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Desencantada: Vuelve Giselle
Desencantada: Vuelve Giselle (2022)
  • 4,6
    1.365
  • Estados Unidos Adam Shankman
  • Amy Adams, Patrick Dempsey, Maya Rudolph ...
6
Casi tan inspirada como su predecesora.
Directamente en la plataforma de streaming de Disney nos llegó está continuación de "Encantada" (2007), aquel film de Kevin Lima (director que "Tarzan" (1999) y "102 dálmatas" (2000)) que aunaba en musical y comedia en aquella curiosa y perspicaz aventura autoparódica protagonizada por Amy Adams (secundada por aquel entonces por un gran reparto con Susan Sarandon, James Marsden, Timothy Spall e Idina Menzel).

Aquella película para todos los públicos mezclaba una aventura de magia y fantasía con humor sagaz hacia este género casi tan bien como "Shrek" (digo casi porque "Shrek" se sigue denotando superior y más revisionable. "Encantada" no ofrecía las dosis continuadas de ironía ni el ritmo tan presto de la cinta animada de 2001) y maridaba animación e imagen real en un lance en el que su protagonista (Adams) salía por accidente de su mundo animado al mundo real de Nueva York... y por el camino enamoraba al abogado viudo encarnado por Patrick Dempsey.

En esta continuación Giselle (Adams) ya empieza a conocer los sinsabores de la vida real en familia y añora su vida de cuento de hadas en Andalasia, así que pide un peligroso deseo que va a convertir a su barrio neoyorkino de las afueras en un cuento de hadas donde ella va a ocupar un papel de pesadilla.

Debo admitir que "Desencantada: Vuelve Giselle" me ha gustado bastante... casi tanto como el film predecesor. Porque, si bien la cinta tiene momentos de desarrollo tan básico y previsible como exasperante para un adulto (así como ciertas gracias tan bobas y erráticas como las de una serie de Disney Channel), lo cierto es que por norma general ofrece un ritmo ágil, un desarrollo argumental natural y avispado, y unos momentos de comicidad astuta y cómplice (los que se llevan la mejor parte, con permiso de una Amy Adams de lo más co-partícipe y espabilada, son James Spader, Idina Menzel y la nueva incorporación de Maya Rudolph). ¡Vamos, que no es el desastre de la "Cenicienta" (2021) de Camila Cabello!, ni tampoco es la cursilada plana de "Cenicienta" (2015) o "High School Musical" (2006). En "Desencantada" hay mayores ingredientes y mejor aprovechados. Pues su parte de comedia que es su gran baza se explota de forma bastante abundante con sarcasmos precisos (ojo al Príncipe Edward en su forma animada o de carne y hueso, pero no desmerecen esa Giselle en "modo madrastra" o esa nueva reina malvada del barrio con sus dos minions)... a pesar de tener otros desatinos (las escenas del Depmsey en modo de fantasía son obviables del todo) y hace fluir su enredo con cierta viveza. Lo mismo se puede decir de su otro gran aliciente que es su actuación musical que esta vez (y con gran acierto, debo decir) cede más protagonismo a la magnífica voz que es la de Idina Menzel. Y la actriz curtida en musicales aporta una brillante presencia interpretativa y vocal... la lástima es que esta segunda parte no cuenta con unas partituras tan distintivas y deliciosas como en la cinta predecesora.

Y así va navegando el film entre luces y sombras (con un elenco en parte de gran nivel y carisma en sus roles (Adams, Marsden, Menzel, Rudoplh, Jayma Mays, Yvette Nicole Brown) y en otra parte de nula conexión con el espectador (Dempsey, Gabriella Baldacchino), con unos instantes musicales de gran poderío o sentimiento vocal (Adams, Marsden, Menzel) y unas melodías olvidables y facilonas, con una puesta en escena profusa en sus decorados y vestuario... que se pasan algo de frenada en la pomposidad de los vestidos, con unas efectos visuales que triunfan con una animación entrañable y divertida (no solo las versiones animadas de los Reyes de Andalasia nos encandilan con curioseo, la Morgan animada también deja expresiones audaces)... y que no pasan de lo tolerable en la "magia" en el mundo real, con una realización competente pero bastante rutinaria)... mientras se van imponiendo las luces durante este visionado que hará las delicias de los más pequeños mientras que entretendrá en líneas generales con una sonrisa culpable a un adulto. Es una película muy recomendable como pasatiempo optimista y lúdico para todo tipo de público... y solo indispensable a los muy fans de las comedias Disney o a alguien de su reparto (pues los más aficionados al cine musical no vamos a ver en "Desencantada" una cinta notable y estandarte (tampoco un horror a lo "Cats" (2019), "Spiceworld" (1997) o "Camp Rock 2" (2010), pero desde luego no estamos ante "Sonrisas y lágrimas"(1965), "Chicago" (2002), "Grease" (1978) o "Mary Poppins" (1964)). Absténganse los que no toleren un solo atisbo de fantasía, parodia o humor en un largometraje. No es una secuela que ofrezca la música de su primera parte, pero a nivel de desarrollo argumental y a nivel de puesta en escena está muy a la par (y esto lo digo como un cumplido). Le han llovido palos por todos lados y, sinceramente, me parecen del todo injustificado. No es el desastre de otras comedias musicales como "High School Musical 2" (2007) o "The Prom" (2020), aquí hay más categoría en casi todos sus aspectos y en su conjunto final. Diría que "Desencantada" supera a "Nine" (2009), "Annie" (2014) o "Burlesque" (2010) pero no llega a los "Florence Foster Jenkins" (2016), "West Side Story" (1961), "En la cuerda floja" (2005) o "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005). Se queda más bien en un "El gran Showman" (2017), un "Cyrano" (2022) o un "Z.O.M.B.I.E.S." (2018). Muy grata para el fan del musical pero no de forma exagerada.

Lo mejor: Me voy a quedar con sus momentos de animación 2D (pero hay más donde elegir, sobre todo el timing humorístico de Rudoplh, Adams o Marsden).
Lo peor: Toda la subtrama protagonizada por Patrick Dempsey.
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Los crímenes de la academia
Los crímenes de la academia (2022)
  • 5,8
    8.493
  • Estados Unidos Scott Cooper
  • Christian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson ...
4
Telefilm con ambientación de cine.
Adaptando la novela de 2003 del mismo nombre de Louis Bayard, "Los crímenes de la academia" se nos sitúa como una cinta de misterio criminal en el Nueva York del siglo 19. El detective viudo Augustus Landor (Christian Bale) es contratado para investigar la muerte de un cadete en una academia militar. Para aclarar si ha sido un suicidio o un asesinato y quien se halla detrás de tanto misterio, el protagonista decide reclutar como ayudante a un joven Edgar Allan Poe (Harry Melling).

Pero no se lleven a engaños, pues el que la cinta aproveche el homenaje a Edgar Allan Poe (el autor más relevante de relatos cortos de terror gótico, el inventor de la novela detectivesca, el literato capaz de aunar poesías y sátira negra) que Louis Bayard hace en su novela proponiéndole como co-protagonista de este caso homicida... no quiere decir que con lo que nos topemos tenga la misma calidad argumental que las obras de Poe. Porque no lo tiene, ya se lo adelanto.

Por el contrario nos topamos con un misterio asesino bastante exiguo, con giros cogidos con alfileres y una urdimbre de lo más limitada y superficial. ¡Vamos que me ponen al lado un telefilm de sobremesa de Antena 3 y apenas puedo distinguir las situaciones y "sorpresas" que aquí nos aporta Scott Cooper. Incluso un capítulo de una serie procedimental de casos episódicos como "C.S.I.: Miami" (2002-12), Ley y orden" (1990-) o "El cuerpo del delito" (2011-13) presenta más mimo en los detalles indagadores o el estudio del caso en particular. Éste es el principal lastre del film que lo torna en una anécdota bastante olvidable... sino fuera porque de tanto en cuanto nos deja retales de una singularidad muy curiosa.

Hablo por supuesto de la subtrama personal que encarna con suma habilidad Harry Melling (jamás pude imaginar tras su icónico Dudly Dursley de la saga "Harry Potter" que iba a lograr desencasillarse por completo; primero con un radical cambio físico y luego ofreciendo trabajos tan diestros como perturbadores. Primero en "El diablo a todas horas" (2020) y luego en este "Los crímenes de la academia". Hay que seguir con gran interés su carrera actoral porque promete grandes cosas) y que hace pensar al espectador que su peculiar forma de ver la vida resulta de lo más fresca e insólita. Por desgracia la cinta apenas puede esbozar esta arista del conjunto, ya que el film se divide demasiado entre las grises búsquedas y descubrimientos del detective encarnado por Bale y ese ten con ten del Poe interpretado por Melling con su interés romántico... y al final no llega a escarbar con astucia y madurez en ninguna de las dos vertientes del relato.

Se queda pues en un desarrollo argumental más bien casual y superficial. Bastante trillado y usual en su parte de indagaciones del crimen en cuestión, y demasiado timorato en el pedazo que le toca al personaje de Poe/Melling (que tiene mayor fortuna con el libreto pero tampoco una fortuna sobresaliente). Una trama telefilmera en su resultado final que es alzada por una ambientación bellísima.

Porque eso sí, la película de Cooper ("Crazy Heart" (2009), "Black Mass: Estrictamente criminal" (2015)) tiene una fotografía para enmarcar. ¡Es más!, diría que es su largometraje con mejor puesta en escena (y eso es decir mucho). La majestuosa elección de sus nevados y fértiles exteriores colmados de vegetación otoñal y vetustos caserones, el uso de la luz tanto en los interiores centrados en el fuego de las velas como en los incómodos exteriores te atrapa por momentos (básicamente cuando el film trata de silencios y de muestras de paisajes y escenarios sin nada más. Cuando el film comienza con sus momentos de desarrollo argumental la cosa empieza a evidenciarse como bastante boba y limitada) es algo que el director de Virginia aprovecha con paneos, travelings cenitales y planos amplios durante gran parte del metraje y se agradece. También se agradece contar con un reparto sólido que aporta naturalidad a sus roles (sin embargo milagros no puede hacer. Ni Bale ni Gillian Anderson ni Toby Jones ni Robert Duvall ni Timothy Spall... ni siquiera el que tiene el papel más jugoso que es Melling) y un vestuario competente (aunque la banda sonora es desmerecedora de cualquier mención).

Así pues tenemos una película marrullera maquillada en su insignificancia argumental por un diseño de producción notable y unas actuaciones muy dignas. A nivel global no se puede decir que esté a la altura del suspense gótico de "El secreto de Mary Reilly" (1996) o "Entrevista con el vampiro" (1994) o de los thrillers de misterios criminales como "El secreto de sus ojos" (2009) o "Zodiac" (2007). Digamos que es más bien equiparable a "La mujer de negro" (2012), "Mr. Holmes" (2015) o "Winchester" (2012). Así que es recomendable como pasatiempo si gustan de ese tipo de cintas o si no se tienen demasiadas expectativas más que las de pasar un rato distraído en su mayor parte.

Lo mejor: Me quedo con la actuación de Harry Melling.
Lo peor: Todo lo que envuelve a los criminales satánicos...
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AIR
AIR (2023)
  • 6,7
    15.970
  • Estados Unidos Ben Affleck
  • Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis ...
5
Una anécdota relatada con estilo.
Basada en los hechos reales acontecidos en 1984, esta "tragicomedia light" nos narra como la empresa por entonces renqueante Nike llega a un acuerdo con la joven promesa que era por entonces Michael Jordan para comercializar unas zapatillas con su nombre y que lleve a sus partidos de la NBA.

El hecho, sinceramente, resulta anecdótico para todo aquel que no sea un trabajador de Nike obnubilado. Y, como admito que es mi caso, de seguro que gran cantidad de espectadores sienten un ínfimo interés por una mera transacción comercial. Es como si me hablan sobre la fundación de "The North Face" o de cualquier otra marca de prendas deportivas, pues me importa entre 0 y un cuarto.

Y es que, el hecho de que su premisa sea tan peregrina (su argumento (puestos a hechos reales norteamericanos) no es el trascendental del desembarco de Normadía de "Salvar al soldado Ryan" (1998), ni el de la aprobación de la Segunda Enmienda de "Lincoln" (2012) precisamente) es probablemente la mayor rémora con la que se topa el largometraje. Porque el guion sabe sacar algo de jugo (oro no, porque no lo hay) a esos instantes de inspiración empresarial y negociaciones versadas con emociones honestas y robustas, además el libreto de Alex Convery goza de un progreso argumental cadencioso.

Es pues, una película que no aburre y llega a atraer en suficientes puntos dada su ejecución a todos los niveles, a pesar de que en los instantes flojos y redundantes (que los tiene) se evidencia más que lo que se nos cuenta es tan intrascendente como gélido para el gran público (que para intrigas pasajeras y diarias de oficina ya tiene muchas más relevantes para su vida en la vida real). Pero por lo general "Air" cuenta con un guion que sabe potenciar los momentos de "tomas y dacas" entre el representante de Nike Sonny Vaccaro (Matt Damon) y la madre de Michael Jordan (Viola Davis, que encarna a la matriarca del astro por petición propia del propio Michael Jordan) y de risas entre el protagonista Sonny Vaccaro y sus compañeros de oficina (encarnados por Ben Affleck, Jason Bateman, Chris Tuker y Chris Messina). Y lo hace (casi siempre) con diálogos espabilados tanto en su humor como en sus reflexiones cotidianas.

