Parece ser un hecho demostrado que la mayoría de las personas se emocionan con intensidad cuando vuelven a ver esta película. Todo tipo de personas, incluso las que no suelen llorar casi nunca. Spilberg consigue esto con una historia de extraterrestres que se convierte en una historia de amistad, sencilla y maravillosa.

Ser capaz de explicar y recrear un sentimiento tan esencial en la vida de los hombres con esa eficacia es algo que sucede en el arte muy de vez en cuando.

Es cierto que la amistad es algo muy normal y cotidiano en la vida... pero el arte no lo es tanto. En el sentido más clásico del término, cuando los griegos decían que el fin del arte es imitar la naturaleza de las cosas, no decian ninguna tontería y los críticos de ahora, en cambio, sí dicen muchas.

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