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Leyenda: La profesión de la violencia (2015)

Leyenda: La profesión de la violencia
127 min.
5.9
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Sinopsis
La historia de dos hermanos gemelos gangsters, Reggie y Ronnie Kray (interpretados por Tom Hardy), dos de los criminales más famosos en la historia de Londres y el imperio del crimen organizado que crearon en los años 60. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Biográfico Crimen Mafia Años 60
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Legend
Duración
127 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos;
Links
Premios
2015: Satellite Awards: Nominada a Mejor actor (Tom Hardy)
2015: British Independent Film Awards (BIFA): mejor actor (Tom Hardy)
5
Las dos caras de Tom Hardy en un mal guión
Tom Hardy es el actor del momento por méritos propios. En este pasado 2015 lo ha demostrado más que nunca por apabullar con su interpretación en Mad Max: Fury Road. Y es su descomunal talento el que logra salvar del naufragio por partida doble Legend, película escrita y dirigida por Brian Helgeland que cuenta la historia real de los gemelos Kray, mafiosos que dominaron los bajos fondos del Este de Londres en la década de los 60.

Es en esa disparidad de roles donde Tom Hardy brilla. Capta a la perfección los matices de ambos personajes y en ese punto su trabajo es para quitarse el sombrero. La pronunciación o los gestos de uno y otro son alguna de las perlas que deja el protagonista de Locke. Pero como todo en esta vida, no existe la perfección, y ahí el guión tiene gran parte de culpa de la cojera del filme.

Helgeland fue el responsable del texto de L.A. Confidential, una película espectacular y también con la mafia como protagonista con la que ganó el Oscar. La Cosa Nostra más rural y embrutecida al estilo británico es obvio que está siempre presente a lo largo del metraje, pero se ve eclipsada por el relato de amor rancio y soso que protagoniza Emily Browning, una actriz sin apenas carisma.

Algunos ramalazos a lo Scorsese nos recuerdan por momentos que estamos viendo una película sobre la mafia, pero esa sin razón de dejar hueco al amor en una historia violenta perjudica a toda la trama. Superficial y vacía, Legend recuerda más a los Enemigos públicos de Michael Mann que a cualquiera de las grandes obras que ha dado el género. Cuanto más protagonismo gana la joven Browning más pesada se hace la cinta, y solo el gran trabajo de Tom Hardy -y una magnífica ambientación- rescata de la debacle el quiero y no puedo -¡ay los productores!- de Helgeland. Otra vez será.

Más datos de esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
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36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Corrección insulsa y trillada
Película basada en hechos reales. ¿Y qué? Como en tantas ocasiones, la premisa de tomar unos personajes de la vida real no añade ni verosimilitud ni interés a la historia que vemos en pantalla, que deambula entre tópicos vulgares sobre el cine de gánsteres y el vodevil, bascula entre el tipismo del retrato de los bajos fondos londinenses – glamour de poca monta y el endiosamiento de sociópatas de opereta – y el reflejo de una época donde las corruptelas políticas ya permitían que algunos personajillos indeseables salieran indemnes del crimen organizado y la extorsión con el objetivo de tapar a ciertos políticos venales que se veían envueltos en escándalos que se trataban de ocultar a la opinión pública.

El planteamiento, aunque simple y limitado, no carece de interés. Pero la realización plana, previsible, adocenada y sin garra echa a perder la premisa de contar con dos personajes inmorales y sin escrúpulos que merecerían haber dado con una realización más garbosa y sugerente. Es indudable que el mal atrae y fascina, que los ‘malos’ suelen ser más cautivadores que los ‘buenos’, quizás porque su creencia de que son impunes y omnipotentes les hace cometer barbaridades que más de uno desearía perpetrar alguna vez pero se ha refrenado en llevar a cabo por miedo a las consecuencias penales o sociales. Esa falta de freno les hace fascinantes a los ojos del ciudadano pacato y cumplidor. El exceso como afrodisiaco.

No basta contar con un actor carismático y de talento – Tom Hardy – para superar los baches y carencias de un guión que encadena situaciones desmesuradas y brutales, pero sin llevar a ninguna parte ni proponer una indagación original o apasionante sobre el crimen o la política o la sociedad que se está reflejando. Como en un telefilme caro o de prestigio, donde nada desentona pero todo acaba siendo la enésima regurgitación de lugares comunes que ya hemos visionado antes, aunque contado de forma más envolvente o llamativa. Las virtudes habituales del cine británico (buenos actores, concienzuda recreación de época, mimo por el detalle) aquí apenas consiguen elevar la calidad o efectividad del producto final.

Además resulta inmoderadamente larga, repetitiva y plana como para captar la leal atención del espectador. Y el trazo de unos gemelos psicopáticos – por lo demás, algo caricaturesco y predecible – resulta demasiado esquemático y simplista como para convencer o seducir. Buenos mimbres pero con un resultado fallido, sin fuste ni fuelle, sin novedad ni brío. Se deja ver pero deviene en una propuesta malograda.
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31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
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