan de forma muy natural, el mismo director mencionó que todo el reparto estaba conformado por novatos, pero aún así mantienen una buena química y trasmiten con veracidad todas las emociones por la que pasan en toda su travesía.

El director también mencionó antes de la proyección, que todas las escenas y las historias que se muestran en el filme son relatos reales de personas que lo han vivido, y esa veracidad la podemos experimentar en las misma locaciones, por lo que en muchas oportunidades podemos tener la sensación de estar viendo un documental.

La película me gustó mucho, sus 110 minutos de metraje se pasan volando, y el ritmo que maneja el director es muy bien medido, creciente con buenos intervalos, muchas escenas me divirtieron, me pusieron nervioso al punto de entrecerrar los ojos, me conmovieron enormemente, me dejaron impresionado con los ojos abiertos de par en par y todo en todo ese drama cuasi documental, encontré planos y encuadres muy buen realizados, que sorprenden a todo cinéfilo que admire la belleza y la poesía en imágenes. Por todo esto, la primera reacción que tuve al ver el filme fue que estaba viendo sin dudas una Obra Maestra, pero mencioné que tenía que meditarlo un poco más. Ya lo he meditado lo suficiente y puedo afirmar con seguridad que “La Jaula de Oro” es una Obra Maestra. Una de las mejores películas proyectadas en el FICCI, y la mejor latinoaméricana que he visto en los últimos años.

http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2014/04/comentario-pelicula-la-jaula-de-oro.html
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pájaro joven no sale de la jaula
La carrera en solitario de Diego Quemada-Díez ha estado dedicada, hasta ahora, al cortometraje. Reino semi-desconocido en el que logró hacerse un nombre sobre todo gracias a 'I Want to Be a Pilot', en el que se recogía el desesperado deseo de ser piloto por parte de un niño keniano seropositivo. El factor patetismo, obviamente, estaba presente, pero bien entendido, pues no había otra manera de recoger dicho testigo si no era a través de una carga emocional que en ningún momento hacía falta inventarse, sino más bien saber apreciar. Emocionado es precisamente cómo subió este director al escenario de la sala Debussy para presentar su primer largometraje. La voz temblorosa y los ojos llorosos eran más que comprensibles... no todos los días se consigue debutar en el certamen cinematográfico más prestigioso del mundo.

De modo que ahí estábamos, en aquella superdotada 66ª edición del Festival de Cine de Cannes. Aquel mismo día habíamos tenido ocasión de despertarnos con la -extraordinaria- película que a posteriori cosecharía el Premio a la Mejor Interpretación Masculina. También habíamos podido seguir con las buenas sensaciones (¡y de qué manera!) con el filme que acabaría conquistando ni más ni menos que la Palma de Oro. El listón no estaba precisamente bajo. Aun así, después de la proyección de 'La jaula de oro', que así es como se titula la ópera prima de Quemada-Díez, la Debussy estaba en pie, aclamando a todos sus protagonistas y pidiendo a grito pelado que lo que acababan de ver estuviera representado en el Palmarés de la sección Un Certain Regard... sin dejar de preguntarse si no hubiese sido mejor empaparse de esta gran ración de cine en la Sección Oficial a Competición.

Más allá de posibles mosqueos con la organización, quedó en el espectador el imborrable recuerdo surgido de la descubierta inesperada de un talento que, a pesar de su poco rodaje, presentaba un avanzadísimo estado de eclosión. 'La jaula de oro' es, en cuanto a planteamiento, una repetición de la celebrada -y algo sobrevalorada- ópera prima de Cary Fukunaga, 'Sin nombre'. Los interminables itinerarios ferroviarios de América Central como camino a seguir para abofetearnos con el también interminable drama de la inmigración. Sin concesiones y con una crudeza que pone los pelos de punta. Como se ha dicho unas líneas más arriba, antes de la presentación oficial, Diego Quemada-Diez estaba visiblemente emocionado, pero más que por el abrumador honor de presentar su obra en un escenario tan impresionante como aquel en el que se encontraba, lo estaba por aquello que transmitió a la audiencia: por la posibilidad de contar la historia olvidada (por insoportablemente atroz) de una gente olvidada.

