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Frío de perros (2002)

Frío de perros
97 min.
3.9
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Disponible en:
Suscripción
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Cuando Ted Brooks (Cuba Gooding Jr.), un dentista de Miami, se entera de que ha recibido una herencia, viaja hasta Alaska para hacerse cargo de ella. Sin embargo, una vez allí, su decepción es enorme: ha heredado un revoltoso grupo de perros de trineo que no hacen más que crearle problemas. Para empeorar las cosas aparece Jack (James Coburn), un rudo montañero que, además, es el fanfarrón más conocido de la ciudad. Jack, que desea quedarse con los perros, anima a Ted a marcharse a climas más cálidos. Pero, poco a poco, Ted se va encariñando con los animales, y decide aprender a manejar un trineo de nieve cueste lo que cueste. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Aventuras Perros/Lobos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Snow Dogs
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
"Una película familiar de la Disney, con todo lo que ello implica: es bulliciosa, sensiblera, simple, aventurera y agradable."
[Miami Herald]
"Notoriamente torpe."
[The New York Times]
5
2
Positiva
2
Neutra
1
Negativa
4
Aventura descafeinada
Cuba Gooding padre debería no sentirse muy orgulloso de Junior después de Snow Dogs. No le va este tipo de papeles. El padre de Brian Levant tampoco debería. Que sí, que es una película familiar... pero oye, el instinto de supervivencia hace que un niño comprenda que el hecho de que te persiga un oso es para acojonarte. ¿Por qué trata de desdramatizar la escena con una banda sonora cómica mientras Gooding Jr. corre que se las pela?. Y ahí no queda todo. Mientras lo hace grita lo siguiente: "ya estoy viendo las portadas de los periódicos de mañana; dentista de Miami muere atacado por un oso feroz"... y como digo, eso lo grita a pleno pulmón en carrera. Si alguien de buen corazón presencia la escena desde una rama, seguro le habría recomendado a Junior cerrar el pico, ya que en silencio se va más veloz puesto que ni te desconcentras, ni te entra aire por la boca. Pero bueno, no deja de ser una apreciación mía, que puede que no comprenda del todo el humor infantil.

Película de la casa. No se si es valedera para aprobarla. Tiene mitad y mitad. Chorradas entretenidas para los vástagos, pero insulsas para usted y para mi. Y por otro lado exponen elementos tales como la búsqueda incomprensible de un hijo a su padre para llamarle papá cuando éste (el hijo) ya cuenta con cuarenta y pico de años, y que justo se enteró en ese momento de su existencia. Ahí ya me quedo dubitativo. Ese apartado no divierte a un pequeñín y mucho menos a un caballero. La Disney no se aclara mucho con a quién pretende llegar con sus producciones no animadas. Nos meten un cóctel mezclando niñerías con problemas de mayores; a eso se refieren con cine familiar.

Bueno, pues en su linea; perros tan inteligente (o más) qué humanos, algún personaje que pretende ser la nota de humor pero se queda en gili, banda sonora despreciable y alguna que otra sensiblería.

Le pongo algún punto más por cargo de conciencia, ya que esta película no se hizo, seguramente, pensando en alguien como yo.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Estupidez omnímoda, en Alaska y en cualquier otro lugar
A veces alucino cuando veo cosas como ésta: los amiguetes de la Disney han pagado a nada menos que a cinco guionistas para adaptar al cine una novela (la cual no he leído ni leeré, todo sea dicho), resultando un subproducto infantiloide, olvidable y del que poco se puede sacar.
Brian Levant, el director del asunto, parece unicamente dotado para realizar cosas semejantes (desde que debutó en el cine en el 92 haciendo la secuela de Este chico es un demonio, ha firmado siete largos más, todos destinados al "rollito familiar", protagonizados por algún actor de renombre, y casi siempre con bichos, niños o ambos).
En esta ocasión, el peso de la presunta gracia recae sobre Cuba Gooding Jr., del que no se puede decir que haya rentabilizado su óscar por Jerry Maguire, al menos desde el punto de vista artístico, ya que, a pesar de haber protagonizado una treintena de pelis en estos catorce años transcurridos, pocas pasarían un listón de calidad aceptable. Aquí encarna a un dentista, Ted, quien al recibir una herencia descubre que fue adoptado, lo que le lleva a la fría Alaska, y allí hace sus cosillas, todas tan típicas como tontorronas y vacías de contenido. Ni siquiera se muestran bonitas imágenes de ese peculiar Estado de los EEUU, eso sí, los perros son guapos y James Coburn aporta una presencia notable, lástima que dentro de un conjunto tan deficiente.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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