'Full House' es un clásico de la televisión coreana que mantiene el tipo con el paso del tiempo por distintas razones, como ser un referente en su temática, la forma en la que captura la esencia de su tiempo o por sus propios protagonistas.

No sé cuántos dramas habré visto ya con estas temáticas de enemies to lover, personajes que por azares del destino terminan conviviendo juntos o matrimonios arreglados por distintos motivos como punto de partida. El caso es que este drama los reúne todos en una coctelera y utiliza sus dinámicas estupendamente, por lo que es un modelo al que mirar y cuya influencia se observa a día de hoy en producciones actuales, como el jdrama 'Only Just Married'.

Otra de las cualidades del medio audiovisual es capsular el tiempo a través de una estética propia que refleja y caracteriza diversas etapas. En su formato cuadrado o su estética más telenovelesca aunque cuidada, en sus colores y su escenografía se muestra una Corea de principios de siglo que percibo con aprecio por lo distintiva que es respecto de producciones modernas. Algo similar percibí con '49 Days' que es otro kdrama bastante recomendable.

Y, finalmente, plasmar ese rostro juvenil de Song Hye-kyo y Rain es otra característica atemporal y única que anima la serie. La química de ambos y sus dinámicas son la esencia de la trama que lo empuja todo. Aunque no todo es perfecto, hay sesgos evidentemente machistas en su trama -bastante propios de un país que a día de hoy sigue siendo conservador- y también una extensión desmesurada que provoca que la trama se sienta repetitiva en su segunda mitad.

Sus virtudes son muy superiores a sus defectos, no es un drama redondo pero es un clásico esencial para cualquier persona que disfrute de la televisión coreana. En ese sentido, es un encantador hallazgo.

Fascinado con el laberinto de identidades que plantea 'A Man', una película que muta entre el drama familiar, un complejo thriller de investigación y su vertiente más filosófica sobre la identidad. Exige atención para seguir sus hilos e interrogativas pero recompensa con una notable experiencia y un soberbio final, de los mejores que he visto recientemente.

Hacía mucho tiempo que una película no me cautivaba tanto con su intriga y complejidad, a la par que logra deslumbrar con estupendos planos e incita a pensar en sus múltiples cuestiones más allá de su visionado. Es una película para reposar y volver a ella en un futuro.

Se redondea con un estupendo reparto repleto de caras conocidas. Grandísima ganadora de la Academia Japonesa, ¡no debe pasar desapercibida por su escasa distribución y su poca publicidad!

Es una de las mejores películas japonesas de los últimos años.

A diferencia de otras películas que retratan Hiroshima como 'Los niños de Hiroshima' de Kaneto Shindô o 'Lluvia negra' de Shôhei Imamura, donde la muerte y las terribles secuelas de la catástrofe nuclear ocupan el foco principal, en 'Hiroshima, la ciudad marcada' parece haber tanta vida que no hay espacio para rememorar la muerte y recordar el terrible y trágico pasado.

Al menos esta es la primera impresión que recibe el personaje de Jiro Tamiya, un periodista que acude a Hiroshima para hacer un reportaje sobre las secuelas de la bomba nuclear tras diecisiete años de la tragedia. No parece haber casi nadie dispuesto a mirar al pasado, las personas han aprendido a vivir con las secuelas y los jóvenes nacidos después del suceso tampoco se preocupan por el mismo.

Sin embargo, la aparición del personaje de Ayako Wakao rodeado de un velo misterioso irá poco a poco empujando la película a esas secuelas -invisibles- de las que nadie parece preocuparse pero que conviven con ellos de forma inevitable. He aquí la magistral escena del río y las piedras que aquellos que hayan visto sabrán reconocer. Es una película que sin hacer mucho ruido y con un enfoque más sutil habla devastadoramente de la tragedia soterrada entre vidas, esperanza, ilusión y resignación.

Otra notable colaboración entre Yoshimura y Wakao junto a 'Bamboo Doll of Echizen', enterrada en el tiempo y ocultada por su difícil accesibilidad. Por suerte, estamos en una época donde podemos disfrutar gracias a la era digital de algunos estrenos exclusivos que nos llegan sesenta años después de su lanzamiento original. Nunca es tarde si la dicha es buena.

'Haru' funciona como una cápsula del tiempo que recoge un momento muy concreto pero de gran influencia, la transición al mundo digital. Y lo hace con esa habitual esencia nostálgica que caracteriza buena parte de los melodramas asiáticos de los 90', unas características que hacen que muchos adoren este tipo de propuestas y por lo que nadie que se sienta identificado con esta afirmación debería dejar pasar esta pequeña joya.