Misión cumplida, gracias sobre todo a un trío protagonista entregado a la causa (merecidísimo Premio al Mejor Reparto de la sección Un Certain Regard), a una técnica de filmación excelsa (el director y co-guionista tiene poca experiencia como capitán de barco, sí, pero se ha empapado directamente en numerosas ocasiones del trabajo súper-dotados de la talla de Alejandro González Iñárritu) y a un tono tan cruel como el destino... y tan justo que aflora, de manera terrorífica, la más cruel de las injusticias. En esa ocasión nos tocó acompañar a tres chavales que ni siquiera se acercan a la adolescencia, pero su historia es en realidad la de miles de personas que cada día se queda sin escribir. La de Juan, Chauk y Sara (esas tres almas que se convirtieron en simples trozos de carne desde el mismo momento en que decidieron emprender el viaje de Guatemala a los Estados Unidos) queda brillantemente inmortalizada merced a un compromiso inquebrantable que sabe apoyarse sin miedo alguno en un uso magistral de la técnica cinematográfica.

La ficción (?) más intensa se mezcla brillantemente con el documental más desgarrador y en esta trepidante odisea, cada respiro o breve momento en que asoma la bondad humana es rápidamente compensado por un horror que, directamente (y no queda otra) clama al cielo. No se puede hablar de golpes de efecto porque éstos no están ahí para noquear a la audiencia (aunque éste sea efectivamente el efecto causado) sino para estamparnos, muy honestamente, una situación que, por mucho que le demos la espalda (en esto estamos) sigue estando ahí. Hablamos, por supuesto, de la insoportable indefensión del ser humano ante el propio ser humano. No es que haya monstruos -que también- es que todo en sí es una monstruosa monstruosidad. El oro, queda claro, se lo quedan unos pocos... en cambio en esta jaula cabe todo el mundo. Diego Quemada-Díez, queda claro también, lo sabe; se ha empapado de ello, y por esto se pone tan doloroso como -nos guste o no- necesario.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
...no deja de ser prisión...
Tres jóvenes amigos deciden partir de su país de origen, Guatemala, para ir en pos del sueño americano, para ello tendrán que cruzar todo México; la mayor parte del viaje deberán ir montados en el tren conocido como “la bestia”, y sortear un sinfín de dificultades y contratiempos.

Ellos son Juan, Samuel y Sara, quien sabiéndose más vulnerable por su condición de mujer se hará pasar por varón; después conocerán a Chauk, un indígena tzotzil que no habla español, y a quien Juan le muestra su rechazo a cada instante. Luego de cruzar la frontera con México son deportados, ahí Samuel decide quedarse, Sara y Juan volverán a intentarlo, y Chauk buscará integrarse con ellos para juntos tratar de llegar a su destino.

La ópera prima de Quemada-Diez es una historia ya muy trillada y que ha sido contada en filmes muy recientes (las menores Sin nombre y La vida precoz y breve de Sabina Rivas), sin embargo el debutante director español radicado en México logra un film muy humano y entrañable pero al mismo tiempo tan duro como la realidad misma.

Es una película que esquiva con mucha precisión cualquier tipo de clichés, golpes bajos y maniqueísmos, lo hace con una puesta en escena más bien clásica, sin mucho aspaviento y con un rigor que parece ajeno a un debutante.

Quemada-Diez centra su relato en su trío protagonista: Brandon López, Rodolfo Domínguez y Karen Martínez, todos magníficos en su papel, los acompaña en sus primeras interacciones, en sus flirteos y en los rechazos que deberán ir cambiando por aceptación al saberse un equipo, sobre todo cuando se enfrenten a peligros que no conviene desvelar.

El viaje se vuelve inevitable, y allí cambiará todo, pero el director más que ocuparse en los personajes con los que se van encontrando, los que los ayudan y quienes los meterán en serias dificultades, incluso disgregando al trío, se mantiene siempre al lado de sus personajes, en su dolor, y en sus mínimas alegrías.

Quizá su historia no sea la más original, pero La jaula de oro es una película que evade morbos y sentimentalismos; un film áspero pero noble y conmovedor que merece la pena verse.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
TAN DURA COMO HERMOSA.
Dura, excelente, cuidada, desesperanzada. Una película que se aloja en la mente y en el corazón; siempre difícil porque despierta lados dormidos en nuestras conciencias de la opulencia.

Magníficamente creada con imágenes que desde su simplicidad nos embriagan de belleza... esa belleza que conduce hacia lugares ajenos y lejanos.

