Damiel y Cassiel son dos ángeles que sobrevuelan la ciudad de Berlín. No pueden darse a conocer ni hablar directamente con los humanos, pero sí pueden intentar apoyarles y animarles, tanto como hacer mas agradables sus últimos momentos cuando todo está perdido.
Sin embargo, observar no es mirar hacia abajo, es mirar a la altura de los ojos. Por esta razón, estos ángeles siempre están lo más cerca posible de los hombres.
La principal trama de la película comienza cuando Cassiel se da cuenta que ama tanto al hombre que quiere ser como él, renunciando a su inmortalidad.
La película es un viaje por Berlín y sus habitante, un viaje a través del espacio y del tiempo; es una declaración de amor a la humanidad, pese a filmar las miserias humanas a través de los pensamientos en “off”, como si fuéramos los ángeles.
Es una película llena de lírica y con una fotografía fantástica. Nos muestra el punto de vista en sepia y en color el de los humanos, cosa que refuerza las emociones que intenta causarnos el director(Wim Wenders) a través de los actores.
Lo mejor, lo que más me ha aportado es el repertorio de frases anotadas durante el visionado:
- Cuando el niño era niño, no sabía que era niño.
- ¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
- ¿Por qué estoy aquí y no estoy allí?
- ¿Cuándo empieza el tiempo y dónde acaba el espacio?
- El tiempo que dedicamos a ayudar a los demás es solo una apariencia.
- El tiempo lo une todo, pero ¿qué pasa si es el tiempo la enfermedad?
- Siempre se acaba todo justo cuando empezaba a ser agradable.
- Solo necesito levantar la cabeza y el mundo se levanta a mi alrededor.
- Si la humanidad pierde algún día a su narrador, habrá perdido también su infancia.
Sin duda es una película bastante imprescindible, en la que la historia y la forma de contarla te hacen sentirte mejor y plantearte en qué podrías cambiar.
Procuraré recordar los nombres de los actores y directores y no perdérmelos.