Callejón sin salida (1969)

Atractiva, prometedora, floja, trepidante, explosiva, insulsa, pobre, sucia, polvorienta, emocionante, ingeniosa, chapucera, gamberra, reiterativa, ridícula, insostenible, absurda, previsible, ilógica, monótona, lamentable y decepcionante producción de acción y suspense en la que un grupo de aventureros intentará dar con el paradero de un tesoro de oro perdido durante la Segunda Guerra Mundial.

Richard Benedict, presenta y desarrolla con torpeza, una historia que promete mucho más de lo que luego llega a ofrecer. Lo que inicialmente puede parecer medianamente interesante, abre paso para una historia con un desarrollo decepcionante cayendo en un sin fin de situaciones y soluciones absurdas. Poco o nada se salva de este viaje en forma de Road Movie ilógica e insostenible que aburre en muchos momentos, llegando a ser un auténtico despropósito.

Los responsables de la película no consiguen hacer creíble el argumento de la trama en ningún momento, por unas pobres y lamentables interpretaciones, junto con un estilo y apariencia visual propias de una producción televisiva.

Burt Reynolds (Malone) y Anne Francis (Planeta prohibído), se convierten en el gancho comercial para una trama clásica de aventuras y acción, en la que hay espacio para el suspense y las emociones fuertes. Es la típica producción para rellenar la programación televisiva el fin de semana. No esperes encontrar grandes interpretaciones, ni grandes efectos especiales.

Es una de esas películas, "tipo Tarantino". No quiero dar muchas explicaciones para el público que no haya llegado a ver, Callejón sin salida, pero digo que Quentin Tarantino, homenajeó Callejón sin salidas, en algunas de sus películas más famosas, destacando entre ellas: Malditos bastardos, Los odiosos ocho y Érase una vez en Hollywood.

Callejón sin salida, queda como un producto televisivo previsible, insostenible, bochornoso e insoportable, que es mejor evitar a toda costa. Un sin sentido aburrido.