Amir vive en Kabul. Su mejor amigo Hassan es el hijo del criado. Les encantan las cometas. Son amigos inseparables, hasta que la lealtad y nobleza de Hassan llega a molestar y a humillar a Amir. Ahora va todo mal. Y todo empeora cuando los rusos ocupan Afganistan. Amir huye con su padre, Hassan queda en Kabul.
Veinte años despues, Amir es feliz en EEUU, cuando recibe una llamada de un viejo amigo de su padre. Amir debe volver a Kabul, en pleno regimen Talibán, para buscar al hijo de Hassan.

Emotiva historia, donde la lágrima fácil no abunda, y sí lo hace un concienzudo análisis de los personajes. La universalidad de los sentimientos, envidia, lealtad, nobleza, amistad... y todo enmarcado en la cultura islámica.
Gratamente observamos como muchos de nuestros prejuicios contra los musulmanes son marcadamente injustos.
Aquí se nos muestra la cara amable y moderada de una cultura y también la radical e integrista.
Es muy interesante la visión de un Kabul atrasado sin duda, y pobre, con la posterior del régimen talibán, donde el miedo y el extremismo dejan en agua de borrajas el antiguo Afganistán.

Es muy sano, sobretodo para el espectador americano, ver musulmanes como el protagonista. Gente normal, buena gente incluso, que representan a la mayoría de esa cultura. Eso si, se echa en falta observar el choque con la cultura occidental, algo obviado en la película.

En cualquier caso es una historia interesante y bonita, sin apenas fisuras, y mucho menos en las escenas costumbristas, en la relación con su suegro, esposa, padre... no decae, de hecho son preferibles al desenlace más "peliculero", el cual, exceptuando la poco real escena de la "huida", tampoco defraudará.
Por cierto, que en el dinamismo del film se nota que no esta realizados por autóctonos, sino por un americano, lo que le otorga una gran originalidad.

Interesante, está bién, no es el típico producto "Iraní-oriental" rarote que nos parece tan ajeno (y en ocasiones bellísimo).