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Vicio propio (2014)

Vicio propio
148 min.
6.0
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Sinopsis
California, año 1970. A Doc Sportello, un peculiar detective privado de Los Ángeles, le pide ayuda su exmujer, una seductora "femme fatale" debido a la desaparición de su amante, un magnate inmobiliario que pretendía devolverle a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve envuelto así en una una oscura trama, propia del cine negro. Adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2009. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Intriga Años 70 Drogas Neo-noir Comedia negra
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Inherent Vice
Duración
148 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor guión adaptado y mejor vestuario
2014: Globos de Oro: Nominada a Mejor actor - Comedia/musical (Phoenix)
2014: National Board of Review: Mejor guión adaptado, Top 10
2014: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor banda sonora
2014: Premios Independent Spirit: Premio Robert Altman
3
Pura broma
La verdad, que iba con mucha ilusión rumbo a esta película, pues la firma y filma Paul Thomas Anderson, si los hay, uno de los directores mas importantes y rabiosos del cine norteamericano contemporáneo. Si con There Will be Blood y The Master, Anderson lograba recrear un mundo de locura, ambición, poder y desolación (tanto el de una época como el emocional de sus personajes), con Inherent Vice me esperaba una continuación, una línea que confirme la peculiar maestría del realizador en una especie de trilogía cargada de grandes favores desde el punto de vista cinematográfico. Menuda sorpresa me llevé, cuando Inherent Vice me resultó una tremenda desilusión.
Sinceramente, porque no la entendí. Si bien la trama empieza de manera simple, a medida que se va desgranando cae en el puro vicio, en la pura desigualdad, en la pura ambición de abarcar y contar tanto y todo, que se pierde en la nada. Los personajes aparecen y desaparecen a diestra y siniestra, y vuelven a aparecer para luego irse con la certeza de que vuelven con nuevos giros "inesperados", provocando un estado de confusión que realmente exaspera.
Parece todo tan desordenado que realmente la historia, en vez de aferrarse a la mesura narrativa, termina cayendo en la confusión, y al final, casi la mitad de la película no se entiende. Pero nada de nada. Que el barco, que el dentista, que la asiática, que Owen Wilson que va y viene, y va y viene otra vez, que Shasta, que los nazis, y al final, todo, todo, resulta tan provocativo inicialmente, que acaba por desilusionar al transformarse en un producto de empaque bonito pero que nunca conecta, nunca llega, nunca concreta nada de lo central que se busca en toda cinta: contar algo, y contarlo bien. Todo está conectado, es cierto, pero el problema es que no se explica nada, y todos alaban eso, tratando a la historia de juguetona y traviesa, cuando en realidad, todo es un licuado de lo que sale algo con forma de algo que quiere contar algo, que no se sabe bien hacia que rumbo va, pero que ese algo, supuestamente, significa algo.
De vez en cuando, algún monólogo histriónico de algun actor inspirado como Phoenix (que se apodera de la cinta de manera brutal), Brolin o del Toro iluminan la cinta, pero rápidamente, uno se da cuenta que está tan perdido en la historia y la misma historia es una droga de un divague tal que lo único que puede hacer es esperar a ver con que nueva excentricidad Anderson nos va a sorprender en la próxima escena.
Quedando lo bonito del empaque, a nivel técnico, y el carácter andersoniano de estar mas cerca de los excesos que de la tranquilidad, no creo que Inherent Vice represente lo mas fiel e interesante del director. Es horriblemente confusa, con una muy buena historia muy mal contada, que se la da de ejercicio cinematográfico, y ni siquiera llega a explicarse bien en todo el trayecto narrativo.
Difícil, lo acepto; complejo, dos veces aceptado; pero errante y confuso, hasta luego y a otra cosa. Irritan películas de esta clase, no porque no me guste pensar o me sienta inferior cuando la veo, sino porque me resulta incómodo tragarme dos horas y media en algo que realmente no va más allá de lo excéntrico como capa de una trama tan artificial como inherente. Inherente a la nada. Nada más.
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229 de 307 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El fin de una generación
“Inherent vice” es la última obra del camaleónico cineasta Paul Thomas Anderson -tras llevar a la gran pantalla la polémica vida de Lancaster Dodd, fundador de la Iglesia de la Cienciología- que cuenta con guión basado en la novela de Thomas Pynchon y adaptado por él mismo, un reparto de lujo entre el que destaca Joaquin Phoenix como el investigador privado Larry “Doc” Sportello, Josh Brolin en el papel antagonista de Christian F. “Big Foot” Bjornsen y un sinfín de secundarios que se complementan maravillosamente con este dúo -desde Owen Wilson hasta Katherine Waterston, pasando por Benicio del Toro, Reese Witherspoon o Martin Short entre otros-. La historia gira entorno al personaje de Joaquin Phoenix -dando vida a un híbrido entre “el Nota” de “El gran Lebowski” y el detective Gittes de “Chinatown”- quien es contratado por su ex Shasta Fay para investigar un presunto plan para robar la fortuna e internar en un manicomio a su amante y magnate inmobiliario de Los Ángeles Michael Wolfmann. Plan urdido por su mujer Sloane y su entrenador personal. Esta es la base de una historia enrevesada, liosa y frenética que en sus más de dos horas y media de metraje no para de bombardearte con información confusa y una interminable lista de personajes que guardan relación entre ellos -aunque no sabemos cual-, construyendo así una irresoluble tela de araña tanto para el detective Sportello como para nosotros los espectadores.


