Esta película contada de otro modo sería un auténtico peñazo. En realidad casi no pasa nada durante toda la cinta, la historia se cuenta en veinte segundos. Ni siquiera se opta por el suspense (descubrir a ET) o la aventura (persecución para atrapar al extraterrestre) salvo alguna pincelada obligada. Pero eso mismo creo que es un acierto porque no pretende ser una película de acción sino de amistad, sentimental, y ahí el tono es fundamental.

Gracias a una excelente banda sonora de John Williams y a la grandilocuencia de la dirección, Steven Spielberg convierte en escenas épicas, secuencias no del todo llamativas. Pero ahí está el arte. Al final, el resultado es bueno y consigue emocionarte la amistad entre el niño y el extraterrestre, si bien por momentos el cuerpo te pide un ritmo más rápido en la narración.

A destacar igualmente el gran realismo de la relación entre los hermanos (y que decir de Drew Barrymore, su mejor papel e interpretación, una auténtica ricura de niña) en la que muchos nos podemos reconocer, el propio muñeco de ET que resulta entrañable (y pese a lo que algunos puedan pensar da una sensación de realidad mucho mayor que si hubiera estado hecho por ordenador) y algunas secuencias bastante graciosas.

Y no podía dejar de mencionar y admirar el muy divertido guiño al cine clásico con la parodia-homenaje a la gran escena de "El hombre tranquilo" entre John Wayne y Maureen O'Hara.