No es fácil caminar por los senderos a los que nos invita, pero si tu aguante lo soporta, el trayecto merece la pena.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una perla del cine latinoamericano
Seré escueto, y resumiré mi crítica resaltando el film como un imperdible. Sencilla, simple, maravillosa, natural.
Lo tiene todo para ser atesorada en la memoria, bien dirigida, bien actuada, buena banda sonora, un guion refrescante para aquellos que solemos ver cine.
Siento que representa de forma magistral la adolescencia temprana, el amor adolecente. Esto último se desarrolla en un hilo determinante (central) el cual nos enfrenta a una realidad cruda, la cual es presentada de forma cotidiana. No es la sensibilización barata que ofrece el cine taquillero de Gringolandia, no recurre a una adolecente con cáncer que quiere cumplir sus sueños. Por el contrario ilustra una problemática social más común de lo que nos gustaría, con un mundo que transcurre muchas veces ajeno a esta.
Una obra de arte, le di 9/10, y a veces pienso que fui egoísta. Hay una escena en donde los chicos bailan, a la memoria se me vienen pocas escenas "musicales" de tal calidad (la intro de Underground y un par de escenas de Bale y lawrence en el Escandalo Americano).
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sobrecogedor viaje de inmigrantes centroamericanos a la tierra prometida del Norte
Acabo de ver el film que más ha tocado mi emoción en mucho tiempo y necesito escribir sobre ello.
Me sangra dentro que un crítico del Hollywood Repórter diga que esta película le ha decepcionado por hacer un relato tibio de un tema político de actualidad como es la inmigración centroamericanos al paraíso USA.
Este es un film inmenso, implacable y humano a la vez, que retrata, sin falsos sentimentalismos pero con una hondura y honestidad fuera de lo común, el viaje de los desharedados de la vida a la esperanza casi inalcanzable que se encuentra más allá de México.
Relato plagado de miradas y silencios, de crueldad y amistad, de supervivencia y poesía, de desprecio a la vida y de canto a la vida, de jungla, desierto y nieve.
No se puede hablar solo en esta película de la narración cinematográfica, que es extraordinaria en sí misma, sino de la mirada llena de realidad y de emoción del director y de esos cientos de inmigrantes que pueblan los trenes de la muerte y de la esperanza, además de los jovencísimos protagonistas principales, más que intérpretes, que, más que actuar, viven en este excepcional viaje a través de lo más infame y solidario del ser humano.
Hay películas que honran al cine, y ésta es una de ellas.
Gracias por haberla realizado, en nombre de lo que queda de dignidad de la condición humana.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran suma de verdades
Me daba pereza ver una peli sobre migrantes latinos hacia EEUU. Más que nada porque ya se ha tratado, a parte del miedo a encontrarte una ficción de estilo documental demasiado lenta. Demasiado real.

Aunque he de reconocer que esa pereza, cuando lo real invade la pantalla y no tiene fisuras, te golpea y te conmueve y te alegras de haber pagado una entrada por ver cine escrito con imágenes puras y ciertas. Sobre todo porque la diferencia entre una "cámara documental" y ese cine verdad, cuando la hay, se nota en todos los poros de los planos. Y más aun cuando, además de lo que ves, adquiere aun más importancia y fuerza lo que no ves: las elipsis, los contextos, las puertas que se abren, los pasados de los personajes.

Se nota un trabajo de investigación porque el relato es solo la punta del iceberg. Tanto, que es una peli totalmente distinta a lo que has visto de tres migrantes hacia su sueño en un largo viaje iniciático por tres países.

Además hay cuidado con los personajes, con sus arcos dramáticos, un trabajo narrativo que consigue esa fusión perfecta entre la ficción y el documental. Hay conflictos y hay emociones. Hay empatía y una mirada cándida con ellos: no hay regodeo en el lado más violento de ese viaje en tren. Y sabes que enrealidad es mucho peor, porque también te lo están contando, pero agradeces, pese a que la peli es dura, esa ternura y esa apuesta por no enseñar más de lo necesario.

La peli tarda en coger pulso pero mantiene su propuesta con ritmo y vigor. Es una película apabullante, casi un diez. Lástima que pese a que hay emoción, muchos directores sigan con miedo a pasarse, a que la crítica les tache de sentimentalistas, como si tocar demasiado la fibra del espectador fuera un acto vil, un golpe bajo. Ese miedo a quedarse corto antes que pasarse....lástima, porque podría ser una película mucho más emocionante y viva y no por ello dejaría de ser real. Y resulta a veces demasiado correcta ¿Pero quién ha dicho que la distancia es honestidad? ¿Por qué un piano aséptico usado con tanto escrúpulo es más respetuoso que una gran orquesta?