A esto se le suma que el Aflleck director (que si se topa con un buen guion, lo sabe adecentar con su elección de puesta en escena. En opinión de quien esto escribe es un director que depende mucho de la calidad del libreto que tiene entre manos. Y a la diferencia de resultados entre la notable "Adiós pequeña, adiós" (2007) con guion de su puño y letra y la olvidable "Vivir de noche" (2016) me remito) se muestra en plena forma. Con una viveza de planos detalle y cenitales en movimiento entre planos/contraplanos también con bastante movimiento de sus personajes (en el buen sentido) el de california transmite a la audiencia un relato vivo y evolutivo. Un relato que se nutre además de un plantel de relumbrón que aprovecha con talento y cercanía (y algo de carisma en el caso de Viola Davis. Digo algo porque es lo que la trama le permite en su secundaria acotada) sus roles.

Así pues tenemos una película triunfal que a priori se podía prever como un fracaso dado el hecho tan nimio que nos plantea. Pues sabe explotar con astucia los instantes más relevantes (dentro de lo anecdótico de su trama) y que los envuelve con una realización espabilada, unas actuaciones sólidas y una banda sonora de temas ochenteros muy agradecida e inspirada. Como tragicomedia de rutinas empresariales es muy recomendable (que no indispensable, para eso tenemos a "El lobo de Wall Street" (2013), "Figuras ocultas" (2016) o "El instante más oscuro" (2017)), pero solo recomendable a secas para quien busque un pasatiempo comercial más. Tampoco se pierden nada si no la visionan, pero tampoco se aburrirán o pasarán un mal rato hastiante si lo hacen. "Air" se me sitúa como resultado global equiparable a largos como "Morning Glory" (2010), "El mayordomo" (2013), "Moneyball" (2011) o "Al encuentro de Mr. Banks" (2013), y desde luego mejor que "Ejecutiva en apuros" (2009), "Joy" (2015) o "Jugada perfecta" (2010) sí es.

Lo mejor: La actuación de Viola Davis. La dirección de Affleck.
Lo peor: La premisa.
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Pobres criaturas
Pobres criaturas (2023)
  • 7,4
    26.134
  • Irlanda Yorgos Lanthimos
  • Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe ...
6
CASI tan chocante y singular como pretende.
El curioso realizador Yorgos Lanthimos ("The Lobster" (2015), "La favorita" (2018)) nos ha ofrecido en su octavo largometraje otra cinta peculiar y consistente de las que acostumbra. Aunque a mi particular parecer es incapaz de llegar a las cotas geniales de serpenteos ladinos y disección de personajes... acicalados en una ambientación asombrosa de "La favorita", lo cierto es que "Pobres criaturas" se me destaca dentro de su filmografía divertida y especial.

Aunque admito que no soy fan incondicional del cine surreal y sugerente de Lanthimos (para intrigas de fantasía y/o distopías opto más por Tim Burton, Christopher Nolan, Stanley Kubrick o David Lynch), y que sus argumentos de personajes enigmáticos que se ven envueltos en misterios sobrenaturales que les hacen plantearse sus ideales se me suelen quedar cortos (por ejemplo: sin ser mala obra, "El sacrificio de un ciervo sagrado" (2017) parece una mera anécdota superficial si se la compara con "Abre los ojos" (1997)), debo reconocer que "Pobres criaturas" es una de sus obras más acabadas y vistosas (aunque insisto en que mejor desarrollo argumental e interpretaciones tiene "La favorita", la película más "clásica" de Lanthimos por así decirlo)... y aun así nos da un guion que va a resultar somero y simplificado si se toma como referencia otras propuestas similares como "Eduardo manostijeras" (1990), "Robocop" (1987), "La piel que habito" (2011) o "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001).

En un indeterminado (y entremezclado con fantasía futurista de lo más original y espabilada) pasado victoriano Bella Baxter (Emma Stone), una humana fruto del enigmático experimento (no diré más para no dar spoilers) del científico Godwin Baxter (Willem Dafoe) comienza a dar sus primeros pasos (valga la redundancia) en el mundo, y descubrirá los sentimientos de deseo, amor, esperanza, tristeza y demás mientras madura. Y lo hace en un viaje vital cargado de chistosas excentricidades. Así que no busquen en "Pobre criaturas" unas avispadas cavilaciones sobre la ética médica, ni dudas existencialistas aderezadas con humor, ni misterios elaborados. Busquen más bien una mezcolanza entre la criatura de Frankenstein con "Amelie" (2001) y van a quedar mucho más que satisfechos.

Ya que "Pobres criaturas" no indaga en sus inéditos revoltijos de medicina futurista, ni juega con esos experimentos con honodonadas ácidas, sino que opta por llevarnos en una especie de "road movie" con Bella por ese mundo de amoríos, bailes y aventuras viajeras. Y no lo hace mal, que conste. Pero esto pudo ser un "Blade Runner" (1982) o un "Ex_Machina" (2014) y está más cerca de "Enredados" (2010), "El extraordinario viaje de T.S. Spivet" (2013), "Magic Mike XXL" (2015) o "Resacón en Las Vegas" (2009). Y esto no es malo, pues las películas mencionadas no son largos abyectos ni mucho menos, pero no son obras maestras a nivel literario de la misma forma que a nivel plástico.

"Pobres criaturas" nos regala muchos momentos de ironía sagaz y sarcasmo audaz, y otros tantos de rutina cumplidora y académica. Pero en su conjunto se puede decir que estamos ante un libreto de Tony McNamara distraído y eficiente. Un nivel gustoso sin duda, pero su ejecución a escena está a otro nivel completamente diferente, un nivel tremendamente superior. Ya que el diseño de producción es sublime y novedoso, con una estética que entremezcla con interés lo barroco y lo innovador, con una fotografía que se convierte en un personaje más en cada fotograma con su composición de tonalidades, con un vestuario asombroso, y con un manejo de la cámara ocurrente y especial (todo un acierto el uso de lentes cóncavas y convexas en la mayoría de sus escenas) a la par que sutil. La banda sonora por su parte es capaz de dar acordes perturbadores a la par que joviales, enriqueciendo el relato de forma pasajera pero con unas imponentes sensaciones para el espectador. Algo que se puede aplicar a todas y cada una de las actuaciones de la cinta (pues, aunque actores como Dafoe, Mark Ruffalo o Ramy Youssef dan un carisma natural a unos roles que no les demandan tanto como en otros trabajos, la labor de Emma Stone es colosal y su Oscar más que justificado en cada ademán, en cada sensación y sentimiento que experimenta su personaje).

Así pues tenemos en "Pobres criaturas" una película de fantasía tan entretenida y grata como momentánea y frugal. Pero eso sí, absténganse los más puristas en esto del Séptimo Arte que se espanten ante cualquier película que se salga de la norma más clásica y establecida. Que aquí tenemos un universo imposible, con supuestos fantasiosos y con bastantes dosis de sex-, todo sea dicho. Como film fantástico se me pone a años luz de las grandes obras maestras de "El Señor de los Anillos", "Big Fish" (2003) o "Tigre y Dragón" (2000), pero tampoco es el desastre de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009). Digamos que se me equipara a "El quinto elemento" (1997), "Pinocho, de Guillermo del Toro" (2022), "Tenet" (2020) o "Ready Player One" (2018), y se me pone un peldaño por encima de "El sacrificio de un ciervo sagrado" y un peldaño por debajo de "La favorita".

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Alguna que otra irregularidad del guion...
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Corrupción y poder
Corrupción y poder (2016)
  • 4,1
    1.247
  • Estados Unidos Shintaro Shimosawa
  • Josh Duhamel, Al Pacino, Anthony Hopkins ...
3
Cuando Al Pacino y Anthony Hopkins no hacen acto de presencia, parece una telenovela turca nocturna.
Así, con nocturnidad y alevosía nos han colado el debut en la dirección del productor Shintaro Shimosawa (que tras este film no volvió a dirigir y se centró en lo que se le da mejor: la producción) que tuvo un presupuesto de once millones de dólares y apenas recaudó dos (pues prácticamente fue estrenada en plataformas de streaming y en aviones comerciales que tenían como objetivo dormir a sus pasajeros profundamente).

Y es que, a pesar de que la cinta cuenta con unos nombres en su cartel que auguran cierta calidad (Robert DeNiro y Anthony Hopkins en mayor medida, y Julia Stiles en menor medida), lo cierto es que nos encontramos con un telefilm más propio del multicine alemán de Antena 3 que de otra cosa. Con mimbres (que no pasan de eso) de thriller, esta trama "original" nos lleva torpemente por su argumento resobado: un protagonista (Josh Duhamel) se ve perseguido por un malvado de turno (Byung-hun Lee) que intenta incriminarlo de todo lo posible. Nuestro prota deberá averiguar si el cerebro que está detrás de su incriminación es Hopkins o Pacino, pero poco importa cuando los personajes son tan tópicos y absurdos, y el desarrollo argumental tan superficial y errático. Pues el malvado es el "malo muy malo" de manual para dummies (porque apenas tiene un par de frases de guion, pero para lo que dice... mejor que esté calladito) mientras que la femmme fatale de la cinta que trata de enredar al protagonista tiene unas escenas arquetípicas mezcladas sin ton ni son que hacen de su rol una caricatura sin pretenderlo, pero tres cuartos de lo mismo le pasa al personaje de la "esposa atribulada" (porque una cosa es que "tenga un trauma del pasado que no ha superado" y otra muy diferente que por cada palabra que diga tenga que mantener un silencio disparatado con el prota/marido). Los personajes masculinos por su parte no es que sean completamente incoherentes y absurdos como los femeninos, es que son unidimensionales hasta la implosión. Hopkins y Pacino tienen en suerte a "hombres de negocios amorales" que no tienen ningún otro tipo de interés más que los beneficios monetarios de su negocio. Y ya, paren de contar (valga la redundancia).

¡Vamos que aquí Anthony Hopkins no tiene un caramelo de "hombre amoral multimillonario" como el que le regalaron a Christopher Plummer en el guion de "Todo el dinero del mundo" (2018) o a Leonardo DiCaprio en "El lobo de Wall Street" (2013)!, más bien Pacino y Hopkins son aquí una suerte de Michael Douglas en "Más allá de la duda" (2009) o un "Russell Crowe" en "La trama" (film de 2013 de Allen Hughes que me ha recordado mucho a éste en su temática y tratamiento por cierto, y no lo digo como un cumplido). Los veteranos hacen lo que pueden y sí saben dar algo de empaque y personalidad a sus roles, pero quienes más ocupan la pantalla que son los actores jóvenes no sacan petróleo de absolutamente ninguna escena y están, o bien indolentes (caso de Stiles que tampoco está en la saga de Bourne (ójala sí) y Duhamel) o bien deplorables (casos de Alice Eve, Byung-hun Lee y Malin Akerman) cuyas expresiones no casan con nada de lo que les impone el guion.

El film cuenta con una buena iluminación, eso sí. También goza de un diseño de producción elegante y acogedor, y es rodado de forma fluida y orgánica en cada plano, algo que luce más durante un nudo que nos es descrito con una progreso atrayente por parte de su director. Pero eso no compensa su presentación y su desenlace tan rendundante como irracional por culpa de un libreto que jamás debió tener luz verde.

Así pues tenemos una cinta de intriga fallida, más cómica que ilustrada. Curiosa a ratos gracias al carisma de DeNiro y Hopkins y gracias tempo narrativo de Shintaro Shimosawa en los misterios sencillotes del nudo, pero poco más a señalar. En absoluto merece la pena por esos instantes que llegan a lo aceptable. Está a años luz de thrillers del mismo corte como "Atrapado por su pasado" (1993), "La tapadera" (1993), "Primary Colors" (1998), "El informe pelícano" (1993), "Instinto básico" (1992), "La verdad" (2015) o "Casino" (1995)... ni tan siquiera está a la altura de divertimentos pasajeros de género como "El caso Heineken" (otra, esta vez de 2015, con Anthony Hopkins de multimillonario), "Mi prima Rachel" (2017), "Secuestro" (2016), "Efectos secundarios" (2013), "El cuerpo" (2012), "Regresión" (2015) o "La chica del tren" (2016). Es más equiparable a "La sombra de la sospecha" (2006), "V3nganza" (2015), "Striptease" (1996), "Indomable" (2012) o "Instinto básico 2" (2006). No se me torna recomendable ni para los fans de estos actores, sinceramente.

