Crítica de Kingo
Kingo
Guanabacoa, Cuba
Luces de la ciudad (1931)
- Charles Chaplin
- Charles Chaplin, Virginia Cherrill, Florence Lee ...
Tenía razón
14 de enero de 2007603 de 688 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás la peli favorita de mi madre, y yo no la he visto hasta trece años después de su muerte. Ya me vale.
Con una espartana puesta en escena, un guión lineal y sencillo, unas interpretaciones soberbias (la cara pasmada de Chaplin viendo a través del escaparate a su amada es toda una lección de saber transmitir sentimientos), una música que te llega a todos los rincones del alma, y tal vez el mejor final de toda la historia del cine (esas dos frases que ni siquiera se oyen), se nos muestra una obra de arte repleta de poesía, de momentos hilarantes, y de una ternura que excita hasta límites extremos el lagrimal. Que Chaplin era un genio ya lo sabía, pero ignoraba hasta que límite lo había sabido demostrar.
Perdóname, bonita, el no haberte hecho caso hasta ahora: pero es un axioma de la naturaleza humana el no seguír los consejos que te dan los padres.
Ella tenía razón, y es una película sumamente sencilla y hermosa; de las que te hacen creer que en el mundo aun hay gente buena. De las que no se olvidan.
Con una espartana puesta en escena, un guión lineal y sencillo, unas interpretaciones soberbias (la cara pasmada de Chaplin viendo a través del escaparate a su amada es toda una lección de saber transmitir sentimientos), una música que te llega a todos los rincones del alma, y tal vez el mejor final de toda la historia del cine (esas dos frases que ni siquiera se oyen), se nos muestra una obra de arte repleta de poesía, de momentos hilarantes, y de una ternura que excita hasta límites extremos el lagrimal. Que Chaplin era un genio ya lo sabía, pero ignoraba hasta que límite lo había sabido demostrar.
Perdóname, bonita, el no haberte hecho caso hasta ahora: pero es un axioma de la naturaleza humana el no seguír los consejos que te dan los padres.
Ella tenía razón, y es una película sumamente sencilla y hermosa; de las que te hacen creer que en el mundo aun hay gente buena. De las que no se olvidan.