Crítica de Kikivall
Kikivall
Granada, España
Esa pareja feliz (1951)
- Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem
- Fernando Fernán Gómez, Elvira Quintilla, José Luis Ozores ...
Bardem-Berlanga, feliz encuentro
19 de mayo de 20175 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan y Carmen son un matrimonio madrileño de precaria situación económica, que vive muy modestamente. Ella se ocupa de las labores del hogar y él trabaja como electricista en unos estudios cinematográficos.
Co-dirigen esta película los por entonces jóvenes y luego grandes directores de nuestra historia filmográfica: Luis García-Berlanga y Juan Antonio Bardem. Mi opinión es que logran una obra tragicómica muy interesante. Pero como la hacen a medias, no se puede decir qué escenas y tomas fueron realizadas por uno y por otro. Es una excelente cinta en la que ambos aportan su saber hacer. El guión fue escrito también por García-Berlanga y Antonio Bardem, y significó un soplo de aire fresco al trasnochado cine histórico y de cartón piedra de entonces.
El reparto está compuesto por un magnífico Fernando Fernán Gómez y sus irrefutables dotes de actor, acompañado por una excelente Elvira Quintillá, a quienes acompañan José Luís Ozores, Félix Fernández, Matilde Muñoz Sampedro, y un elenco muy bien y perfectamente conjuntados.
Estamos en 1951, en una España que recién salía del marasmo de la guerra, un país atrofiado y empobrecido, fruto en lo social, cultural y en lo económico de la autárquica posguerra. Y en ese encuadre aparecen en el panorama cinematográfico los jóvenes Berlanga y Bardem que pertenecen a una generación nueva, más inquieta y preocupada por lo social y lo político, y por el raquitismo cultural que se vive. Además, están influenciados por el neorrealismo italiano, y con esas mimbres prueban nuevos derroteros para expresar la problemática que se vive en las calles y en los hogares españoles. Una sociedad aun en ruinas, en la que los bancos de los parques al amanecer, están repletos de mendigos y de personas sin hogar durmiendo a la intemperie.
Cuando inicia el film, vemos un placentero testimonio de lo que era en su momento el inocuo, complaciente y adormecedor cine hollywoodiense que la protagonista ve en el cine de su barrio, versus la cruel realidad que esta película muestra: la miseria, el desempleo, el realquiler, la emergencia de una incipiente sociedad de consumo, los rosarios, las novenas, escasez y cartillas de racionamiento, y la desesperanza de unos jóvenes que no aciertan a ver luz para su futuro. En esta película ya se dibuja la acidez, el sarcasmo y la crítica que ejercerán tanto Berlanga como Bardem en sus futuras películas.
En el final “realmente feliz”, se vislumbra ya el estilo más irónico y dulce de Luís García-Berlanga, frente al que no tardará en hacerse notar como uno de los realizadores más crudos del panorama contestatario, Juan Antonio Bardem.
Co-dirigen esta película los por entonces jóvenes y luego grandes directores de nuestra historia filmográfica: Luis García-Berlanga y Juan Antonio Bardem. Mi opinión es que logran una obra tragicómica muy interesante. Pero como la hacen a medias, no se puede decir qué escenas y tomas fueron realizadas por uno y por otro. Es una excelente cinta en la que ambos aportan su saber hacer. El guión fue escrito también por García-Berlanga y Antonio Bardem, y significó un soplo de aire fresco al trasnochado cine histórico y de cartón piedra de entonces.
El reparto está compuesto por un magnífico Fernando Fernán Gómez y sus irrefutables dotes de actor, acompañado por una excelente Elvira Quintillá, a quienes acompañan José Luís Ozores, Félix Fernández, Matilde Muñoz Sampedro, y un elenco muy bien y perfectamente conjuntados.
Estamos en 1951, en una España que recién salía del marasmo de la guerra, un país atrofiado y empobrecido, fruto en lo social, cultural y en lo económico de la autárquica posguerra. Y en ese encuadre aparecen en el panorama cinematográfico los jóvenes Berlanga y Bardem que pertenecen a una generación nueva, más inquieta y preocupada por lo social y lo político, y por el raquitismo cultural que se vive. Además, están influenciados por el neorrealismo italiano, y con esas mimbres prueban nuevos derroteros para expresar la problemática que se vive en las calles y en los hogares españoles. Una sociedad aun en ruinas, en la que los bancos de los parques al amanecer, están repletos de mendigos y de personas sin hogar durmiendo a la intemperie.
Cuando inicia el film, vemos un placentero testimonio de lo que era en su momento el inocuo, complaciente y adormecedor cine hollywoodiense que la protagonista ve en el cine de su barrio, versus la cruel realidad que esta película muestra: la miseria, el desempleo, el realquiler, la emergencia de una incipiente sociedad de consumo, los rosarios, las novenas, escasez y cartillas de racionamiento, y la desesperanza de unos jóvenes que no aciertan a ver luz para su futuro. En esta película ya se dibuja la acidez, el sarcasmo y la crítica que ejercerán tanto Berlanga como Bardem en sus futuras películas.
En el final “realmente feliz”, se vislumbra ya el estilo más irónico y dulce de Luís García-Berlanga, frente al que no tardará en hacerse notar como uno de los realizadores más crudos del panorama contestatario, Juan Antonio Bardem.