Lo mejor: Su dirección (ya es mala pata debutar en la dirección y contar con un guion tan malo).
Lo peor: Aunque el guion sea terrible, más terrible está Alice Eve en su papel.
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The Creator
The Creator (2023)
  • 6,0
    12.928
  • Estados Unidos Gareth Edwards
  • John David Washington, Madeleine Yuna Voyles, Gemma Chan ...
5
A Gareth Edwards le sienta mejor la galaxia muy muy lejana.
En su cuarto largometraje Gareth Edwards (director de la estupenda "Rogue One: Una historia de Star Wars" (2016), sin lugar a dudas la única película notable y a la altura de lo ofrecido por la saga de "Star Wars" antes de que Disney metiera mano) nos ofreció una cinta de ciencia-ficción en la que la Tierra anda de guerra mundial, un enfrentamiento de humanos contra robots humanoides de inteligencia artificial (¡qué original!, ¿eh? Será porque nunca se ha visto ni en las sagas de "Terminator", "Matrix", "Blade Runner" o en cintas como "Yo, Robot" (2004) o "Westworld" (1973)). Nuestro protagonista el Sargento Taylor (John David Washington) tiene la misión de acabar con el arma definitiva del bando de la Inteligencia Artificial, sin embargo ese arma resulta tener la inteligencia, los sentimientos y la inocencia de una niña (Madeleine Yuna Voyles). Así que nuestro protagonista irá descubriendo que ni los humanos son tan buenos ni los robots tan malos.

¡Vamos!, que "The Creator" bebe tanto y tan continuamente de "Blade Runner" (1982), "El quinto elemento" (1997), "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001) y demás films que decir que es un soplo de aire fresco y una película original entre tantas precuelas y secuelas... pues me parece un insulto a la inteligencia cinéfila. Porque no es sino una amalgama de circunstancias y situaciones que hemos visto tratadas con mayor mimo y vicisitudes en "Blade Runner", "Terminator" (1984), "Ex_Machina" (2014), "Yo, Robot" y bastantes otras cintas. Ya que "The Creator" expone coyunturas con elegancia pero no se aplica a la hora de pulirlas con detalles productivos. Que tampoco esperaba a unos replicantes (aquí sencillamente robots, pero vamos que son replicantes humanos de todas todas) con reflexiones hondas a lo "lágrimas en la lluvia" de Roy Batty (Rutger Hauer), o unos diálogos como los de Morfeo (Laurence Fishburne) y Neo (Keanu Reeves) sobre la situación de los humanos en "The Matrix" (1999), pero desde luego las circunstancias de la cinta sí podrían haber dado lugar a ese trabajo del guion, y no limitarse a los diálogos que tan solo repiten al espectador lo que ya está viendo con topicazos tipo "ese arma acabará con la guerra", "escóndete" o "lucharemos".

Porque así, "The Creator" se convierte en una cinta de acción futurista más que en un thriller futurista. Y sí, como película de acción distinguida funciona como pasatiempo de forma pasable. Pero desde luego como intriga y drama sci-fi hace aguas por todas partes dada su desidia en el desarrollo argumental. Pues a los espectadores más curtidos nos va a producir la constante sensación de "esto ya lo hemos visto y mejor trabajado", y los neófitos en este tipo de cine puede que lleguen a pedir la hora en la recta final de acción reiterativa. Es a los fans del cine de acción con un CGI majestuoso a los que más va a encandilar este largo sin ninguna duda.

Porque otra cosa no, pero Edwards mantiene esa elegancia plástica que ya nos brindó en "Rogue One: Una historia de Star Wars" (que tenía la suerte de contar con un mejor guion que la cinta que nos ocupa). Con una fotografía que aprovecha la pulcritud de su cinematografía, ofreciendo unos imperceptibles filtros ocres y azulados que mantienen esa sensación de fábula curiosa sin sacar por ello al espectador de la acción (no digo trama porque es muy exigua), mimando su puntual iluminación a los personajes con tino, trabajando las tonalidades del vestuario que se zambullen con pericia en esos paisajes ascetas y vetustos, paisajes que cuidan con virtuosismo en cada encuadre con sus elementos escénicos (ojo a los planos generales de la cinta, en opinión de quien esto escribe es lo que mejor tiene el producto y en lo que me deja maravillada). A esto se suma una majestuosa edición de sonido (su mezcla es aceptable sin más) y un C.G.I. impresionante tanto en los humanoides metálicos como en los ataques masivos de un bando u otro. Hay un diseño en la tecnología sci-fi muy logrado (que no asombroso) y su ejecución es impoluta y de lo más complaciente para con el espectador.

El reparto también está natural, pero en esta ocasión no contamos con un intérprete que sea un dechado de carisma y singularidad que torne a su papel en algo curioso, cercano e interesante. No, aquí no hay una Sarah Connor, un Roy Batty o una Grace Augustine. Ójala lo hubiera y la cinta se elevaría en calidad, pero ni John David Washington es Tom Cruise en "Minority Report" (2002) ni Madeleine Yuna es Haley Joel Osment en "A.I.: Inteligencia Artificial"... ni la estupenda Allison Janney es Siguorney Weaver en "Avatar" (2009) con suficiente material en el guion como para sacar jugo a su esquematizado personaje. La verdad es que nos da bastante igual el destino de estos personajes a pesar de que se envuelven en persecuciones, combates y escondites primorosos.

Una envoltura que compensa en gran medida un guion que tampoco es una chapuza de continuas chaladuras (esto no es "Cats" (2019)) pero que desde luego pudo ser más compacto, intenso y profundo. Al final acaba derivando en una película comercial de acción "más". Que entretiene de forma ajustada durante su visionado, pero que no llega a implicar a la audiencia que la olvidará más pronto que tarde (a no ser que se sea fan acérrim@ de sus director o su actor protagonista). Desde luego está a años luz de "Terminator 2: El juicio final" (1991), "Westworld", "The Matrix" o "A.I.: Inteligencia Artificial", aunque tampoco sea la ineptitud total de "Aeon Flux" (2005) o "Alien Vs. Predator" (2004). Es más bien una "Terminator 3" (2003), "Transcendence" (2014), "District 9" (2009), "Alien: Resurrection" (1997), "Reminiscencia" (2021), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017) o "Bloodshot" (2020) más.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Su guion.
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Dune: Parte Dos
Dune: Parte Dos (2024)
  • 7,9
    19.371
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson ...
7
Ahora sí.
Por fin Denis Villeneuve ("Prisioneros" (2013), "La llegada" (2016), "Blade Runner 2049" (2017)) ha otorgado a uno de sus largos un contenido parejo en calidad a su contenedor. Pues admito que es un director que siempre me ha resultado sobrevalorado, ya que se ha caracterizado por ofrecer planos muy vistosos dentro de tramas vacuas (y diría que hasta mentecatas. Y a "Blade Runner 2049" me remito) y a punto ha estado de convertírseme en un Zack Snyder más. Pero esta vez sí, esta vez Villeneuve cuenta con un guion (de su puño y letra junto a Jon Spaihts) que adapta con garra, diversidad, elegancia, humanidad, potencia e intriga la parte con más "chicha" de la novela homónima de Frank Herbert. El propio Villeneuve suelta una y otra vez en todas las entrevistas que esta "Dune: Parte 2" es su película más viva. Y así es.

Toda una épica de fantasía en la que su protagonista el noble Paul Atreides (Timothée Chalamet) trata de vengar la muerte de su padre y el ostracismo de su familia por parte del Emperador del universo y sus nobles afines, aliándose para ello con los enemigos acérrimos del Imperio y sus nobles: los Fremen (capitaneados por un Javier Bardem en estado de gracia, por cierto) que creen que este Paul Atreides es el mesías prometido de su religión. Esto sería un resumen de una trama multifacética, estilizada, nervuda y resolutiva que nos va a regalar grandes momentos de conspiraciones, rivalidades, alianzas, rencillas, amistades, aprendizajes, credos, fidelidades y traiciones variopintas. Todo fermentado en más de dos horas de metraje con un equilibrio impecable, un jugueteo argumental que logra configurar personalidades que nos importen e impliquen (y no solo se trata del protagonista y su "Juan Bautista" particular encarnado por Bardem. Incluso al villano "némesis" que interpreta Austin Butler le bastan un par de secuencias para tornarse en un retorcido psicópata de lo más recóndito y temible. Así que no hablemos de las curiosas urdimbres por las que se manejan los roles de Rebecca Ferguson, Stellan Skarsgård o Dave Bautista). Y "Dune: Parte 2" hace además todo un ejercicio narrativo la hora de complacer con distinción tanto a los que son tremendamente seguidores de la novela de Herbert o sus adaptaciones cinematográficas como a lo que son neófitos. Pues "Dune: Parte 2" es una película que se va a disfrutar de igual forma tanto si se viene con la lección aprendida de la novela original o de "Dune" (2021) como si no. Porque estos personajes están envueltos en nuevas coyunturas en este film (hay muchos "renaceres" simbólicos o no) y esas nuevas circunstancias tienen una conclusión atrevida.

Con todo esto Villeneuve engarza ese contenido suculento (y diría que casi exquisito. Porque no llega al nivel de cualquier entrega de la trilogía de "El Señor de los Anillos", pero a muy poco de ellas se queda) con la superlativa puesta en escena que acostumbra (jamás dije lo contrario de este cineasta, y a mi crítica de "Dune" (2021) me remito). Ya que en "Dune: Parte 2" tenemos una fotografía apoteósica con un sello personal a la par que refinado. Con multitud de filtros ocres en ese mundo desértico que combina con tanta amabilidad sus extensos escenarios y su vestuario sofisticado... sin dejar pasar el gran uso del blanco y negro o las tonalidades grises en las escenas que lo requieren. Hay una composición de sus pocos elementos completamente audaz y única, una edición precisa, unos efectos especiales magníficos y un sonido asombroso.

Los únicos "peros" que se le puede poner a esta épica fantástica es una banda sonora adecuada y unas pocas actuaciones escasamente carismáticas. Pero ello no quiere decir que sean elementos horribles ni mucho menos, Chalamet está natural y desenvuelto, pero no es Daniel Day Lewis en "Lincoln" (2012) precisamente, Zendaya está correcta pero adolece de algo más de complicidad para con el espectador, y Florence Pugh está más sosa que un calabacín. Lógicamente con este percal Bardem, Butler, Ferguson, Bautista y Skarsgård se los comen con patatas y son sus robaescenas particulares.

En fin, detalles que poco (algo sí, pero poco) ensombrecen la experiencia global de esta notable obra cinematográfica. Sin lugar a dudas se me torna en la mejor película que ha hecho Villenueve hasta la fecha (y bastante difícil de superar) solo rozándose levemente a "Prisioneros". "Dune: Parte 2" le lleva años-luz de ventaja a "La llegada", "Dune" o "Blade Runner 2049". Los que quedaron horrorizados con lo que hizo Disney a la saga de "Star Wars" con esa nueva trilogía, en "Dune: Parte 2" van a tener lo que ansiaban pero que ni "El despertar de la fuerza" y sucedáneos le dieron. Ya que, como épica de fantasía espacial, "Dune: parte 2" supera con gran facilidad "Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma" (1999), "Star Wars: Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Star Wars: Episodio VII: El despertar de la Fuerza" (2015), "Star Wars: Episodio VIII: Los últimos Jedi" (2017), "Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker" (2019) y "Han Solo" (2018). Evidentemente no llega al nivel de singularidad y explosión de elementos cinematográficos sobresalientes de la trilogía original de "Star Wars", pero puede mirar a la cara a "Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith" (2005) o "Rogue One" (2016). Y es objetivamente superior a largos de corte similar y de resultado entretenidillo como "El quinto elemento" (1997), "Krull" (1983), "Eragon" (2006), "Alita: Ángel de combate" (2019), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017), "Warcraft" (2016) o "Las crónicas de Spiderwick" (2008). Se me pone a la señalada altura de "Las crónicas de Narnia" (2005), "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001), "Thor: Ragnarok" (2017), "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2" (2011), "Guardianes de la galaxia" (2014) o "Hellboy" (2004). Muy recomendable a todo público adulto, indispensable para los aficionados el cine de fantasía o sci-fi.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: ...
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mowgli: La leyenda de la selva
Mowgli: La leyenda de la selva (2018)
  • 5,7
    6.826
  • Estados Unidos Andy Serkis
  • Rohan Chand, Matthew Rhys, Freida Pinto ...
3
La fórmula telefilmera de Netflix para seguir resultando irrelevante y rutinario.
No extraña la compra de esta cinta por parte de Netflix a Warner Bros. Pues este largo parece seguir las directrices de los gerifaltes de Netflix a la hora de producir largometrajes estrenados a bombo y platillo y con un alto presupuesto (salvo en contadas ocasiones como en "Los dos Papas" (2019 , "Mank" (2020) o "Roma" (2018)): "Envuelve todo en una atmósfera de calidad cinematográfica y ofrece un argumento trillado y/o desarrollado con mediocridad".

Y así en 2018 llegó a la plataforma pionera de streaming otra (¡OTRA!) adaptación de "El libro de la selva 1 y 2" de Rudyard Kipling. No digo una nueva adaptación porque este "Mowgli" no cuenta absolutamente nada nuevo (varía la personalidad de algunos de sus personajes y se salta bastantes de los acontecimientos reseñables de la obra de Kiplin, pero no se puede decir que nos encontremos ante una trama diferente. Tampoco es que pidiéramos algo diferente. Claro que tampoco se ve necesaria otra adaptación a la pantalla de las aventuras y desventuras de Mowgli. Pues antes de este "Mowgli" de 2018 hemos tenido ocho, OCHO largometrajes algunos a imagen real y otros animados).