Acabemos ya con esos discursos de cierta crítica especializada que no esconden sino una mirada burguesa, fría, de quien tiene miedo a la emoción. Si esta peli la hubiera hecho un mexicano sería una bomba de relojería. Los europeos tenemos demasiada tontería de niño rico encima. Maldito Haneke. Échale más huevos la próxima vez.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La geopolítica actual y el acondicinamiento
Si a diario y a lo largo de la vida te hacen creer que los ciudadanos de primera clase se encuentran situados en el norte del planisferio y que en tu país el acontecer de los hechos se torna con mediocridad y acentuado convenientemente por la tiranía al mando de muchos gobiernos, juro que funciona. Para los habitantes de Centroamérica —llámese de Guatemala hasta Panamá—, esta concepción no ajena a las comunidades más desprotegidas de México se les acondiciona para concebirse como "indios" en sentido más peyorativo posible, y que al encontrarse fuera asuman posturas de sometimiento, agravándose cuando lo ejerce tu propio pueblo.

Este acondicionamiento imposibilita el avance de las naciones con la fuga de talentos sin descubrir y relegarlos a tareas pesadas en el campo y restaurantes del gigante del norte, haciéndoles creer a través de los billetes verdes su integración al primer mundo y anular toda expectativa en pro de su crecimiento personal con actividades fuera de estos ámbitos.

A "la jaula de oro" muchos se proponen llegar, sin embargo para lograr el encierro (por cierto, omitido por muchos inmigrantes), hay que pasar el temible México, para confirmar el infierno que representa para el centroamericano atravesar la selva Lacandona. Una vez más y a manera de docu-drama el director va tras un grupo de 4 personajes con el primer propósito de cruzar el país azteca con la ayuda de la bestia, sin embargo los obstáculos jugarán sucio y harán desistir a los jóvenes en su idea por alcanzar la frontera norte.

Escenas de crudeza pura, escenarios plagados de devastación hacen de La jaula de oro, algo palpable. Aquí la línea de la ficción y realidad es casi inexistente. Película no menos impactante que otras filmadas en los últimos tiempos (Sin nombre, 7 soles, Paraíso Travel y la más reciente La vida precoz y breve de Sabina Rivas) bajo el mismo argumento.

Antes de concluir es una lástima sea de las coartadas por otra película sin el poderío para obtener un galardón en los Goya correspondientes a mejor película hispana de América... aquí presente el drama sin sutilezas para la complacencia
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Cuando la vida de un ser humano importa menos que el orín de los perros
Las vicisitudes por las que han de pasar gran número de mortales en la búsqueda de una vida digna nos convierte en meros espectadores de la injusticia, cuando no en cómplices, por dar la confianza a una serie de políticos y autoridades al servicio de interesadas leyes, que condenan a seres indefensos, muchas veces niños, a la esclavitud, el escarnio y la muerte.

"La jaula de oro" es un documento suavizado precisamente por su calidad de ficción, la realidad en que está basado es todavía más fuerte. Los latinos, que se arrastran por desiertos mexicanos o cabalgan a lomos de trenes de mercancías, buscando la frontera que divide supuestamente la vida, de la miseria y el hambre, quizás no se hubieran puesto en marcha si hubieran conocido todos los inconvenientes a superar; o tal vez se conforman, en su desesperación, con formar parte de los supervivientes que pillarán las migajas de la mesa de los ricos. Y por si a usted le quedaba alguna duda sobre el proceder de la justicia en los paises "civilizados", sepa que los ilegales no son quienes promulgan leyes contra la humanidad, ni quienes les apalean, roban o tratan como a los animales; si no las víctimas de estas normativas represoras.

Nos gobiernan quienes, entre eructo y eructo, nos defienden de las procesiones de hambrientos y lo peor es que les votamos para que hagan el trabajo que nuestros estómagos no soportan; ellos, los tecnócratas sin escrúpulos, son los carniceros del capital, los que saben convertir en tasajo a los más débiles y más inocentes; porque, como no se cansan de decir, no hay comida para todos, ya que cada uno de nosotros come por veinte.

