Wonder Woman fue creada por un sicólogo masculino como un ejemplo de lo que debía ser una mujer fuerte, decidida, independiente, un modelo a seguir no solo para las niñas sino para las mujeres de cualquier edad, en cambio en esta serie… uf… parece escrita por algún enemigo de la propia Mujer Maravilla.

De partida la propia Diana de Themiscira es una sociópata, en serio, aquí no hay lazo de la verdad-o si lo hay pero no lo utiliza-, sino que la mujer maravilla “prefiere escuchar el sonido de los huesos de un brazo rompiéndose” o algo así dijo, de verdad, la princesa amazona gusta de obtener información torturando a los criminales sin importar la gravedad de su delito, o a los simples sospechosos. Lo de torturar es lo mínimo, ella también mata -¡A simples guardias de seguridad!- viola todas las leyes habidas y por haber, causa destrozos que no paga –no muchos, el presupuesto de este piloto no es muy alto- calumnia públicamente a alguien de ser traficante y después admite que no tiene ninguna prueba –claro, después descubrimos que siempre tiene la razón-y es tan violenta, antipática, arrogante e irritante, que todo el mundo la ama y le aplaude sus gracias, en serio. Incluso en una ocasión un periodista compara sus acciones con Abu Ghraib –uno de los escándalos de tortura más grandes en la historia del ejército estadounidense- pero de manera tal que parece que estuviera diciendo algo positivo de ella.

Suerte que esto nunca llego a la gran pantalla, y en vez de eso tenemos una película estupenda, véanla, vale totalmente la pena.

Ah, y el traje es horrible, la versión porno tiene un traje mejor y más realista.