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Noches púrpuras (2007)

Noches púrpuras
90 min.
6.6
24,509
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Sinopsis
Elizabeth (Norah Jones) es una joven que comienza un viaje espiritual a través de América en un intento de recomponer su vida tras una ruptura. En el camino, enmarcada entre el mágico paisaje urbano de Nueva York y las espectaculares vistas de la legendaria Ruta 66, la joven se encontrará con una serie de enigmáticos personajes que le ayudarán en su viaje. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Road Movie Drama romántico Alcoholismo Póker
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Hong Kong Hong Kong
Título original:
My Blueberry Nights
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Hong Kong-China-Francia;
Links
Premios
2007: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
2007: Festival de Valladolid - Seminci: Nominada a Mejor Película - Espiga de Oro.
8
Genial Pastel de Arándanos
Hasta tres veces aplaudió el público asistente del festival de Valladolid al término del film. El largometraje era sin duda uno de los más esperados de esta edición número 52 de la SEMINCI, y parece que la gente quedó en su mayoría más que contenta. El debut de Wong Kar-Wai en inglés pasa con buena nota el examen del público, y además despeja las dudas que podía levantar Norah Jones en un papel protagonista. La cámara no tiembla al mostrar primeros planos de la actriz, y ésta se desenvuelve con suficiente soltura como para no desentonar ante la talla del resto de actores.

My Blueberry Nights es una hora y media larga dividida en tres historias casi independientes, enmarcadas en el particular viaje de Lizzie por encontrar su camino en el amor. Un escape emocional por la ruta 66 que lleva al personaje de Norah a tres lugares distintos, donde conoce a varias personas con las que de un modo u otro comparte su experiencia y aprende (o no) del resto. Historias de adicción, alegría y tristeza. Ilusiona y entristece por momentos, de forma velada, sin grandes sobresaltos, pero tocando el corazón.

El particular uso de la cámara del director oriental sigue presente en este acercamiento al cine occidental, que saca una gran belleza visual de todos los rincones. Su maestría y experiencia está presente, se nota en cada escena. Hay tomas, muchas tomas, a través de ventanas y cristales, con los protagonistas fumando o comiendo, desarrollando en silencio los sentimientos que quieren transmitir. Todos los actores están en ese sentido a muy alto nivel, especialmente David Strathairn en el papel de Arnie, un alcohólico con el corazón roto. Me encantó. Es su historia además, protagonizada junto con Rachel Weisz en plan femme fatale, la que mejor resuelta está, y probablemente la que más sensaciones transmite hasta la butaca.

No decepciona, es una película casi redonda en lo técnico y en sus pretensiones, y como introducción de Kar-Wai a un nuevo mercado es más que notable. Yo he quedado muy satisfecho, My Blueberry Nights es suficientemente buena por sí misma, aunque los seguidores del genial director quizá la vean por detrás de otras suyas.

Yo ya quiero más Wong Kar-Wai.
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133 de 161 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Preciosa tontería, mucho envoltorio y poca sustancia: Wong Kar-Wai, hay que esforzarse más.
Wong Kar-Wai viene ilustrando en sus preciosas (o, mejor, preciosistas) películas una única idea: el amor es la peor de las adicciones. Sus personajes (siempre muy estilosos) circulan por los fotogramas con una elegancia muy medida, pero todos son yonkis del amor con síndrome de abstinencia. La euforia (fugaz) y las larguísimas resacas y desintoxicaciones de los amantes/enamorados con sus correspondientes recaídas es el tema que Wong Kar-Wai explota siempre y que ahora, en «My Blueberry Nights» (junto al alcoholismo y la ludopatía), nos presenta como si fuera una mona de Pascua cinematográfica: figuritas de chocolate, frutas escarchadas de colorines y mucho celofán y lacito. Todo muy aparente para verlo en el escaparate de una pastelería: luego nos damos cuenta de que abusa de los aditivos artificiales y que su postre es pura bollería industrial.

En otras palabras: Wong Kar-Wai cuida lo visual, pero desprecia lo narrativo: su especie de road movie de crecimiento espiritual es muy endeble, recurre a todos los tópicos y emplea personajes inverosímiles. Todo lo que aquí pasa o se dice se justifica únicamente porque está escrito en el guión, no porque en la vida real las cosas sucedan o se sientan así. Sospecho que Wong Kar-Wai habla de lo que no conoce: sus personajes no son personas, son figurines, entelequias, pura sublimación; y sus sentimientos, puro papel (además, papel couché). En esta película se han gastado más en laca que en el guión y eso se nota. Todo es peliculero, blandito, estiloso y está falto de vida.

Jude Law sale muy mono, eso sí.
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105 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
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