Me suele ocurrir que las películas que más me gustan son las que menos entiendo. Leí la novela en que se basa esta cinta hace tiempo y hasta tal punto me dejé arrastrar por el relato que aún hoy sigo sin saber de qué trataba en realidad, más allá de lo obvio: chico naufrago que comparte bote con tigre de bengala. Me desconcertó por completo el giro copernicano final, que viví como una especie de ducha fría y al que me he resistido hasta ahora. En cambio a algunos amigos y, según leo, también a algunos críticos les ha ocurrido justo lo contrario.
Ver esta película, lejos de disipar mi confusión, la ha agravado... De las dos versiones que se ofrecen, ¿cuál es la “real?
En mi modesta opinión, ambas y ninguna. Así como el escritor forma parte de la novela, ésta también incluye al espectador. Y éste llega a implicarse hasta tal punto en la historia que responde proyectándose en la misma en función de su personalidad. A mí por ejemplo la explicación “racionalista” me molestó tanto que la rechacé de entrada, de la misma manera en que otros descartan la versión “mágica”.
A mi juicio la pregunta que dirige el protagonista al escritor hacia el final se la hace en realidad al espectador y es la clave del asunto: puesto que que ambas historias dejan sin explicar el naufragio y a todos los efectos prácticos son equivalentes, “¿qué historia prefieres?”.
Sin embargo ni siquiera esto me aclara demasiado la fascinación que ha ejercido sobre mí esta auténtica obra de arte, hasta el punto de que en menos de dos semanas ya la he visto tres veces... Tanto así que la considero una de las mejores películas que he visto jamás (otro tanto vale para la novela). Por muchas vueltas que le doy no me cabe en la cabeza que una historia tan maravillosa y con tantas lecturas diferentes haya podido salir de una mente humana, pero aparentemente así ha sido. Un hermoso poema panteísta disfrazado de aventura marinera que te cala hasta hasta los huesos sin que sepas muy bien cómo y por qué. Una historia que más que explicar las cosas las sugiere y cuyo único significado es ella misma, pero que sin embargo parece apuntar constantemente hacia algo situado más allá de las palabras.
En cuanto a los aspectos técnicos, los dejo para los entendidos, baste con decir que el trabajo de cámara me pareció magnífico, el ritmo de la narración mantiene el pulso justo y los dos actores principales, un encanto.
Sobre todo el tigre.