Como diría León Felipe:
Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos
que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos
categoría que el estiércol;
si no es ahora ... ¿cuándo se pierde el juicio?
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
TRAVESIA DE LA VULNERABILIDAD
Día a día aparecen noticias sobre el trágico destino del inmigrante. Sin entrar aquí a discutir sobre la forma en que estas informaciones son dirigidas o filtradas con un fin, el hecho es que quien no está muy cerca del problema se pregunta cómo es posible que sigan saliendo gentes de su país para sufrir.

Bastan los primeros minutos de «La jaula de oro», la primera película del burgalés afincado en México Diego Quemada, para contemplar un poblado rural de Guatemala y comprender.

A partir de dicha presentación, la dificultad de la película es tratar un tema redundante en el cine latinoamericano, la escapada desesperada en pos del sueño americano. Un camino del Calvario donde en la estación final las migajas de unos son manjar para otros.

La apuesta de Diego Quemada es situarnos en el punto de vista de los protagonistas de la epopeya de traspasar fronteras y ríos, perseguidos por alimañas humanas y silvestres.

Su mejor logro, la fusión de imágenes y fondo musical, cuando la peripecia ha arrancado ya toda candidez a espectadores y personajes. Sentir un desamparo que recuerda aquel que engendró el blues en las plantaciones de caña de azúcar. Y que hoy representa el son jarocho que entona la inmigración mexicana en EEUU.

No es una película musical, pero el devenir del luchador que siempre sigue adelante, sobre cuyo hombro nos desplazamos gracias a la cámara de Quemada, aquel que nunca será derrotado aunque acumule desgarros físicos y emocionales, culmina en una panorámica de un tren sobre un paisaje cautivador y un fondo musical interpretado por Son del Centro, grupo medular del Centro Cultural de México en Santa Ana, California. Entonces, la emoción contenida puede desbordarse libremente.

Al tiempo que la certeza sobre la respuesta a aquella duda inicial se desvanece.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
LA ESTRELLA DEL NORTE
Opera prima del burgalés Quemada-Díez afincado en México y cuyo curriculum profesional abultado se nutre de haber trabajado a las ordenes de Iñárritu, Oliver Stone, Mierelles, Coixet, Spike Lee o Ken Loach, del que se considera deudor en cuanto a sus visión de un cine social que pueda poner de relieve mediante la ficción la crudeza de la realidad que nos rodea.
En este caso, una vuelta de tuerca más al problema de buena parte de los países suramericanos cuya población más desfavorecida ven en el camino del norte la única posibilidad de alcanzar una vida más digna y porque no sus sueños. Ese norte que a la postre a alimentado la miseria de sus pueblos en beneficio propio En el viaje estos tres adolescentes descubrirán cosas mucho más importantes que el bienestar económico: el amor, la amistad, el engaño, la crueldad, el honor...
Quemada ha seleccionado bien al trío protagonista no profesional del que es imposible no hacerles un hueco en nuestro recuerdo. Actores no profesionales, rodeados de auténticos emigrantes contratados para el film.
El director y co-guionista narra con fluidez una historia emotiva que apenas necesita palabras ni explicaciones. Durante años ha convivido y escuchado a aquellos que saben de primera mano todo lo que se narra en la cinta.
Película cruda, hermosa, sorprendente, cuyos galardones acumulados espero muevan conciencias, de quienes levantan muros, físicos o no, de los que se aprovechan de ello y de los que no entienden que los sueños no tienen barreras.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Las Venas Abiertas de América Latina
Diego Quemada-Diez es un pesimista. O un realista. Toma la fabula de "Stand By Me" y la llena de mugre y hediondez.
Aquí no hay melodías pegadizas, ni gorditos simpaticones, no hay escapadas de ultimo momento, ni siquiera el espíritu de pandilla esta presente.
En esta historia la Latinoamerica verde se convierte en marrón. Destruye los paisajes y destroza la fe de una nueva patria hispana.
En su visión, el amor y la subsistencia no son compatibles. Siempre se impone la segunda. Cuando un miembro
del grupo abandona o cae los demás siguen adelante, con la herida abierta por la ausencia, pero con la luz de esperanza por
delante de un mundo mejor, aun pese al olor a carne podrida y la nieve que cae sobre los ojos, tan parecida a la de una maqueta con un trencito a motor de juguete.

Después de todo, la vida no es muy diferente a un escenario de artificios. El dolor solo parece ser algo trascendental, solo un
túnel negro que tras atravesarlo se va achicando con el transcurrir del tiempo hasta ser algo demasiado pequeño para entrometerse en nuestros sueños. Los sueños no se detienen por las perdidas.