Me gustaría comenzar con la efectiva dirección de Anderson, que claramente trata de plasmar ese ambiente de finales de los sesenta, principios de los setenta donde el movimiento hippie -así como sus abanderados- estaba en extinción, luchando a contracorriente contra el entramado capitalista que se erigía en EE.UU. Un cierto tono melancólico se apodera de las escenas, evocando a la tristeza y al recuerdo de una época más lúcida y que también se extiende a algunos personajes como a “Doc” o al desestructurado matrimonio protagonizado por Owen Wilson y Jena Malone. La fotografía está en manos de su compañero de fatigas Robert Elswit, con el que trabajó en todas sus cintas a excepción de “The Master”, “Boogie Nights” y “Sidney”, su ópera prima. El montaje y edición de la película está meticulosamente trabajado para no resultar lento en exceso aunque sí es cierto que se podría haber acortado alguna escena y haber añadido alguna otra que indagara mejor en la historia afin de simplificarla. Digno de mención es el vestuario y ambientación de la película. El “look" de Sportello y compañía contrasta con el del tajante agente de policía “Big Foot” y ambos representan las dos caras de la moneda. En un lado del ring, tenemos al púgil conservador caracterizado por el discutido Lyndon B. Johnson -el presidente que respaldó la Guerra del Vietnam- y un Richard Nixon que, según la cronología de la cinta, recién ocupaba el cargo de presidente de los Estados Unidos y por el otro tenemos al peso welter pacifista, el estandarte de la libertad, el altruismo y la paz, un combatiente herido y cansado de antemano que, siendo sinceros, no tenía ninguna posibilidad de victoria. Como enuncia la película, EE.UU. es una madre suicida que sacrifica a sus hijos en una guerra sin sentido. La música está presente a lo largo de la cinta y por supuesto está influenciada en gran medida por esa música psicodélica y enrollada de los sesenta. Las actuaciones son convincentes en general, sobresaliendo unos por encima de otros. En mi opinión, el cuarteto formado por la parsimonia buen rollista de “Doc”, la ira de “Big Foot” y el halo de misterio que envuelven a Owen Wilson y a Katherine Waterston elevan a “Inherent Vice” a otro nivel de adicción. En cuanto a la adaptación de la novela de Pynchon, tengo entendido que es una obra densa y enrevesada -tal y como le gusta al autor- lo que vuelve el trabajo de adaptación de Anderson todo un reto que ha superado con nota y creo que el novelista estará ampliamente satisfecho tanto por la manera en la que el director logra captar la esencia de la historia que narraba -el final de un estilo de vida en Norteamérica y el cambio traducido en una generación futura encorsetada y perdida- como por el hilo conductor de la película que, a pesar de contar con demasiadas incógnitas y cabos sueltos, resulta tan simpático en su conjunto que no podrás evitar volver a verla con el fin de encajar alguna pieza más del rompecabezas.

En conclusión, “Puro vicio” es un espectáculo de dos horas y media de duración, una obra que rema a contracorriente, luchando contra los estigmas de nuestra sociedad moderna. Es una película melancólica, una oda al estilo de vida obsoleto de los sesenta y una reivindicación por una vida más simple, una vuelta a los orígenes, alejada de las construcciones megalómanas, el estrés galopante, las guerras sin sentido y las intenciones interesadas y manipuladoras de gobiernos que lejos de proteger a su país lo hacen enfermar y lo contaminan llevando a su sociedad al borde del abismo. Desde luego no es una película para todo el mundo -sino no podría conseguir sus fines- o la odias o la amas o la criticas o la alabas, no hay termino medio. Personalmente yo la amo, con sus defectos -que son importantes como mencione anteriormente- y sus virtudes ya que es irreverente y reivindicativa y cuenta con unas interpretaciones, un guión y una ambientación dignas de admiración. Siéntense y disfruten de las psicodélicas aventuras del investigador hippie “Doc” Sportello, déjense llevar por su mundo y sobretodo transpórtense a esos tiempos pasados que como reza el irrefutable refranero español siempre son mejores.

P.D. En mi blog universolumiere.blogspot.com indago más en la historia, tratando de explicar algunos de los interrogantes que se nos plantean. Esto es una aclaración desde mi punto de vista personal, son las conclusiones a las que llego tras verla, en ningún caso es una verdad única e indiscutible.
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75 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
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