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Oscar, Kina y el láser (1978)

4.7
80
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Sinopsis
Un niño, una oca y un artefacto de tecnología punta forman el vértice del delirante argumento de esta entrega de cine familiar. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Cine familiar
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Oscar, Kina y el láser
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
Se activan los mecanismos de la nostalgia. No es poco.
Año 1978: todo el mundo (infantil) habla de cierta película española protagonizada por un niño con un chubasquero amarillo, al que le acompañan una oca y un láser que habla, parecido a una estufa eléctrica. La fórmula del boca a boca tiene éxito y, sin llegar a producirse mareas humanas, sí que recuerdo que la cola delante de la taquilla era de cierta consideración.

Y es que hay que ponerse en la época: no había teleseries de ningún tipo en la televisión que recogiesen, por poner un ejemplo, el aula donde un maestro despistado daba clases. O unos padres españoles que iban a la suya. O una indisimulada Barcelona, en este caso, como paisaje de fondo. Es decir, no existían apenas referentes en televisión o en cine que recogiesen las cosas que veíamos y vivíamos cotidianamente. Y los poquísimos que había, como este filme que recoge lo antes descrito, ya ofrecían, sólo por eso, un atractivo para verlos.

Centrándonos en la peli, que arrasó en el Festival de Cine Infantil y Juvenil de Gijón (que tuvo su época de gloria, no crean), se nos presenta una especie de trama policíaca que vista con el tiempo resulta simpática, con unos protagonistas efectivamente delirantes (reitero: Óscar, la oca Kina y un láser que habla), unos efectos especiales de Cinexin y unos actores completamente desconocidos. Bueno, no todos: la voz del láser la pone Felipe Peña ¿No les suena? ¿Y si les digo que es la voz que doblaba, muy bien por cierto, en la versión en español a HAL-9000 en “2001”? Así que esta película incluye, a su manera, un homenaje a Kubrick.

En fin, una peli que activa los mecanismos de la nostalgia. No es poca cosa.
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Precedente de nada (por desgracia)...
El título me lleva siempre a “Quena y el Sacramús”, que no tiene nada que ver pero quería mencionar el tebeo…
“Oscar, Kina y el láser” (1978) es más conocida fuera que en su país de origen, España. Es verdad que su factura recuerda a productos foráneos de la época y el doblaje le ayuda: puedes escuchar las voces de Tommy y Annika de “Pippi Calzaslargas” o la de Hal 9000 de “2001…”, por ejemplo; además, como va de un niño y un ganso, toca 'ciencia ficción y fantasía' y presenta brochazos de efectos especiales, de primeras el espectador español no la concibe como producto patrio ni en broma.
A esto se puede sumar que en su día recibió premios internacionales o que hoy las referencias a esta película te llevan hasta páginas anglosajonas, polacas, rusas... Lo que parece significar que fue un producto exportable.

He podido tantear que en nuestro país se quedó en el recuerdo de unos pocos, bien porque la vieron de niño (no es mi caso) o porque consta en la biografía de sus autores, pero en general (qué raro... ) fundió rápidamente a negro.

Existen vestigios en la red de su paso por algún canal autonómico y hay quien la vende en Super 8..., pero estuvo desaparecida y 'maldita' hasta hace unos años, cuando un ruso (dicen, ignoro detalles) subió una copia a internet y le dio visibilidad.
Todo eso debió ser de un tiempo a esta parte... Ahora mismo se puede encontrar una copia completa (facilitada en la red, de otra manera es imposible catarla), cortesía de un vecino de Viveiro, municipio donde se rodó parte del filme, de un pase en Telemadrid recogido en una cinta Beta o VHS. Sirva esta observación como aviso, pues la muestra es malísima: si ya de por sí la película es pequeña y dedicada a un público infantil (algunas transiciones recuerdan a los minidocumentales didácticos de Barrio Sésamo), al no estar cuidada, ni restaurada, ni… lo que se suele hacer con estas cosas, resulta demasiado oscura y trasnochada. Para un adulto se puede presentar durilla de ver. No lo es tanto para los pequeños, que (he podido comprobar) la siguen con interés.

Hay más trabajos inusuales como éste ocultos y atrincherados en los confines de nuestra cinematografía, que por su condición de abandono no son precedentes de nada. La mayoría, si no todas, están en la Filmoteca Española. Para dar cuenta de ellas, va a ser cosa de llamarles a la puerta, preguntar, insistir... La televisión pública también puede hacer algo al respecto. Si no se ven no existen.

Nada, un granito de arena en pos de su visibilidad.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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