Y es que este telefilm cuenta con un gran lastre en su contra, que no es otro que la sensación de repetición y previsibilidad en casi todo espectador medio (con ocho largos a sus espaldas, rara es la audiencia que no se conozca a grandes rasgos esta historia simbólica). Y aun sin conocer la trama de este huérfano que es criado en la selva por lobos que lucha por su lugar en la manada, venciendo a su rival Shere Khan y conociendo las diferentes naturalezas de los animales diversos que pululan por allí (monos, elefantes, serpientes, osos, etc.), hay que reconocer que tenemos enfoques mucho más atinados a la hora de escoger momentos de la colección de historias de Kiplin y más inspirados en su desarrollo argumental (y a las mucho más recomendables cintas de Disney me remito).

Pues este "Mowgli", si bien es bello en lo audiovisual (se nota la inversión cinematográfica en el producto. Ya que podemos disfrutar de unos escenarios bellísimos de Sudáfrica, que además son rodados por parte de Andy Serkis (el afamado Gollum que se muestra solvente (si bien no sobresaliente) como director de cine comercial, y para muestras "Una razón para vivir" (2017) y "Venom: Habrá Matanza" (2021)) con una pericia tan natural y preciosista como vivaz y dinámica. En la cinta abundan los planos semisubjetivos y cenitales en movimiento entre plano/contraplano mantenido... y ninguno erra en su tempo narrativo ya sea en el desarrollo de la acción o en el dramático algo (solo algo) meditabundo. Hay en la película además una definición de lo más atrayente, así como una fotografía con una estilizada profusión de tonalidades e iluminaciones. La labor de vestuario y maquillaje también resulta primorosa en todo momento y el C.G.I.... digamos que es (junto a la olvidable banda sonora) la pata más corta de su puesta en escena, y es que a pesar de no chirriar a la hora de mostrar los movimientos de los animales animados, lo cierto es que el diseño de algunos de ellos resulta más bien feote (sí, va por ese Baloo en particular y por esos monos en general)... algo que maquilla el niño/actor Rohan Chand (muy acertado el casting de este casi desconocido intérprete estadounidense) con una actuación honesta y cercana para con el espectador. El resto de actores tienen unos papeles tan secundarios y monocromáticos que no merecen ni mentarse) en el aspecto argumental se queda en lo parco o lo tópico. Se queda en la superficie de esta fábula (el film incide y redunda en la temática de "no encajar" y "luchar por ser aceptado"... con la simpleza estandarizada de films como "Stuart Little" (1999), "Hotel Transilvania" (2012) o "La LEGO película" (2014). Con esto no digo que tenga un tratamiento idiota del asunto, pero sí tremendamente arquetípico y básico) y se escaquea de los instantes más humorísticos y metafóricos (adiós a la vida holgazana de Baloo o al baile de los elefantes) o simplemente metafóricos.

Así que nos da en definitiva una aventura selvática descafeinada (pudo dar mucho más a nivel de desarrollo argumental dado el material con el que contaba) y rutinaria. Que se deja ver en un primer visionado (en todo espectador con muy pocas expectativas) por su dignidad en el diseño de producción, en la realización y la actuación. Pero no es una versión de "El libro de la selva" ni siquiera aceptable en su trama sobre la escena. No se me torna recomendable ni siquiera para los más aficionados a las páginas de Kiplin (tal vez solo para los muy incondicionales de los live-action con C.G.I.). Es mucho más triunfal en su conjunto "El libro de la selva" de Jon Favreau (y eso que aquella cinta de 2016 tampoco me parece una obra maestra), pero para adaptaciones de "El libro de la selva" la indispensable sigue siendo la cinta animada de Disney de 1967. Este "Mowgli" está más cerca del largo a imagen real de Disney de 1994 que de la notable obra de 1967.

Lo mejor: Su ambientación en líneas generales.
Lo peor: La escasez frugal de su guion.
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La Torre Oscura
La Torre Oscura (2017)
  • 4,6
    12.692
  • Estados Unidos Nikolaj Arcel
  • Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor ...
5
Transformando una saga literaria multifacética y excelsa en un conciso y básico producto de entretenimiento.
Admito que no he seguido demasiado toda la saga de "La torre oscura" de Stephen King (soy más de otros autores literarios, pero puestos a elegir me quedo con las novelas "Cadena perpetua", "Misery", "La milla verde", "El cabo del miedo", "Insomnia", "El resplandor" o "El cazador de sueños"). Una fábula que se sitúa en un universo en el cual hay un mundo en concreto en el que protagonista (el pistolero Roland Deschain) y antagonista (el demonio Walter Padick) van encadenando persecuciones y enfrentamientos, donde el primero quiere proteger la torre oscura que protege el universo y sus vidas y el otro destruir la torre para que los demonios invadan el universo y lo destruyan. Una serie novelística que comenzó en 1982 y que llega (por el momento) hasta el 2012.

Esta adaptación por parte del danés Nikolaj Arcel ("Un asunto Real" (2012)) y de 3 guionistas más (ahí es nada) al parecer condensa las tres primeras novelas de la saga y las desvirtúa. En lugar de tener de protagonista al pistolero de las novelas, aquí es un acompañante del personaje que es acompañante en las páginas de King: el niño Jake Chambers (Tom Taylor), cuyos poderes le hacen ser objetivo del malvado (Matthew McConaughey) y misión protectora del pistolero (Idris Elba).

En "La torre oscura" todo acaba reducido al final a un relato de aventuras pronosticable donde hay unos malos muy malos, un niño/adolescente que descubre que tiene habilidades especiales y que el destino del universo recae en él (¿dónde habremos visto esto?, pues desde la notable saga de "Harry Potter" pasando por las aceptables de "Percy Jackson y el ladrón de rayo" (2010), "Eragon" (2006), "Divergente" (2014) o las tolerables "El juego de Ender" (2013), "City of Ember" (2008)... y llegando hasta las horrorosas cintas de "Cazadores de sombras: Ciudad de hueso" (2013) o "El destino de Júpiter" (2015) entre otras), y un acompañante cuya relación paterno-filial con el protagonista también está revista en estos productos comerciales, y dejada al tópico superficial y estandarizado (tampoco es que esperara una astucia iluminada a lo Gandalf o Hagrid, pero algo de variedad en el personaje sí se podría pedir).

Y con esto no digo que "La torre oscura" sea una película aburrida, ni mucho menos. Es una aventura de fantasía que navega por clásicos derroteros, pero lo hace con una actividad y un progreso casi perfectos. Así que todo fan de los lances con fantasía, magia o ciencia-ficción (que no se haya sumergido antes en las páginas de Stephen King, si lo ha hecho esta adaptación le va a parecer un sacrilegio pues no tiene ni el tono sombrío ni las alegorías de las obras de King) se va a entretener con eficiencia en casi todo momento (a excepción de unos instantes finales algo redundantes en la acción de persecuciones y tiros). Pero desde luego no busquen en el film una realidad nueva con la astucia de "The Matrix" (1999) o el bello sentimiento de "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001), más bien esperen algo tan rutinario y eficaz como "Matrix Resurrections" (2021), "Hércules" (2014) o "Percy Jackson y el ladrón del rayo". Y esto es una evasión previsible y momentánea, de elegante puesta en escena (hay un buen uso de los tonos negruzcos en su fotografía, que combina con encanto su aceptable vestuario y sus logrados escenarios. Tampoco esperen una fotografía como la del cine de Denis Villeneuve, pero sí pueden atraparse un poco en los paisajes áridos y sombríos del mundo del pistolero, o en el diseño refulgente de esos portales interdimensionales y esas energías destructivas lanzadas con furia). El C.G.I. resulta natural y ya es bastante teniendo en cuenta que el malvado de turno utiliza un catálogo de conjuros y magias destructivas. La acción está rodada con una fluidez orgánica y agradecida (pues, aunque prime el plano/contraplano, la edición cuenta con un ritmo entusiasta en el mejor de los sentidos). Las actuaciones también resultan sólidas, no me ha chirriado la actuación de McConaughey a pesar de contar con el villano más estereotipado que ha tenido en suerte en toda su filmografía. El de Texas sortea con cierta dignidad su rol a pesar de tener las frases más ridículas y bobas (la mención a Excalibur parece de coña), mejor suerte tienen Elba y Taylor en roles más comedidos (que no menos estereotipados, pues la cinta siempre se guía por los clichés y no los va perfilando y puliendo en absoluto).

Pero de donde no hay no se puede sacar, y "La torre oscura" reduce tanto su premisa y la aniña tanto que da como resultado una cinta acorde a la cadena de montaje hollywoodiense más vulgar. Es como si los responsables del film creyeran que tenían la trama hecha gracias todo el material de base de Stephen King con el que contaban... y acaban haciendo una especie de sinopsis corta (muy cortita en todos los aspectos de desarrollo argumental) de sus novelas. No aprovecha las mejores narraciones y frases de los libros (yo que no los he leído, conozco por supuesto algunas de sus líneas más emblemáticas) y opta por lo fácil y holgazán. Y así con todo se nos queda una película tan palomitera como olvidable. Una acción de fantasía que, sin ser el horror de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009), es equiparable a "Eragon", "Hermosas Criaturas" (2013) o "La casa del reloj en la pared" (2018). Pudo ser un estupendo "Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y armario" (2005) o "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), pero va a ser que no. Solo recomendable a los muy fans del género de aventuras fantásticas (admito que me incluyo en este grupo) aunque tengamos exponentes mejores, y a los seguidores incondicionales de estos actores o este director en concreto. El resto no se pierde nada, y los fans de la saga literaria de Stephen King mejor que ni se acerquen. Pues "La torre oscura" se parece a las novelas en las que se basa lo que un huevo a una castaña. Es decir, se parece un poco en su forma pero en nada más.

Lo peor: ...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los juegos del hambre: En llamas
Los juegos del hambre: En llamas (2013)
  • 6,4
    58.621
  • Estados Unidos Francis Lawrence
  • Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth ...
6
Aunque no sea decir demasiado, si hubiera que elegir una película estandarte para recomendar de toda la saga de "Los juegos del hambre"... ¡diría que es ésta!
Pues (no siendo especialmente fan de esta serie de novelas y películas, mis fanatismos en cuanto a literatura y cine de fantasía juvenil van más hacia Harry Potter, el universo Tolkien, Narnia o Star Wars) "Los juegos del hambre: En llamas" es una película que condensa de forma eficaz, elegante y nervuda todo lo propuesto por la saga antes ("Los juegos del hambre" (2012)) y después ("Los juegos del hambre: Sinsajo" (2014-15)). Ya que nos desarrolla una mezcla atinada entre el contexto de sublevación de un futurista Estados Unidos (convertido en una dictadura sangrienta con alta diferencia entre clases) y el concurso del título de la saga (donde la protagonista lucha por sobrevivir en un campo de batalla y supervivencia). Y en esta ocasión el guion sube un poco (solo un poco, que esto no es ni "Minority Report" (2002) ni "The Matrix" (1999)) el listón y, en lugar de hacer como en la cinta predecesora y ofrecer una trama de acción superficial con un ambiente distópico meramente esbozado, aquí sí hay más pormenores en cuanto a la situación de injusticia social, de matanzas gubernamentales y de conspiraciones para poner solución al asunto, así como hay más solidez en la configuración y desarrollo del concurso que sirve como distracción a esa sociedad atribulada (con un mayor número de participantes singulares y carismáticos (ojo a los personajes que les tocan en suerte a Amanda Plummer, Sam Claffin, Jena Malone o Jeffrey Wright) que tienen más tiempo en la pantalla que en la primera película).

Pero ese guion más repleto, multiversado y perfilado no es lo único en lo que demuestra mayor calidad la cinta, también en la puesta en escena hay más aptitud. Desde el acertadísimo cambio en la dirección (como ya expuse en mi crítica de "Los juegos del hambre", Gary Ross fue lo peor que le sucedió al anterior film por culpa de su casi siempre errática elección de planos o bien mantenidos en exceso o bien en movimiento de lo más exagerados, demasiado cerrados y desenfocados sin sentido alguno) con un Francis Lawrence ("Constantine" (2005), "Soy leyenda" (2007), "Agua para elefantes" (2011)) de lo más capacitado a la hora de imprimir intriga, angustia, complacencia o vistosidad cuando lo pide la trama en un estupendo catálogo de planos diversos entre plano/contraplano imaginativo (en mi opinión no está ante su mejor película, pues "Soy leyenda" me parece que contaba con una mejor historia y ambientación, pero sí estamos ante la que mejor dirige tanto en planos como actuaciones), hasta la fotografía de la cinta (que aunque no presenta unos filtros exitosos y destacados, mima mucho en la parte sustancial y humana de esta sociedad distópica las tonalidades grises, ocres y verdosas de los elementos escénicos, en la parte más superficial e inhumana las tonalidades coloristas, y en la parte de preparaciones y entrenamientos de acción las sabe combinar con asepsia. De todo esto se beneficia su pulcra cinematografía y su comedido C.G.I.) pasando por unas actuaciones más espabiladas e inspiradas por norma general (no hablo de Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hermsworth que, por mucho que intenten lo contrario, siguen pareciendo tan dormidos como en la película predecesora, sino que hablo de Jena Malone (que configura el que se me ha hecho al instante el personaje favorito de toda esta saga cinematográfica por su divertida, personal, osada y desenfadada sinceridad), de Philip Seymour-Hoffman que con el poco tiempo que tiene en pantalla arma un personaje tan ladino como distinguido) o de una Elizabeth Banks a la que esta vez el guion sí da un poco de sensibilidad a su secundario papel).