Y en medio de la violencia extrema, del odio a la condición humana, de la perdida total de valores y normas morales, solo aquel
perteneciente a la etnia original de una tierra que hoy le resulta ajena, en la que debe pasar escondido por las fronteras que
solo son un artificio de la tierra por la que antes podía correr libremente, es quien nos da una señal de amor. De espontaneidad,
de cariño primitivo, que no necesita lenguas ni códigos sociales, sino una mirada, una sonrisa, un gesto, una acción de socorro.
Chauk es la entrada de luz tras el largo túnel que compone el filme de Quemada-Diez.

Y el hombre "civilizado" vuelve a ejecutar la barbarie. Contra el indio, contra sus pares, contra las mujeres, contra todos. En
Antaño el oro, luego las tierras, hoy el dinero y la droga. No hay ni un ápice de misericordia en su accionar. El poder no
entiende de eso. Como un tren de carga lento pero seguro avanza llevando consigo a aquellos que a su vez cargaran su ambición blanca como trueque por la ilusión.

Estados Unidos es un desierto. Su entrada un caño de desague y una pared de chapas, alambres y balas. Y la carnicería concluida nos da lugar a un manto blanco como segundo acto. Ese, el mismo de las películas de navidad que importamos para compartir con nuestras familias en la previa de las fiestas mientras los chocolates se derriten y los pan dulce transpiran azúcar impalpable. Y todo vuelve a ser una maqueta. Un par de banderitas por aquí, unos gringos tirando tiros por allá y el trencito de juguete marcha entre los túneles, pasa los largos pinos y abetos, atraviesa las luces altas e imperturbables y nos deja una figura pequeña, de espalda encorvada y ojos que entre sus arterias tienen como testigos los ríos de sangre de América Latina. Después de todo las venas siguen abiertas, 500 años y siguen contando.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
SOLIDARIDAD OBRERA
Eso tan feo y antinatural, que para maquillar le llaman competitividad, pero que no deja de ser un "salvese quien pueda" o un "primero mis cojones", entre clases media-bajas acomodadas, como puede ser a la que tu y yo pertenecemos puede que tenga consecuencias no tan pronunciadas y desagradables como entre clases bajas que sufren de auténtica desesperación. Esa diferenciación, esa competitividad asquerosa que nos inculcan, desde que entramos en el colegio, incluso nuestros padres (existen certamenes de belleza para niños) es la base de la explotación del hombre por el hombre, del capitalismo mas vil, ese que a nosotros nos aprieta sin ahogar pero que a muchos asfixia hasta la muerte. Ante eso, unión, aunque seamos pocos, aunque, como en la pelicula, seamos dos o tres..., 82 acompañaban a Fidel en el Granma... Siempre SOLIDARIDAD OBRERA!
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Desde la soledad y esperanza
El tema de la inmigración no es nada nuevo, sobre todo ha sido muy explotado en televisión, la mayoría de veces de una manera melodramática y mediocre, por acá lo que nos muestra el director Quemada es una visión que ya hemos visto en otras vistas literales, pero que resulta apreciable por su lado humano, y el trío de actuaciones protagonistas, el viaje hacia el suelo americano de los inmigrantes esta lleno peligros naturales y sobre todo humanos, estos últimos los más peligrosos, por que es ley de la vida saber que en donde hay necesidad siempre hablara un chacal tratando de sacar su parte, Quemada no deja chance al optimismo, de hecho es una visión bastante solitaria y miserable de la situación, el viaje a través de las vías del tren, interminables como la esperanza de los viajeros, nos lleva por zonas desérticas sin alma, sin embargo el director y su equipo no se quedan ahí, tratan de enlazar la amistad como el punto principal de sus viajeros a través de todas las penurias. Una visión reflexiva, bastante bien dirigida y con transiciones de imágenes muy bien procesadas, ojo con el final, esa toma bellísima y larga es una simple analogía de la tristeza, soledad e impotencia de los viajeros. Un filme para ver, y reflexionar y una estimable ópera prima para Quemada.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Ningún otro camino excepto hacia adelante.
La cámara vuelve a dar otro giro y la cara de ella queda en plano principal mientras avanza el paisaje. El intercambio de palabras en diferentes idiomas que no logran entenderse pero poco importa,

