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Gran Casino (1947)

Gran Casino
101 min.
5.3
485
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Escena (ESPAÑOL)
Sinopsis
Tampico (México), principios del siglo XX. Gerardo Ramírez y Demetrio García, dos prófugos, entran a trabajar al servicio del argentino José Enrique Irigoyen, propietario de pozos petrolíferos. Cuando Irigoyen desaparece, su hermana Mercedes llega a Tampico para hacerse cargo del negocio. Aunque sospecha que Gerardo y Demetrio pueden estar involucrados en la desaparición de su hermano, no puede evitar sentirse atraída por el primero. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Musical
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
Gran Casino
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
Combinación de melodrama y canciones
Cuarta realización de Buñuel, primera de las 21 que hace en Méjico. Escrita por Mauricio Magdaleno, incorpora aportaciones de Luis Buñuel y Edmundo Báez (no acreditados). Los diálogos de Javier Mateos. Se rueda en estudio, en un par de semanas, con un presupuesto modesto. Se basa en la novela "El rugido del paraíso", de Michel Weber. Producida por Óscar Dancingers (francés que abandonó Europa ante la amenaza nazi), se estrena el 12-VI-1947 (Méjico).

La acción tiene lugar en Tampico (Méjico) en los primeros años del s. XX. Buñuel se establece en Méjico en 1946, donde desarrolla una fecunda carrera de cineasta, tras 14 años de pausa desde que realizara "Las Hurdes" (1933). "Gran Casino" le brinda la oportunidad de retomar la tarea de realizador. Pese a que la producción no le convence, acepta el encargo con la esperanza de darse a conocer en el país azteca, acreditar su valía y poder optar a ofertas mejores en el futuro. El fracaso económico del film determina que la oportunidad siguiente se demore algo más de dos años, hasta que Dancingers pone en sus manos la realización de "El gran calavera" (1948).

La obra desarrolla un relato melodramático de alto voltaje, que se combina con canciones del mejicano Jorge Negrete y de la argentina Libertad Lamarque. La presencia de dos grandes figuras del mundo de la canción popular y del cine hispaonamericano, no es suficiente para interesar al público, que se siente incómodo ante la suma de drama y música popular. La película es una de las pocas realizaciones comerciales de Buñuel, que deja en ella pruebas de su maestría y personalidad. Cuando Gerado golpea a un chivato escondido tras una cortina, un flash rápido muestra un espejo que se rompe. Gerardo descubre la presencia del chivato al ver que la cortina que lo oculta deja al descubierto sus zapatos. Mientras Gerado golpea al chivato, éste deja caer al suelo una navaja abierta. Cuando Gerardo y Mercedes van a darse un beso, la cámara encuadra un simbólico charco de chapapote.

La músicqa, dirigida por Manuel Esperón, incluye como fondo de continuidad fragmentos de metal y percusión, cuyos tonos (sombríos, alegres, de tensión, etc.) modula según las necesidades de la acción. Añade las canciones "Dueña de mi amor", "Adiós, pampa querida" y "La norteña", a cargo de Jorge Negrete, y los tangos "El choclo" y "Loca", a cargo de Libertad Lamarque. La hilación entre música y acción se establece a través de la presencia en el Casino de Gerardo como cliente intruso y de Mercedes como cantante de la casa. La fotografía, de Jack Draper, es realista, cálida y de aires clásicos, con algunos toques característicos de Buñuel. El guión aporta una trama sencilla, muy melodramática, que a Buñuel le sirve para glosar la lucha desigual entre los grandes "trusts" del petróleo, los pequeños empresarios y los asalariados.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Disparate musical
Buñuel llevaba quince años sin ponerse detrás de una cámara y con esta película, bastante mediocre, inicia la parte de su obra filmada en México. Tuvo escaso éxito, y desconozco si alguno de los amigos surrealistas de Buñuel llegó a verla. El comentario que le hubiera merecido seguramente no hubiese sido apto para menores.

Todo está al servicio del lucimiento personal de Jorge Negrete y Libertad Lamarque. Se trata de una película musical, en donde la trama –un disparate- se interrumpe arbitrariamente para que ellos canten sus canciones. Tal vez desde este punto de vista, y para los aficionados a este tipo de género y de estos cantantes, la película tenga alguna justificación.

En este caso, el poco tiempo en que se rodó, y, tal vez, la falta de frescura profesional del director arrojan como resultado esta película prescindible, llena de fallos y carente de interés. Con todo hay momentos, pocos, en los que aparecen hallazgos de la casa. Ni esos arreglan el pequeño desastre.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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