Y, si todo mejora, si esta vez tenemos una trama que despierta más nuestro interés con vicisitudes más provistas, con acción más grácil, con desarrollo argumental más cohesionado, con actuaciones más inspiradas... ¿por qué no se me pone al nivel de obra maestra o notable? Pues porque ese guion, si bien mejor, tampoco es el sumun de la coherencia, la maquinación o la profundidad. Porque es una cinta que palidece comparada a, por ejemplo, "El caballero oscuro" (2008), "Abre los ojos" (1997), "Batman Begins" (2005) o "Terminator 2: El juicio final" (1991) en cuanto a fantasías distópicas se refiere. Desde luego es una buena película palomitera, se disfruta de forma momentánea sin darle mucho al coco pero siempre con curioseo y atención. Pero que nadie espere al verla un "Wall.E" (2008), un "Avatar" (2009) o un "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001). Si mejor esperan algo tan horroroso como "Aeon Flux" (2005), "Dragonball Evolution" (2009) o "Viaje al centro de la Tierra" (2008) van a quedar sorprendidos y felices ante "Los juegos del hambre: En llamas", y si esperan algo del nivel de "Oblivion" (2013), "Star Wars Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Looper" (2012), "Guerra mundial Z" (2013), "In Time" (2011) o "Ready Player One" (2018) es justo lo que van a encontrar aquí que para pasar un rato ameno evasivo está muy bien. Es una película muy recomendable a todo fan de la fantasía juvenil o las distopías en pantalla (y solo indispensable a los fans de esta serie novelística y cinematográfica), el resto se pierde bien poco.

Lo bueno: Que es una película que puede verse como cinta individual sin haber visto ninguna otra de la saga al igual que puede verse como parte de la saga.
Lo peor: Que sigo sin creerme a Jennifer Lawrence en su papel siendo ella la protagonista (y es una pena, porque no es mala actriz y ya lo ha demostrado en "El lado bueno de las cosas" (2012) o "La gran estafa americana" (2013)).
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El peor vecino del mundo
El peor vecino del mundo (2022)
  • 6,4
    8.237
  • Estados Unidos Marc Forster
  • Tom Hanks, Mariana Treviño, Manuel García-Rulfo ...
4
El suicida con el peor tempo del mundo.
Adaptando por segunda vez la novela sueca "Un hombre llamado Ove" de Fredrik Backman (la primera adaptación a la gran pantalla fue el film sueco del mismo nombre de 2015) nos ha llegado esta tragicomedia costumbrista sobre un viudo gruñón (Tom Hanks) llamado Otto que poco a poco va limando su carácter y haciendo amigos por el barrio.

Con un argumento ciertamente previsible (imprevisible y con algo de personalidad sería un argumento en el que el protagonista no acabara sucumbiendo al buenrrollismo vecinal. Tipo "A propósito de Schmidt" (2002) o "Almas en pena de Inisherin" (2022)), con un drama que jamás se sale del arquetipo (una desgracia personal que le hace ser como es, unos vecinos que le acaban abriendo el corazón, etc.) como para dotar a la cinta de un dramatismo más hondo y elaborado o de un humor perspicaz y vivaz, "El peor vecino del mundo" por desgracia no acaba derivando con gusto en un "Gran Torino" (2008) o un "Joker" (2019) sino más bien en un "El solista" (2009) o un "Un hombre solitario" (2009) si de tragicomedias sobre atribulados asociales se trata. Porque en "El peor vecino del mundo" no se suceden aventuras y desventuras disruptivas, el personaje no goza de un sarcasmo espabilado y astuto, y las situaciones no se desarrollan con imaginación y vehemencia,

Más bien tenemos rutinas y más rutinas más aburridas que una vida corriente y moliente. Una sucesión de avatares que no pasan de la anécdota perezosa sin más. Por ello la cinta no es ni entretenida tan siquiera (admito que tuve la tentación de abandonar el visionado demasiadas veces). Así que quien espere en "El peor vecino del mundo" al siguiente "Un día de furia" (1992), "Lost in Translation" (2003), "A propósito de Schmidt" o "Un niño grande" (2002)... que siga esperando que aquí no lo encontrará. En su lugar encontrará un film plumbeo, de guion mediocre que además es dirigido con aun más desgana que su libreto. Porque Marc Forster no aporta el despliegue de su "Descubriendo Nunca Jamás" (2004) o "El rescate/El soldado de Dios" (2011), sino más bien el de planos estáticos y usuales de su "Monster's Ball" (2001). Que conste que no hay nada criticable en sus planos/contraplanos semisubjetivos... pero tampoco hay nada a destacar en ellos. Lo mismo se puede decir de una correcta puesta en escena con un atrezzo natural y resultón... pero poco singular. Con esto el gran Tom Hanks poco puede hacer y, aunque saque petróleo con su cercanía interpretativa para con el espectador, lo cierto es que este impávido personaje hace parecer a su Forrest Gump un intelectual activo y la mar de interesante en comparación. Algo más de oro logra sacar Mariana Treviño como la co-protagonista del film, pues su personaje es el revulsivo contrapunto que hará cambiar a Otto. Una mujer aguerrida y divertida a la que Treviño le toma el pulso y nos encandila con eficacia. La de Monterrey aprovecha los retazos de humor con sorna y franqueza que ya es bastante.

Pero este detalle del conjunto (al que se le suma un doblaje al castellano maravillo por parte de la propia Treviño) no es capaz por si solo de elevar tanto un metraje lleno de excesiva cotidianeidad y desidia como para tornarse en una tragicomedia tan estimulante como distraída para con el espectador. En mi caso hice que echara de menos a los secundarios suicidas de "Pequeña Miss Sunshine" (tragicomedia costumbrista de 2006 mucho más recomendable que ésta, por cierto). Esta película solo se me torna recomendable a los muy muy fans de este subgénero (que tiene sus mejores exponentes en los films de Alexander Payne, los hermanos Coen, Sofia Coppola o Woody Allen entre otros) de tragicomedias urbanas muy usuales... o a las fans de alguien de su reparto (pero Hanks las ha tenido mejores. Aquí no está en el horror de "El atlas de las nubes" (2012) o "Larry Crowne" (2011) pero sí está en un "Tan fuerte, tan cerca" (2011) o un "Esperando al Rey" (2016) cualquiera).

Lo mejor: El trabajo de Mariana Treviño a todos los niveles (habrá que seguirla el ojo, porque apunta maneras a la hora de dar a los personajes unas dimensiones y un calado de calidad. Si se topa con un film y un personaje de mayor altura la cosa va a pintar muy bien).
Lo peor: Diría que la dejadez rutinaria de su realización (que escoge alargar planos cuando no lo pide la trama... mientras que corta plano en los momentos que se suponen más relevantes).
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Los renglones torcidos de Dios
Los renglones torcidos de Dios (2022)
  • 6,6
    21.670
  • España Oriol Paulo
  • Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Loreto Mauleón ...
5
Sublime material argumental, desarrollado con decencia... y con cierta falta de dicción.
Thriller psicológico basado en una de las grandes obras de Torcuato Luca de Tena (el ciudadan@ de a pie de España lo tenemos más en la memoria como el fundador del periódico generalista de corte cristiano ABC). Una mujer (Bárbara Lennie) es ingresada de forma voluntaria en un psiquiátrico en España durante el ocaso del franquismo.

Allí parece estar fingiendo una enfermedad mental para adentrarse en esa institución e investigar el supuesto suicidio de uno de los pacientes. Peor nada es lo que parece.

La película que nos ofrece Oriol Paulo (que debo admitir que ha tenido resultados mejores en cuanto a thrillers psicológicos/criminales se refiere. Y a "El cuerpo" (2012) y Contratiempo" (2016) me remito) es un buen ejercicio de cinta de género. Muy capacitada a la hora de jugar con los tiempos en sus escenas de tensión y misterio, muy respetuosa con el material original de Luca de Tena (que ya solo con la propuesta que ofrece a nivel literario, el film lo tiene casi ganado todo en cuanto a intrigas, interrogantes y curioseo para con el espectador) e interpretada por su platel con cierta solidez.

Y digo cierta porque la pata más corta del conjunto y la que hace cojear demasiado a este producto es la dicción de algunos intérpretes en ciertos momentos (clave) del largo que no son pocos. Porque lo de hablar en susurros y de forma artificialmente rápida es un lastre incómodo y que saca al espectador medio sin remedio. Con esto no digo que sea una constante, y por fortuna parece que los actores protagonistas poco a poco van corrigiendo ese defecto crucial, pero todavía quedan esos ramalazos en los que tiene delito que necesite de los subtítulos en una película de hablan hispana más que en una película de habla inglesa (sí, entiendo mejor lo que dicen los actores norteamericanos que lo que dicen los actores españoles. Eso se lo tendrían que hacer mirar. No sé si con experiencia teatral, con clases con actores de doblaje... lo que necesiten, pues no es un obstáculo insalvable para mejorar su arte).

Y es que, si bien esa recitación estrambótica distancia sin remedio a la audiencia y torna al film durante esos minutos en un producto fallido, lo cierto es que en el resto de sus vertientes se torna habilidoso. Tal vez podamos decir que Oriol Paulo y Guillem Clua no ejecutan una adaptación perfecta a la hora de escoger situaciones de conspiraciones urdidas con máximo detalle y viveza, pero lo que nos da en su desarrollo argumental es lo suficientemente eficaz como para resultar en un pasatiempo triunfal en un primer visionado.

Y a esto se suma una elección de planos tan orgánica como inspirada (mención especial merecen los planos detalle, los focos alternos y los paneos amplios) por parte del director catalán, una fotografía esforzada (que no sobresaliente) de cuidados tonos ocres en sus elementos, así como una cinematografía aseada (que no altamente definida. Eso se lo dejamos a los blockbusters hollywoodienses), y un diseño de producción acogedor ya sea en los interiores de ese "por entonces, manicomio" o en los ajardinados exteriores. Las actuaciones también son competentes en líneas generales. Barbara Lennie ofrece una naturalidad inmensa (con perdón de esos momentos puntuales de fallida dicción) en todos los registros de su ambiguo y multifacético personaje, y también lo dota de cierto carisma seductor en todos sus ademanes (cosa que el personaje necesitaba en su más profunda esencia). Los secundarios se mantiene en esa misma línea pero no dejan de ser papeles mucho más testimoniales.

Así pues tenemos entre manos una película de género aceptable a nivel global. Una experiencia de incógnitas llevadas con un compás eficiente... para un visionado de entretenimiento fugaz y pasajero (no esperen en éste "Los renglones torcidos de Dios" un thriller criminal/psicológico a la altura de "Tesis" (1996), "El secreto de sus ojos" (2009), "Instinto básico" (1992), "Donnie Darko" (2001), "El club de la lucha" (1999) o "Abre los ojos" (1997). Pues este film de Oriol Paulo no posee tantas ambiciones ni a nivel de desarrollo argumental, ni a nivel plástico, ni a nivel sonoro/musical... ni a nivel actoral da esos resultados) del nivel de "El maquinista" (2004), "Gothika", "Shutter Island" (estas dos últimas de 2003 y 2010 comparten temática y argumento por cierto. En mi caso concreto esta versión de "Los renglones torcidos de Dios" (que no es la primera, allá por 1983 ya hubo un largo mexicano) me ha convencido bastante más que aquellas), "La cura del bienestar" (2017), "El sacrificio de un ciervo sagrado" (2017), "Headhunters" (2011) o "La duda" (2008) que no están en espectaculares e imperecederas cimas del Séptimo Arte pero que superan con suma gratitud para la audiencia a largos como "Más allá de la duda" (2009), "La trama" (2013), "Instinto básico 2" (2006), "Sin salida" (2011), "La sombra de la sospecha" (2006) y demás ralea.

Es recomendable a todo público adulto como amenización sin grandes expectativas.

Lo mejor: Me quedo con su guion.
Lo peor: La dicción de los actores en demasiadas escenas.
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Atrápame si puedes
Atrápame si puedes (2002)
  • 7,3
    89.833
  • Estados Unidos Steven Spielberg
  • Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Christopher Walken ...
6
El Spielberg sin hondonadas y con espectáculo.
En su vigésimo largometraje el director de "E.T." (1982), "Tiburón" (1975), "Minority Report" (2002), "La lista de Schindler" (1993), "En busca del arca perdida" (1981), "Salvar al soldado Ryan" (1998) o "Ready Player One" (2018) entre muchísimas otras más nos brindó un thriller criminal basado en la adolescencia de Frank Abagnale Jr. (Leonardo DiCpario), sus periplos estafadores y la continua persecución que realiza sobre él el agente del F.B.I. de fraudes bancarios Joseph Shea (aquí llamado Carl Hanratty) que interpreta Tom Hanks.

