En el libro de entrevistas que Truffaut escribió sobre Alfred Hitchcock, el genio del suspense dijo que el verdadero cine, acabó con el sonido. He tardado mucho tiempo en entender que quiso decir Alfred Hitchcock con esa afirmación; el mismo tiempo que he tardado en ver esta maravillosa película.

Películas de tiempo pasado y oportunidades perdidas existen a centenas. Así que cuando nos sentamos en la butaca y las luces se apagan, uno espera que tenga algo de original. No es este el caso. Días azules es una película entretenida porque el señor Oscar Jaenada se encarga de ello. No nos cuenta nada nuevo y la segunda parte de la película llega a hacerse un poco tediosa. Mastretta pone lo mejor de esta película sin muchas pretensiones.

Genial, Rara, Astuta, Necesaria, Divertida, Extraordinaria. En definitiva, estamos ante una película GRANDE. Los quebequianos (franco-canadienses para los doctos en lengua) hace tiempo que nos sorprenden con algunas películas excepcionales. Su cine, más próximo al cine europeo que a su propio vecino, nos muestra este verano una película mil veces dicha pero pocas veces tan bien narrada. Las interpretaciones de Michel Côté, Marc-André Grondin son sencillamente sublimes. La banda sonora es brutal, y en determinados momentos pone los pelos de punta recordando que no sólo, sirve para ponerla de fondo sino que puede ser utilizada para contar una escena (una parte de la película donde Almodóvar es un maestro). Es imposible no acordarse de Leolo cuando su protagonista nos lleva a su mundo interior. Magistral alguno de esos sueños donde no pude para de reírme en varios minutos. Lástima que el autor cometa una digresión casi al final de la película para trenzar la historia.

Soy de los que considera que hay cosas que son mejor dejarlas como están. Sobre todo, si una de esas cosas es Superman. Y por eso mismo, por ser Superman y tener grabado en las retinas a base de horas y horas de Superman en mis más tierna infancia es por lo que no me atrevo a poner peor nota a esta larguísisma aburrida y noña película que nos brinda el señor Singer. No hay nadie que se pueda salvar. Ni siquiera Kevin Spacy puede obsequiarnos las geniales interpretaciones que Gene Hackman hizo en su momento. Mejor no hablar de la señorita Lois Lane... lamentable. Brandon Roth bastante tiene con el absurdo y prevesible guión y la alargada sombra de Christopher Reeve. En fin; no sé si será un pájaro, un avión... pero espero que no sea otro Superman próximamente en mis mejores cines.

Guión perfecto, actores que lo bordan y una buena dirección. Esta película estrenada en verano promete ser lo mejor del cine español este año. Soberbio Espinosa que vuelve a emocionarnos al mismo tiempo que nos dibuja sonrisas en la cara. Banda sonora cuidada y una fotografía que arriesga. Pereira es, una cara nueva y al mismo tiempo amiga, que sin hacer nada lo hace todo.

P.D. 65 son pocas palabras.

Empiezo a tener claro que los Wachowski's brothers y yo, no nos llevaríamos muy bien. A mi juicio son capaces de hacer de buenas historias, cosas horrendas con finales para gilipollas. No puedo creer que esta película haya pasado airosa cuando de mitad de película en adelante me aprece una pantomima sin sentido y tan previsible que aburre. Sólo la gran Natalie Portman, Stephen Fry y la muy cuidada banda sonora se salvan en pantalla. El señor Vendetta me da tanta risa como los ineficaces malos de la película. Intentar hacer un film contra sistema con todo el sistema a cuestas, es que es simplemente de premio a la estupidez. Premio para ellos, que me hicieron pagar la entrada (para más inri un domingo) y tragarme este cuento de Walt Disney haciendo la versión del Zorro. Al menos Banderas le pone más énfasis a la lucha por la injusticia.

Lenta, larga, aburrida, con personajes de risa final absurdo y para mentes poco desarrolladas e interpretaciones de amateur... Señor Hanks, ¿cuántos ceros dice que tenía el cheque? Del director, para que hablar... este hombre no sabe hacer cine. Que bodrio... menos mal que no me leí el libro.

Buenas intenciones, gran ritmo, interpretaciones de calidad (una vez más el señor Cage demuestra que con una buena historia saca caracterizaciones magistrales), y una frase demoledora: "El mayor traficante de armas es el presidente de los Estados Unidos de America". Aún así, no llega al final, le falta algo y sobre todo, le sobra cantidad de minutos de voz en off. Es una pena que Niccol, que demostró que podía escribir un guión soberbio con "El show de Truman" tire por el camino fácil con tanta voz en off.