La película es una estupenda muestra de cine social, de realidad, con la primacía de la imagen, diálogos mínimos, perfecta banda sonora.
Destaca su crudeza, la falta de dramatismo, como no hay tiempo ni espacio para el dolor, queda demasiado camino, son demasiados los peligros, donde todo puede salir mal y saldrá mal, quien se queda atrás desaparece, hay que seguir avanzando.
La ultima escena acaba resumiendo la travesía y el destino; la soledad, la tristeza, quienes quedaron atrás, la historia que los que llegan, llevan dentro. Nada que poder ofrecer, más que la cruda realidad. Y caminar.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sueños rotos
“El sueño americano” es el anhelo de millones de personas alrededor del planeta, sin embargo, en la región centroamericana y en México, este anhelo se vive con más fuerza debido a la cercanía y la posibilidad de cruzar la frontera de forma ilegal vía terrestre, este es el tema que toca el cineasta español nacionalizado mexicano Diego Quemada-Díez, con una naturalidad despampanante, con actores no profesionales, con un guion sencillo pero de contenido fuerte y con la necesidad de llamar la atención, de hacer cine social y mostrar la forma en que cientos de personas intentan llegar a los Estados Unidos.

El protagonista del film es Juan (Brandon López), un joven guatemalteco que decide hacer el trayecto en el lamentablemente afamado Tren de la muerte, medio de transporte ilegal que sirve para cruzar México, más rápido pero sumamente peligroso. Él es acompañado por sus amigos Samuel (Carlos Chajon) y Sara (Karen Martínez), una chica que se viste como hombre para evitar sufrir abusos durante el viaje, a ellos se les une Chauk (Rodolfo Domínguez), un joven indígena que no habla español que sin consultarles, se les une.

Realizar este viaje solo tiene una cosa segura, el inicio, dichas personas saben que van a partir, pero no saben qué resultado tendrán, si lograrán o no su objetivo. Quemada-Díez relata con una sencillez gratificante gran parte de los peligros que tiene este viaje, co-guionista junto a Lucía Carreras y Gibrán Portela se nota que hubo detrás una gran investigación alrededor del tema, una historia que no le cede concesiones a sus protagonistas, con tal de mostrar la cruda vivencia que tienen miles de migrantes ilegales, que en busca de mejores oportunidades se arriesgan a perder sus vidas.

Estados Unidos es mostrado tan lejano pero tan utópico, tan encerrado por vallas y muros, como una jaula, el oro simula las cientos de oportunidades que pueden haber para salir adelante. Pero en este caso el realizador es sumamente cuidadoso, su film se enfoca en este viaje que pareciera interminable, pero no termina todo con llegar al suelo gringo, esa es solo la primera mitad de la historia, en pocos minutos retrata que lo que sigue no va a ser nada sencillo, que el sueño apenas empieza, y de igual forma, no se sabe si tendrá un final feliz. Altamente recomendado.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Película Mexicana independiente, cuya duración excesiva para lo que cuenta termina por aburrir al espectador
El director español Diego-Quemada Diez hace su debut en la dirección con esta película, que recibió el premio al mejor reparto en el último festival de Cannes. Pese a nacer en Burgos su carrera cinematográfica la ha realizado en México, en donde ha trabajado como director de fotografía o ayudante de cámara.
Para su ópera prima ha contado con un reparto desconocido, para contarnos una pequeña historia, que a priori era muy interesante, pero en cuyo desarrollo no nos aporta nada. La película es aburrida y salvo alguna escena aislada no sientes miedo o angustia por lo que les pasa a los personajes, y esto es un mal síntoma para una propuesta tan decepcionante.
Lo mejor es a nivel visual, donde emplea varios recursos modernos, que mezcla con las fotografías clásicas. La imagen en el interior del tren, que se va alejando y vemos como lo hace es uno de esos buenos momentos.
El final es el otro acierto de la película, ya que se aleja de lo esperado, pero para llegar a esta situación hemos tenido que recorrer un camino aparentemente sinuoso, pero que en realidad se hace mucho más sencillo. El inicio de la película también es interesante, en donde nos presentan a los protagonistas y que es lo que quieren hacer.
Película que no denuncia nada, y simplemente se encarga de hacer una película muy americana, con un ritmo muy lento y muchos menos recursos. Se podía haber contado lo mismo con una película más corta.
Recomendable para aquellos que busquen una película independiente, con poco presupuesto y actores desconocidos.
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9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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