Pero quien busque un biopic de intriga criminal con profundidad multifacética en sus personajes, con desarrollo serpenteante o con diálogos astutos... mejor que se ponga "American Gangster" (2007), "Yo, Tonya" (2017) o "Los intocables de Elliot Ness" (1987). Pues "Atrápame si puedes" no pasa del trato esquematizado y superficial tanto de sus personajes como de sus situaciones. Eso no quiere decir que ese trato sea idiota, absurdo o aburrido. No, el guion de Jeff Nathanson (que tampoco se ha caracterizado por dejarnos ninguna perla en sus libretos. Desgraciadamente no es Tony Kushner escribiendo para Spielberg) es lo suficientemente eficiente en sus avatares de engaños, usurpaciones y persecuciones al criminal. Y digo suficiente porque es verdad que la trama a veces se excede en redundar en la misma situación de "no me has pillado por los pelos", cosa que en un relato ficcionalizado puede llegar a cansar y distanciar a la audiencia. Sin embargo esos instantes no empañan un argumento que por norma general discurre con un progreso activo y resuelto. En la que sus personajes están meramente esbozados, pero en los que tanto sus actores como su director aprovechan eso poco que les da el guion y lo engrandecen con su puesta en escena.

Y es que tanto DiCaprio con ese adolescente eterno que no puede soportar la ruptura de su familia, como Hanks con ese metódico y ético agente de la ley, como Christopher Walken con ese victimista apesadumbrado sacan jugo con su carisma y humanidad actoral... y dotan a sus personajes de cierta complicidad y comprensión para con el espectador. Mientras que las féminas del relato (Amy Adams, Jennifer Garner, Nathalie Baye) poco pueden hacer con sus tópicos andantes, desde luego son actrices que se han visto en papeles mejores para su talento interpretativo (aunque salir en una cinta de Spielberg siempre es un orgullo para cualquier actor).

Pero las evidentes (que no terribles e insalvables) carencias del guion son maquilladas por la habilidad de Spielberg a la hora de rodar (el director es único para aportar naturalidad y dinamismo a la vez que singularidad y gusto a sus planos y ediciones en cada momento. La configuración de cada escena es un portento narrativo, y basta con disfrutar de ese billete que se cuela por cierto rincón o esos paneos por los aeropuertos que nos enfrentan a los personajes de forma similar) y por unos protagonistas de sobrada capacidad para implicarnos e interesarnos de forma suficiente.

El diseño de producción también resulta notable (que no sobresaliente, que no estamos en "La lista de Schindler", "Lincoln" (2012) o "Caballo de batalla" (2011) precisamente) con unos elementos que mezclan lo elegante con lo añejo de forma gratificante, con una fotografía de gran apertura de diafragma y filtros ocres y amarillos para (sin que nos haga daño a la vista) zambullirnos en ese mundo rutilante del estafador de gustos caros, y con una cinematografía adecuada. Pero la palma se la lleva la banda sonora de John Williams de lo más especial, pertinente y pegadiza.

La banda sonora de Williams es sin lugar a dudas lo mejor de todo la película. Y que eso sea lo mejor en una película de Spielberg quiere decir que no estamos ante una de sus obras maestras (desde luego "Atrápame si puedes" es tremendamente inferior a no ya solo a "La lista de Schindler", "E.T." o "Salvar al soldado Ryan" sino también a las notables y tremendamente recomendables "El color púrpura", "Lincoln", "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001), "Minority Report" o "Caballo de batalla") que equiparan la brillantez musical de Williams a la trama y la imagen. Pero tampoco es un patinazo a lo "La guerra de los mundos" (2005), "El mundo perdido" (1997), "Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal" (2008), "Hook" (1991) o "Amistad" (1997). Es más bien un "Los archivos del Pentágono" (2017), un "Ready Player One" o un "Mi amigo el gigante" (2016).

Lo mejor: El tema principal de John Williams para la cinta, que se utiliza con lucidez en varias variantes durante el metraje: https://www.youtube.com/watch?v=aN715Rp4L74
Lo peor: Diría que cuando el guion reincide en lo mismo duplicando escenas sin necesidad narrativa.
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Minions: El origen de Gru
Minions: El origen de Gru (2022)
  • 5,8
    4.743
  • Estados Unidos Kyle Balda, Brad Ableson ...
  • Animación, (Voz: Steve Carell, Pierre Coffin) ...
4
Una obligación fatigada y anémica.
Secuela de la precuela de "Gru, mi villano favorito" (2010), "Los minions" (2015). "Minions: El origen de Gru" vendría cronológicamente a hacer de puente entre "Los minions" y "Gru, mi villano favorito", cuando este grupo de esbirros amarillos tan adorables como alocados han dejado de lado a esa villana que les salió rana (Scarlett Overkill a la que ponía voz en su versión original Sandra Bullock) y se han adosado a un Gru (con la voz de Steve Carrell en su versión original y la de Florentino Fernández en su versión en España) todavía niño y no tan puñetero ni con tantas tramas tiernas o serpenteantes como en "Gru, mi villano favorito" o sus secuelas "oficiales".

En un intento por explotar la gallina de los huevos de oro (amarillos en este caso), Chris Meledandri produce (como ha hecho en todos los largos de la saga, además de poner siempre la voz a los minions) esta película de una serie en la que comenzó como director. Mientras que Kyle Balda ("Lorax: En busca de la trúfula perdida" (2012), "Los Minions") toma la batuta de director. Y lo que nos ofrece entre manos es una película infantil divertida y distraída... a ratos. Pues, si bien esos trabajadores (gamberros en su actitud... con algo de ternura infantil en detalles argumentales y animados) conservan parte de su espíritu irreverente en algunos de sus gags (que hacen levantar la risa tanto a niños como a adultos) y en su animación tan atinada y singular, lo cierto es que la saga empieza a dar signos de agotamiento con unas tramas y subtramas cada vez más simplificadas, estándares y rutinarias. Lejos quedan ya esas esas escenas memorables de los minions de compras en el supermercado, de fiesta en la guarida de Gru o pasándoselo pipa mientras son secuestrados, o ese catálogo de personajes enamoradores (esa Agnes y sus ojitos tiernos) o desternillantes en su sorna (sí, me refiero al Doctor Nefario con su pachorra o a Margo y su ironía sagaz), lejos queda ese maridaje de tramas de aventuras clásicas con parodia a los villanos de Hollywood, humor físico de postín y enredos humanos potentes (el tema de las relación paternofilial de la primera parte).

El problema de "Minions, el origen del Gru" es que parece falto de nuevas ideas para impulsar con gusto estos lances previsibles de "querer encajar" (toda cinta infantil parece navegar por esos derroteros casi siempre. Desde obras maestras como "El Rey León" (1994) hasta films más recientes como "Frozen II" (2019), "Encanto" (2021), "Brave" (2012), "Onward" (2020) y demás) y de persecuciones de acción con el resobado triunfo del bien sobre el mal. Algo completamente arquetípico que en esta ocasión no se nutre de secuencias frescas ni en su humor a medio gas ni en su intriga simplona. Así que quien espere troncharse como con "Gru, mi villano favorito" o "Gru 2, mi villano favorito" (2013) o incluso pasar un rato ameno sin pausa como en "Minions" o "Gru 3, mi villano favorito (2017))... que espere algo más parejo a una animación familiar menos ambiciosa a nivel de desarrollo argumental. Algo más como "Home" (2015) o "Justin y la espada del valor" (2013). Pues este Gru no es el ladino a la par que amoroso de su vida adulta, es un personaje demasiado básico y pueril como para acercar a la audiencia que sobrepase los 9 años de edad. Y tampoco está rodeado de sus acólitos humanos más remarcables.

Es verdad que cuando el film corta a las escenas de los minions el largo se realza con una guasa mínimamente simpática, con una animación además siempre refulgente tanto en su diseño como en sus movimientos, pero cuando la cinta se centra en los avatares de este Gru se torna obviable y distante. Y es una pena porque en el terreno de la puesta en escena "Minions, el origen de Gru" posee una fotografía acicalada en el uso de sus tonalidades luminosas, un diseño en sus personajes protagonistas realmente inspirado y unos movimientos tan naturales como cariñosos para con le espectador. Tampoco es que estemos hablando de una cinematografía apoteósica y una animación colmada de detalles, pero lo que nos ofrece es de calidad sin lugar a dudas. El terreno de la banda sonora es aceptable pero las melodías disco no tienen la puntería de otros de los largos de la saga.

Así pues tenemos una película de entretenimiento para toda la familia... centrada más a un público infantil. De metraje corto y ajustado (la cinta tampoco pedía más de su hora y media) que resulta grata para los más peques de la casa... y tan solo somera y pasajera a nivel global para el público más entrado en años (que a ratos se puede divertir un pelín, y a otros puede incluso pedir la hora a pesar de que no dure mucho el film). Desde luego no estamos ante una película animada de humor para todos los públicos como "Shrek" (2001) o "Toy Story 2" (1999)... digamos que más bien es un "Shrek Tercero" (2007).

Lo mejor: Todo lo que envuelve a los minions.
Lo peor: Todo lo que envuelve a Gru.
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Astérix y Obélix: Misión Cleopatra
Astérix y Obélix: Misión Cleopatra (2002)
  • 4,9
    16.487
  • Francia Alain Chabat
  • Gérard Depardieu, Christian Clavier, Monica Bellucci ...
5
Amena en líneas generales... para los seguidores de los cómics originales (como reconozco que es mi caso).
Sí, yo fui de aquellas personas que en su niñez tenía muchas de las entregas de "Astérix y Obélix" y su padre se las leía, mientras ambos nos reíamos de las salidas de esos romanos y esos habitantes del mundo antiguo que se parecían humorísticamente a los contemporáneos en tantos detalles irónicos... y en otros no con un surrealismo grandioso.

Esta segunda adaptación de un cómic de "Astérix y Obélix" a imagen real (tras multitud de cintas animadas y el primer largo con actores de carne y hueso y ambientación real que fue la entretenida y disfrutable "Astérix y Obélix contra César" (1999)) nos traslada al celuloide el número del mismo nombre. Y admito haber reconocido durante el visionado de la película algunas de las escenas del cómic original (la situación de la esfinge, toda la secuencia en la pirámide, las escenas de los piratas o esa Cleopatra de carácter veleidoso entre otros momentos), así que se puede decir que la cinta de Alain Chabat (que también hace del nuevo César para la ocasión) se mantiene muy fiel al material original. César (Chabat) y Cleopatra (Monica Bellucci) hacen una apuesta para demostrar si el pueblo egipcio es mejor que el romano, y Cleopatra se dispone a construir un palacio en el plazo de dos meses... pero para cumplir el plazo necesitará la ayuda de nuestros guerreros protagonistas con su inseparable poción mágica de superpoderes.

La premisa es la misma que la del álbum de René Goscinny y Albert Uderzo de 1963, y su desarrollo argumental prácticamente también. Y gracias a esa fidedignidad del tebeo al cine, "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" logra transformarse en una experiencia de entretenimiento superficial fluida y cómica en casi todo momento. Y digo casi porque (y aquí viene el principal escollo del largo) cuando el guion de Chabat (que hace pleno, dirigiendo, escribiendo y actuando) opta por la "comedia" de acción de topetazos perezosos, combates redundantes (ojo a ese desenlace tan repetitivo y vacuo como hastiante y obviable) y las referencias erráticas a otras películas (tipo "The Matrix" (1999) o "Star Wars episodio V: El Imperio contraataca" (1980)) la cinta cae en la ridiculez (y no en el buen y divertido sentido de la palabra, sino en el de vergüenza ajena) más lamentable y solo comparable con cintas como "Epic Movie" (2007), "Condemor" (1996), "Disaster Movie" (2008) o "Casi 300" (2008). Así de malas son esas salidas.

Afortunadamente esa no es la tónica habitual a la hora de llevar la aventura y el humor en el libreto adaptado de Chabat. Pues por cada gag errático hay cinco triunfales. Y esa es la mayor virtud del film, lograr hacernos reír con detalles de ironía cómplice a la par que surrealista (la mejor escena del largo se la lleva cierta espía romana, pero los momentos con esos piratas gafados no le van a la zaga). Con un guion que, además de saber hilar fino casi siempre su comicidad honesta, perspicaz y desvergonzada, se desenvuelve por los avatares aventureros con cierto (no perfecto, tampoco nos pongamos estupendos, que esto no es "Shrek" (2001) o "Mary Poppins" (1964) si de aventuras de fantasía y humor se trata) compás progresivo.

