No es una película muy emocionante que digamos como propuesta de terror, pero sí al menos es original (sobre todo por el título) al plantearse en ella una trama que mezcla algo del subgénero sobre doctores locos y otro poco del cine de terror con animales que hacen las veces de monstruos. También hay algunos toques propios del cine sobre jóvenes universitarios –obviamente que con las hormonas alborotadas- ávidos de meterse en problemas.

Puede que la cinta en determinados pasajes sea un tanto disparatada en su conflicto narrativo, donde un herpetólogo quiere lograr “crear” un híbrido humano-serpiente mediante un peligroso experimento.

No es a mi juicio un tema fácil de poner en pantalla sin caer en el ridículo en algunas ocasiones, pero no obstante ello hay que reconocer que el filme tiene algunos pasajes conseguidos desde el suspense, en donde al utilizarse en el rodaje serpientes y animales reales se le da un toque de atracción importante a la oferta en sí.

La película presenta una historia poco pulida, desarrollada de manera bastante rústica al mejor estilo de las cintas de terror serie B, donde en este caso la locura humana por llegar a lograr prodigios dentro del campo de la experimentación lleva a cometer aberraciones que terminan ocasionando desastres.

Por lo demás: es un tanto aburridilla en algunos pasajes, posee discretas actuaciones, ostenta un logrado maquillaje y cutres efectos especiales para dar vida a lo sobrenatural, además de exhibir mucha impronta y tufillo a serie B.

En fin, no se merece el “siseo” del público, aunque hay que mencionar que a grandes rasgos sólo logra un apenas aprobado.