"Once" es un filme que tiene muchísima música. De hecho, se llevan casi toda la película cantando y componiendo temas musicales, pero si algo puedo decir con seguridad de lo que he visto, es que no es un musical al uso. Más bien parece uno de esos programas de la cadena Sol Música dedicados a las bandas musicales que acaban de empezar, o a un cantautor que acaba de saltar a la palestra en el mundillo de la música independiente. Básicamente, la historia consiste en ver a los dos protagonistas ensayando, tocando temas improvisados en la calle, en el autobús, o en la casa de alguien, y grabando finalmente las canciones en un estudio para hacer una maqueta musical. Para ser justo y sincero, quiero aclarar que este filme no se trata de una superproducción hollywoodiense que cuente con un generoso presupuesto y buenos actores, así que no se le puede exigir lo mismo, pero tampoco por este motivo hay que perdonárselo todo y afirmar que es una excelente película. Voy a empezar hablando de lo bueno que tiene "Once". Tiene un par de canciones que están bien, la que canta la chica cuando sale a la calle a comprar las pilas, y la primera que graban en el estudio. En lo poquito que desarrollan el argumento te hace recordar episodios de tu vida. ¿Quién en su juventud no ha deseado formar un grupo musical o incluso ha hecho sus pinitos en el universo de la música?. También, la relación entre los protagonistas te deja situaciones que has vivido, sobre todo evoca momentos de frustración romántica y melancólicos. Y más que nada, si algo quiero alabar como positivo de esta película, son sus últimos 5 minutos. Su forma de rematar la historia sí que me ha gustado, y mucho. Ahora bien, he leído de "Once" que es cine del trascendental, del bueno, del inteligente, que esto sí que es cine, que esta sí que es una película de 10. Pues eso quedará muy bien en el curriculum del buen cinéfilo, del sabio entendido en cine, pero eso no hay quien se lo crea, vamos. Igual que antes he hablado de lo bueno, ahora lo voy a hacer de lo malo. La primera pega es que la historia es lentísima, te cuesta mucho entrar en ella. Su pulso narrativo llega a ser desesperante, por lo que te aburres como una ostra. Tiene demasiados primeros planos de los protagonistas, algunos duran hasta más de dos minutos, y ya se sabe que el exceso de primeros planos son para esconder las carencias técnicas y argumentales de un producto. Que yo recuerde es una de las cintas que más largas se me han hecho, cada 5 minutos miraba el reloj para ver cuanto faltaba para que terminase, vamos que a la media hora de metraje ya estaba hasta el gorro de la película. Y bueno, quizás lo peor es la poca consistencia del guión, es una historia con buenas intenciones, pero se queda sólo en eso, en intenciones. No pasa prácticamente nada en sus 85 minutos, y eso ocurre porque no se puede hacer una película sólo con música. Podrían haber hecho un cortometraje de media hora y hubiera quedado mejor.