Y es, así pues, un film palomitero. En ningún caso una obra maestra de la épica con gracietas (para eso están largos como "El Show de Truman" (1998), "Buscando a Nemo" (2003), "Malditos bastardos" (2009), "Shrek", "La vida de Brian" (1979) o "Toy Story 2" (1999)) pero sí una cinta tan distraída como afable a nivel global. Con una puesta en escena tan atinada como aceptable (tampoco es que tengamos en "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" una ambientación de interiores deslumbrante, de exteriores majestuosos y envolventes, de vestuario y maquillaje inconmensurable, o de efectos especiales de lo más definidos... pero estos elementos cumplen su función con naturalidad y habilidad. Desde luego quien quiera que los decorados y paisajes sean un personaje principal más, pues para eso tiene largos como "Everest" (2015), "El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo" (2001), "Alpha" (2019) o "El renacido" (2015)) pero en la que no recae el peso del conjunto que está en su libreto y en sus actores que se desenvuelven con el carisma y el desparpajo idóneos que sus acotados personajes demandan (desde Gerard Depardie y Christian Claver que repiten como Obélix y Astérix respectivamente tras "Astérix y Obélix contra César" hasta los nuevos secundarios Chabat como emperador caprichoso y ególatra, Jamel Debbouze como inseguro arquitecto o Bellucci cuyo papel es básicamente el de lucir un (merecido) palmito y mostrar un carácter fuerte para bien y para mal hacia sus acólitos, rivales y aliados).

Por lo tanto se puede decir que es una película familiar, que hará más las delicias de los niños y/o los nostálgicos de las páginas de Goscinny y Uderzo, pero que tampoco aburrirá o asqueará al espectador adulto neófito respecto a estas viñetas... hasta su tercio final tan inferior al resto del conjunto. En su totalidad podemos decir que "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" es ligeramente inferior a su film predecesor de 1999 y a otros lances cómicos del mismo corte como "Super Mario Bros." (2023), "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" (2017), "Bob Esponja: Un héroe fuera del agua" (2015), "Shazam!" (2019), "Piratas del Caribe: En mareas misteriosas" (2011) o "Jumanji: Siguiente nivel". Digamos que es más bien parejo a "Superlópez" (2018), "La ciudad perdida" (2022), "Bob Esponja: La película" (2005), "La legopelícula" (2019) o "Detective Pikachu" (2019). Y desde luego es capaz de superar con creces a largometrajes de misma temática como "Anacleto, agente secreto" (2015), "Paul" (2011), "Sahara" (2005), Ted 2" (2015), "The Mummy Returns" (2001) o "Sigo como Dios" (2007).

Lo mejor: La escena de la presentación de la espía al César.
Lo peor: ...
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Los juegos del hambre
Los juegos del hambre (2012)
  • 6,2
    85.023
  • Estados Unidos Gary Ross
  • Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Elizabeth Banks ...
6
Con un guion resultón que despierta nuestra curiosidad... pero que Gary Ross y compañía deciden llevarlo con demasiada parsimonia y artificio.
Que sí, que la premisa y el desarrollo de "Los juegos del hambre" original lo que se dice original no es, que la película japonesa "Battle Royale" del 2000 (también basada en una novela como la cinta que nos ocupa, cuya novela de 2008 también se basaba en la novela "Battle Royale" de 1999) nos contaba lo mismo. Pero eso no quita para que la propuesta Suzanne Collins siga siendo jugosa para el espectador medio.

Ambientada en un futuro distópico donde los Estados Unidos (país ahora llamado Panem) se divide en 12 distritos con diferencias sociales abismales, se celebra anualmente (y como castigo a la rebelión armada que los 12 distritos llevaron a cabo contra la capital adinerada llamada "El Capitolio") un "concurso" en el que dos adolescentes o niños de cada distrito son arrebatados de sus familias y deben luchar a muerte hasta que solo quede uno vencedor.

Así que lo que nos ofrece "Los juegos del hambre" son luchas cainitas en un terreno salvaje, huidas, persecuciones y rivalidades y alianzas todo envuelto en un conflicto social y geopolítico con luchas de poderes... y aderezado con cierto romance adolescente descafeinado y una estética singular.

Ahora, tampoco esperen en esta película una distopía tan bien armada en sus coyunturas como en "The Matrix" (1999) o "Minority Report" (2002), ni un suspense de supervivencia a lo "127 horas" (2010) o "Black Hawk derribado" (2001), ni unas intrigas políticas hondas y reflexivas a lo "Lincoln" (2012) o "Elizabeth" (2008), ni unas conspiraciones taimadas a lo "Juego de tronos" (2011-19) o "Andor" (2022-). Porque aquí van a ver esos ingredientes pero en dosis básicas, superficiales... y hasta estereotipadas en varios puntos y personajes (ojo al villano unidimensional que le toca en suerte a Donald Sutherland, o al personaje/maniquí ridículo de Elizabeth Banks). Y aun así, aun dándonos todas estas aristas de forma puramente comercial y somera... lo cierto es que el libreto acaba funcionando gracias a ese conglomerado de situaciones fisgonas y llamativas que logran despertar el interés en su mayor parte de forma eficiente (¡es más, el espectador más sensible incluso puede soltar alguna lagrimita dado el destino letal de algún que otro inocente personaje en esta "arena de combate"!), ya que el guion de la propia Collins y Billy Ray discurre por un contenido variopinto (que si la presentación de ese curioso mundo futurista (ojo a la estética de los ciudadanos de "clase alta" y a su pintoresca tecnología. Y atención a esos mundos rurales desvencijados), que si la descripción de ese inhumano "concurso" como si del mayor reality show habido y por haber se tratara, que si los entrenamientos de combate, que si las luchas y perseverancias para sobrevivir en ese "juego", etc.)

Por supuesto no es un guion perfecto, y ya lo he mencionado en cuanto a superficialidad y sencillez (eso sin contar que tenemos que hacer un acto de fe y creer no solo que cualquier sociedad sería capaz de permitir tal aberración inhumana de "concurso", sino que además estaría encantada con ello) pero lo que nos da es lo suficientemente atrayente y apreciado para captar nuestro interés casi siempre y nuestras emociones de tanto en cuanto. Un sostén que es la mayor virtud de la cinta (con permiso de cierto tema musical original de James Newton Howard) porque si todo dependiera de la dirección de Gary Ross... mal iríamos. Pues la cámara del de California navega entre lo mundano y lo errático, con mucho plano/contraplano con plano recurso usual y en absoluto molesto... y bastantes planos mantenidos en exceso y otros tantos en movimiento de lo más exagerados, demasiado cerrados y desenfocados sin sentido alguno. ¡Vamos, que "Los juegos del hambre" como cinta futurista comercial que es, llega a estar dirigida por Steven Spielberg o Chris Columbus y no me cabe duda de que sería mejor blockbuster!

Pero esto es lo que hay, así que la cinta acaba desdibujándose un poco por culpa de su realización mediocre, y a pesar de que cuenta con actuaciones solventes (algunas más que otras. Jennifer Lawrence dota con algo de solidez a su Katniss, pero parece la mayor parte de la cinta parece medio dormida (¡menos mal que en "El lado buena de las cosas" (2012) o "La gran estafa americana" (2013) se despertó!) y lo mismo se puede decir de Josh Hutcherson. Curiosamente jóvenes secundarios como Amandla Stenberg o Isabelle Fuhrman (aka. "La huérfana" (2009)) les roban la escena cuando aparecen con ellos. Mientras que en la parte adulta tenemos renombres (Stanley Tucci, Woody Harrelson, Toby Jones, etc.) que solventan sus papeles sin despeinarse pero a los que no enriquecen más allá de lo poco que el libreto les ofrece), con una cinematografía magnífica, con un diseño de escenarios primoroso en su variedad, con una fotografía elegante, con un gran sonido, con unos adecuados (que no sobresalientes) efectos especiales y con una banda sonora aceptable en su conjunto si tenemos en cuenta el soberbio e inspirado tema principal ("Horn of Plenty") que ya lo que quisieran como himno de naciones distópicas otras películas.

Así pues a nivel global tenemos un pasatiempo de relumbrón si se trata de aventuras futuristas. No es la quinta-esencia del thriller sci-fi ni tiene un nivel de madurez y profundidad argumental de, por ejemplo, "Abre los ojos" (1997). Pero para la audiencia aficionada a la fantasía o la ciencia-ficción va a ser una cinta de lo más complaciente (admito que es mi caso) sin llegar a las cotas de obra maestra (eso de lo dejamos a "Star Wars" (1977), "The Matrix" o "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey" (2003)) pues no es el desastre de "Aeon Flux" (2005), "Speed Racer" (2008), "Un pliegue en el tiempo" (2018) o "Robocop 3" (1993) sino el entretenimiento de calidad de "El quinto elemento" (1997), "Warcraft" (2016), "Guardianes de la galaxia volumen 3" (2023), "Las crónicas de Spiderwick" (2008), "Spider-Man: No Way Home" (2021) o "Ready Player One" (2018).

Lo mejor:...
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Voy a pasármelo bien
Voy a pasármelo bien (2022)
  • 6,2
    7.317
  • España David Serrano
  • Raúl Arévalo, Karla Souza, Izan Fernández ...
4
¡Manolete, si no sabes torear pa'que te metes!
Con la verdad por delante, las películas que han envuelto a ese magnífico grupo que son los "Hombres G" nunca se han caracterizado por su calidad (y a las dos colaboraciones de buenas intenciones y malos resultados de Manuel Summers con el grupo de su hijo me remito: "Sufre Mamón" (1987) y "Suéltate el pelo" (1988)). Y en mi caso debo decir que "Voy a pasármelo bien" no me ha supuesto una grata excepción a la norma.

Con un potencial enorme al ir presentado los temas más memorables de la banda de pop rock español, "Voy a pasármelo bien" podría haber sido una película gamberra acorde con las canciones durante la narración... pero quien espere ver el ataque de la chica cocodrilo en la discoteca adolescente o el marcapasos idéntico a su padre de Marta... que siga esperando. Porque esto no es un musical arrojado que sepa casar con astucia los temas musicales (¡vamos que ni es "Chicago" (2002) ni es "Mary Poppins" (1964)!) sino que los suelta sin ningún tipo de sentido narrativo (¿a qué viene que un niño de 12 años vaya cantando de camino al colegio "voy a cogerme un pedo de los que hacen afición" cuando eso se empieza a maquinar AL MENOS un par de años más tarde? Que tengo familia de esa edad y no piensan en beber o irse de discotecas sino en jugar a la Switch y al fútbol con los amigos. Que todos hemos pasado por la fase de ligar, beber y estar de juega pero no cuando estamos todavía pensando en muñecas y peluches) con unos niños más representativos de primaria que de secundaria, a los que resulta difícil (por no decir imposible) creer como unos adolescentes con hormonas revolucionadas (a ver que el grupo al que se homenajea saco su primer álbum cuando tenían 19 años, no 11). Pero es que tampoco nos presentan una trama en consonancia con esas canciones desatadas.

Se trata de una travesura infantil en el colegio (el robo de cierto objeto) con una trama pseudoromántica de por medio bastante frugal y tópica. Desde luego algo impropio para canciones como "Estás en nuestro bar" o "Chico tienes que cuidarte" o letras como "ella se fue con un niño pijo en Ford Fiesta blanco" o "yo lo que quiero es que tu bailes junto a mí y te sueltes el pelo y luego si quieres el sujetador". Y ya lo siento, pero la ceja casi se me queda como a Ancelotti ante tanta absurdez y ridículo de vergüenza ajena con unos niños demasiado pequeños (a veces es mejor pasarse con la edad como en el caso de "Grease" (1978) que quedarse demasiado corto. Pero lo suyo es atinar con la edad concreta tipo "Hairspray" (2007)) y una trama demasiado pueril como para encajar en las canciones y los números musicales.

Aunque esa es otra, el elenco... si bien ejecuta unas coreografías con desenvoltura y dignidad, cantar lo que se dice cantar... canta de regular (caso de los niños actores) a mal (caso de los actores adultos. Que tal vez se haya hecho adrede, pero tampoco tiene mucho sentido en un film musical).

Y así con todo tenemos unos película más arquetípica y aniñada de lo esperable. Que no molesta en exceso porque la puesta en escena ofrece una realización natural (pero tampoco sobresaliente, que David Serrano ("Días de fútbol" (2003), "Días de cine" (2007)) no es Spielberg) y activa en sus planos académicos, porque la elección de escenarios y vestuario resulta grata, porque la iluminación es rutilante, porque los bailes se coreografían y ruedan con agradable energía, y porque algunos secundarios dan algo de singularidad y empaque a sus roles (casos de Rodrigo Gibaja, Dani Rovira, Michel Herráiz o Rodrigo Díaz). Pero que cojea por vertientes fundamentales (no ya solo la elección de tono "para todos los públicos" en un largo que se vendía como homenaje musical a "Hombres G", también flojea en la excesiva simplonería en su desarrollo argumental (una cosa es querer hacer un film que puedan ver los más pequeños de la casa (que por cierto, se aburrirán bastante con la redundancia eterna del tira y afloja "adulto" de sus dos protagonistas) y otra muy diferente es dejar sin dimensiones a sus personajes desde que son niños hasta que son mayores (no parece que estos clichés andantes tengan más de un interés o propósito en la vida. El protagonista solo busca en sus más de 40 años de vida ligarse al interés romántico de la trama, el interés romántico solo busca torearlo de forma continuada... y poco o nada más)), en la falta de humor avispado (admito que no me hizo reír ni en un solo de sus intentos) y en cierta elección dudosa en el casting (Raúl Arévalo parece descolocado en su papel... al contrario que en otros roles que ha bordado como en "La isla mínima" (2014) o "Cien años de perdón" (2016). Y si buscan a alguien que se trague a Karla Souza como una española "mexicanizada"... desde luego a mí no me han encontrado). Aspectos importantes que distancian sin remedio a una audiencia que sobrepase los 9 años de edad... además de hastiarla un tanto en su recta final tan repetitiva como estirada.

