Este es un largometraje documental grabado por la esposa de Francis Ford Coppola (de nombre Eleanor), una crónica del rodaje de Apocalypse Now, la película de Coppola de 1979 inspirada por la novela corta de Joseph Conrad “El Corazón de las Tinieblas”.
El título del documental es un juego de palabras que hace alusión al título de la novela.

Narra la agonía y el éxtasis de aquel rodaje. Vemos tomas que nunca se usaron, escenas que fueron abandonadas, discusiones privadas entre el director y sus actores, los gritos de socorro y las confesiones de la desesperación, e incluso algunas conversaciones entre el director y su mujer que ella grabó en secreto.

No había visto Apocalypse Now en el momento de ver el documental, y cuando finalmente la vi es posible que lo hiciera desde un punto de vista distinto al que tendría sin conocer el documental, pero la aprecié mucho, y se ha convertido en una de mis películas favoritas. Adoro tanto la versión original de dos horas y media como la extendida que se estrenó en 2001, la versión “Redux” de tres horas y media. Ambas tienen matices bastante distintos.

Pero volviendo al documental; es remarcable el hecho de que no es necesario conocer la película original para entender el documental y empaparte de las conclusiones que saca su creadora Eleanor. Es maravilloso lo que se aprende de realización y sobre todo de producción al ver este producto audiovisual que tantos problemas tuvo en todas las etapas de su concepción.

Se ven derrumbadas todas las defensas de Coppola y sin embargo se le representa como un gran cineasta y un valiente. También se revelan las pruebas que hubieron de superar sus actores: Vemos un borracho y ensangrentado Martin Sheen improvisando un desglose mientras que el resto del equipo se preocupa de la posibilidad de que pierda el juicio y cargue contra Coppola o su cámara. Sale en las noticias que Sheen está exhalando su último aliento después de un ataque cardíaco grave. Y Coppola grita de indignación que la condición de Sheen ha sido filtrada a la prensa especializada y que la noticia podría desbaratar la producción: "Si muere, no quiero oír más que buenas noticias hasta que yo mismo confirme que se ha muerto." En otro momento del documental vemos a Dennis Hopper, su mente a la deriva en un mar de drogas, incapaz de recordar sus líneas y sin embargo improvisándolas brillantemente. Marlon Brando, contratado por nada menos que un millón de dólares a la semana, aparece sin la preparación adecuada y da lugar a debates sin fin. Brando comienza bien una escena y luego se distrae mientras la cámara sigue en funcionamiento. Masculla entre dientes:
"... Y ese es todo el diálogo que se me ocurre para hoy".

(Sigo en el apartado de SPOILERS por falta de espacio)