Admito que me ha costado terminar el metraje y...
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pandilla
La pandilla (1992)
  • 5,7
    594
  • Estados Unidos Kenny Ortega
  • Christian Bale, Robert Duvall, Ann-Margret ...
5
Un relato que funciona mejor como espectáculo en vivo que como cine.
De la mano de Disney tuvimos en 1992 un producto olvidado de la pantalla pero resucitado con éxito en forma de musical de Broadway desde el año 2011 hasta la actualidad. Basado en la huelga de "los chicos del periódico" de 1899 en Nueva York, la cinta nos narra entre números musicales magnos y caras inocentes entrañables como el protagonista (Christian Bale) y sus amigos se revelan ante los gerifaltes de los periódicos (Robert Duvall que pone rostro al mal encarnado) ante el recorte de sus márgenes de beneficios como repartidores.

Por estos lares se nos torna bastante ajena la familiar y cercana rutina de los "newsies" (que vendría a ser un acrónimo de "pequeños de las noticias"), pues (al menos en España) esta salida laboral no existe directamente. Están los kioskos de toda la vida con los que el espectador podría empatizar más, pero dudo que no resultara cómico ver a los orgullosos sesentones bailoteando por un drama económico.

Así que estas "pandillas" (como fue traducido el film en España, dado que los "newsies" ni están ni se les espera) se nos tornan bastante lejanas como para dotarnos de complicidad en sus avatares. Y esto a pesar de que la premisa tiene su relevancia social, pero quien espere una lucha sindical con música a lo "Billy Elliot" (2000)... que siga esperando. Pues "La pandilla" reduce esta trama a lo más básico, tópico y pueril que se podría esperar. Con un argumento que jamás se nos nutre con mayores aristas más allá de ese "David contra Goliat", con villanos unidimensionales a más o poder, con personajes que jamás se salen del arquetipo (¡cómo se echan de menos personajes como los de Julie Walters o Gary Lewis en aquella película británica del año 2000!), con un único personaje femenino reducido a interés romántico (a su lado la Blancanieves de "Blancanieves y los 7 enanitos" (1937) parece una mujer llena de sentimientos y capacidades) y con unas situaciones tan elementales como previsibles (no falta la seducción del protagonista por la maldad y el pronosticable arrepentimiento) lo cierto es que "La pandilla" se queda realmente corta a nivel de guion (un guion que deja de lado humor incisivo a lo "Mary Poppins" (1964), drama personal hondo a lo "Billy Elliot", intrigas recónditas a lo "Whiplash" (2014) o sarcasmo audaz a lo "Chicago" (2002) dentro de su trama troncal) y aporta lo mínimo indispensable como para no asquear a la audiencia de cualquier edad (aunque a los más peques de la casa la cinta les va a resultar demasiado larga) pero que desde luego pudo enriquecer sus minutos con menos escenas redundantes (esas concentraciones a las puertas del periódicos o esas secuencias de persecuciones y peleas callejeras) y sí con mayores dimensiones originales, maduras y espabiladas.

Esto es algo que se evidencia más en este producto frente a la pantalla y no tanto en un medio donde la música y el baile en vivo cobran más protagonismo. Porque en "La pandilla" hay coreografías espectaculares, un cuerpo de baile asombroso (incluso un Christian Bale en plena transición de tierno niño actor de "El imperio del sol" (1987) a intérprete erudito y matizado de "Batman Begins" (2005) se marca unos profusos pasos de baile con gran proeza) y unas partituras enérgicas (que no sobresalientes, las melodías facilonas de la cinta se olvidan más pronto que tarde. Que esto no es ni "El Rey León" (1994) ni "Mary Poppins") y unas realización de corte teatral por parte de Kenny Ortega (director fetiche desde entonces de los musicales de Disney Channel) muy generosa para con sus actores y bailarines. Tan natural y orgánica como espabilada, la cámara de Ortega pasa de los paneos medios a los planos estáticos cenitales y los planos/contraplanos con una astucia que el film agradece sobremanera. Esto hace que el desarrollo argumental parco y estirado de su libreto se impulse con bastante distracción. Eso aunado a unas actuaciones competentes (que no carismáticas, pues ni el incipiente Bale transmite demasiado ni el curtido Bill Pullman dota a su rol de una original presencia (tampoco es que sea Al Pacino precisamente), pero los que pudieron ser robaescenas como Robert Duvall o Gabriel Damon se tienen que conformar con unos personajes constreñidos a más no poder) y a una puesta en escena de decorados ocres cálidos y estilizados (que no realistas, en "La pandilla" se tiene la constante sensación de que se está viendo algo dentro de un estudio de cine) hace que la cinta se sostenga en volandas entre número musical fastuoso y número musical cautivador.

En definitiva podríamos decir que estamos ante una película aceptable en líneas generales, que no llega a ser idiota (esto no es...
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Modern Family (Serie de TV)
Modern Family (2009)
Serie
  • 7,4
    56.459
  • Estados Unidos Steven Levitan (Creador), Christopher Lloyd (Creador) ...
  • Ed O'Neill, Sofia Vergara, Julie Bowen ...
7
No es perfecta, pero casi.
Christopher Lloyd y Steven Levitan (showrunners de la magnífica (y uno de los mejores spin-offs de la historia de la televisión, todo sea dicho) "Frasier" (1993-2004) y guionistas entre otras de "Las chicas de oro" (1985-92) o "Wings" (1990-97)) nos ofrecieron de 2009 a 2020 una sit-com familiar realmente vivaz y perspicaz, que nos describe los enredos diarios de tres modelos de familia (que a su vez comparten patriarca en la figura de Jay Pritchett (Ed O'Neill)); la "tradicional" de padre-madre-hijos que encarnan Ty Burell, Julie Bowen, Sarah Hyland, Ariel Winter y Nolan Gould, y las "modernas" del título de la serie que representan Jesse Tyler Ferguson, Eric Stonestreet y Aubrey Anderson-Emmons como matrimonio gay con hija adoptada y la de Ed O'Neill, Sofia Vergara y Rico Rodríguez como matrimonio en segundas nupcias, con diferencia de edad e hijo de anterior matrimonio.

La premisa per-se no es el sumun de la originalidad a la hora de abordar una comedia de situación (que series con familias y sus enredos las hemos visto casi desde el inicio de la televisión, basta con remitirse a "Embrujada" (1964-72), "Cosas de casa" (1989-98), "Los Simpson" (1989-), "El Príncipe de Bel-Air" (1990-96), "Malcolm" (2000-06), "Los Goldberg" (2013-23), etc.) pero si se ejecuta bien (como es el caso) puede dar lugar a un producto de entretenimiento y evasión tan divertido y simpático como emblemático e ilustrativo.

Y ese es el caso de "Modern Family", que toca las teclas correctas en cuestión de adecuación de los actores a sus roles todos ellos... e incluso algunos en cuanto a singularidad y carisma interpretativo (no solo la espontánea y melodramática Gloria a la que Sofía Vergara da el punto equilibrado de seriedad y complicidad con esa vis más cómica (lo que hace que no sea una caricatura y que nos riamos con sus salidas pero no de ella), es que otros como el "papi-guay" de Ty Burell o el gay sin complejos de Eric Stonestreet llenan la pantalla con una cercanía y una sagacidad innatas en sus ademanes y reacciones). También se da con el punto en la química que comparte el elenco, así como en casi todos sus guiones (que diseccionan con gran desenfado y sentido del humor los tejemanejes de la vida familiar moderna acomodada, a la vez que presenta enredos de lo más habituales (que si nueva guardería, que si robo de una bici, que si viaje a la universidad, que si fiesta familiar incómoda, etc.) en los que los personajes reaccionan con una guasa taimada o desatada. Pero por supuesto en sus más de 200 episodios no siempre veremos entregas de risas continuas, algunos capítulos son más bien de sonrisas cómplices) y también en su puesta en escena que esta vez no tira tanto de multicámara clásica (cuando lo hace se trata de planos cerrados y en movimiento, o incluso de picados y contrapicados) sino de una inmersión de paneos, travellings cerrados o zooms que resultan tan naturales como dinámicos en una serie que está en continuo paso de diálogos. Unos diálogos que sí, a veces atinan unos más que otros. Pero la tónica general es la de la risita y el curioseo... a pesar de que tampoco sea una serie perfecta en todos sus elementos (el diseño de producción es aceptable sin más, es resultón pero no estamos ante "The Boys" (2019-) o "Mr. Bean" (1990-95) con un despliegue de medios más ambicioso y estilizado).

Desde luego como comedia de situación es altamente recomendable y supera a otras sit-coms familiares admisibles pero que pasan desapercibidas como "morralla" como "Cosas de hermanas" (1994-99), "Yo y el mundo" (1993-2000), "Sabrina, cosas de brujas" (1996-2003) o "Punky Brewster" (1984-88). "Modern Family" está más bien en la categoría de "Malcolm", "Las chicas de oro" o "Mom" (2013-21) y eso es decir mucho.

Lo mejor: Dudando entre su reparto o sus guiones.
Lo peor: La fotografía (que no es mala pero comparado con el resto de componentes del producto se podría considerar lo peor).
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Ant-Man y la Avispa: Quantumanía
Ant-Man y la Avispa: Quantumanía (2023)
  • 5,2
    10.827
  • Estados Unidos Peyton Reed
  • Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michelle Pfeiffer ...
4
Suficiente como atracción de feria, insuficiente como largometraje de fantasía.
La tercera entrega del superhéroe capaz de cambiar de tamaño y de tener fuerza y resistencia sobrehumana con su supertraje Ant-Man (tras la aceptable "Ant-Man" (2015) y la más atinada y divertida "Ant-Man y la Avispa" (2018)) es a todas luces la más floja a pesar de contar con un despliegue de fantasía audiovisual más profuso que todos los largos predecesores.

Sirviendo de continuación a aquellas películas dirigidas también por Peyton Reed (y mencionando de tanto en cuanto a personajes de otras películas de MARVEL Studios de los últimos tiempos. Como si se nos fuera a olvidar que los mandamases del estudio no paran de insistir en que todas sus películas y series están relacionadas de alguna forma entre ellas) Scott Lang/Ant Man (Paul Rudd) y su familia se ven metidos por accidente en el universo cuántico tras un fallado experimento de su hija Cassie (Kathryn Newton) que ahora también ha sido regalada con un supertraje de Hank Pym (Michael Douglas) al igual que ya lo fue su padre Scott.

Y así, el protagonista (Rudd), su novia (Evangeline Lilly), su suegro (Douglas), su suegra (Michelle Pfeiffer) y su hija (Newton) son zambullidos en un universo de fantasía nuevo y desconocido para casi todos ellos (el personaje de Pfeiffer ya se lo conoce al parecer) en el que se toparán con criaturas para ellos (y el espectador) estrambóticas y extravagantes, y vivirán persecuciones, huidas, rescates y combates con villanos hasta el "villano final" obligado.

Sinceramente, "Ant-Man y la Avista: Quantumanía" me ha resultado tan lucida para los sentidos como aburrida por momentos a nivel intelectual. Pues, si bien es un largometraje realmente vistoso (que sabe atrapar casi siempre gracias al diseño colorista de escenarios inspirados, singulares y diversos, y lo mismo se puede decir respecto a la imaginería de los seres que por allí pululan, el C.G.I. es inconmensurable y abrumador (supongo que ver esta película en una sala 3D debe ser una experiencia de lo más gratificante. Admito que en mi caso no fue así y fue via streaming por Disney+) y Reed sabe aprovecharlo todo en su justo medida ya sea con los abundantes planos/contraplanos, con los paneos que siguen la acción psicodélica, o con los amplios semisubjetivos con paneos para mostrarnos esos escenarios de la misma forma asombrosa que la descubren sus protagonistas) el desarrollo argumental flojea demasiado como para captar la atención de forma continuada.

Y tampoco es que se pidiera un guion al nivel del de "El padrino" (dudo que cualquier espectador que aborde esta película espere algo de ese nivel de desarrollo argumental y de personajes) pero basta con remontarse al año anterior y observar películas de fantasía palomitera como "Todo a la vez en todas partes" o "Avatar: El sentido del agua" para reconocer unas tramas con elaboración más cuidada, con un sentido narrativo más cohesionado y con un trabajo para con sus personajes más incisivo y maduro (dentro de sus cánones de entretenimientos familiares). Porque "Ant-Man y la Avispa: Quantumanía" en su primer tercio parece un relato más propio de una atracción de realidad vistual de feria o de locales de máquinas recreativas (su guion está al nivel de la atracción de feria de MARVEL del Madamme Tusseauds de Londres, con eso lo digo todo, algo en lo que te montas y te va soltando chistes bobos mientras te va dando vueltas en su vagón por sus raíles.

Esto hace que la trama llegue a importar entre poco o nada. Pues su argumento no se trabaja más allá de su premisa...
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