Un chico que soñaba con ser deportista y una chica traumada por un suceso trágico comienza a intercambiar mensajes en un primitivo foro de cine. Al principio, ella se hace pasar por un hombre y la relación es una sencilla amistad pero después la situación cambia. La forma en la que esta amistad-romance se purifica por una vía donde ni el físico ni ninguna otra circunstancia incide en su comunicación es completamente sincera, y representa -quizás con algo de inocencia- una nueva forma de relacionarse que nació con Internet.

Entre mentiras y verdades, la película va desarrollando a sus personajes y la relación avanza entre continuos mensajes que se interponen con cada una de sus vidas. Tiene algunas escenas memorables y una fotografía que sabe captar muy bien su atmósfera. Si caes dentro de su embrujo, es una película muy especial. Yo he caído en él y por ello no puedo hacer más que recomendarla. A día de hoy, esta obra no tiene crítica previa ni nota en FA, ojalá dentro de un tiempo esta pequeña joya llegue a ser mucho más conocida, lo merece.

Por fin he podido ver 'A Balance' y he de decir que la espera ha merecido la pena. Sigue a una directora de documentales investigando un caso de bullying, en esa línea de -ficción al estilo documental- tan japonesa. A su ritmo, se prepara paso a paso para detonar en una gran recta final. Es muy destacable cómo aprovecha la trama principal, algo emborronada y confusa al principio por la falta de una introducción previa, para sacar a relucir algunos de los pozos más oscuros de la sociedad japonesa actual. Múltiples pinceladas sociales para extraer y pensar.

Cuando hablo de ese estilo de ficción-documental lo hago en la línea del cine de directores como Koreeda, Kawase o Hamaguchi; una vertiente japonesa que ha gozado de un gran momento en los últimos años y con muy buena recepción.

Este director no tiene muchas más obras pero por impronta no será, podría ser un nuevo talento japonés a explotar en los próximos años. Atentos al siguiente trabajo de Yujiro Harumoto que, como ya hemos visto con Hamaguchi, solo necesita posicionarse bien en un festival para ubicarse en el mapa internacional y mejorar exponencialmente su proyección de carrera.

Y, finalmente, mención especial para su protagonista Kumi Takiuchi, que reencarna notablemente a un personaje con mucho carácter y muy gris pero humano en los momentos críticos; y a Yumi Kawai que es, sin ningún tipo de duda, una de las mayores revelaciones recientes que ha tenido la industria japonesa. Que el descomunal talento que desprenden no pase desapercibido por la construcción orgánica de la obra.

La verdad es que 'Portrait of Chieko' me ha calado profundamente. Crudo melodrama repleto de arte, locura, fracasos, belleza y amor. Shima Iwashita brilla y encarna uno de sus más difíciles y mejores roles. Junto a 'The Shape of Night', Noboru Nakamura -su director- ha ganado toda mi atención. He aquí un probable ejemplo del rico pozo sin fondo que es el clásico japonés, repleto de fantásticas películas enterradas en el tiempo y cineastas a reivindicar.

Era una película inaccesible hasta relativamente poco, si no me equivoco la única nominada de habla no inglesa de los Oscar que no se podía ver. Aunque hay subtítulos en inglés para verla, no son los mejores y se pierde gran parte de la poesía que recapitula pasajes de la obra. Por lo que se podría disfrutar aún más con una traducción profesional que reflejara toda la lírica presente.

Además, su fondo feminista podría hacer que se revalorizada muchísimo si gozase de la oportunidad para ello. Una retrospectiva en Cannes o unas buenas remasterizaciones es todo lo que se necesita para volver a circular por la red cinéfila, véase la obra de Kinuyo Tanaka.

Desde aquí, no puedo hacer más que recomendárosla.

Dado que 'The Point Men' se esperaba como el gran regreso de Yim Soon-rye tras el notable remake de 'Little Forest', y los múltiples retrasos que parecían responder a la gran producción que había detrás, entre otros factores; la decepción viendo un resultando tan convencional y flojo es notoria.

No se distingue en nada de otras películas similares. Tampoco brilla en ningún apartado concreto, y sus escenas de acción son pobres o brillan por su ausencia. Está basado en hechos reales pero en ningún momento se siente realista la forma en la que acontecemos a todo, y mucho menos en ese cara a cara final que es casi irrisorio.

Buena producción, obra mediocre. Se deja ver pero no se puede ser indulgente con este tipo de propuestas que vienen tan bien financiadas y de gente de la que se espera mucho más.

'Anime Supremacy!' es un emotivo viaje en la producción y emisión de un anime en Japón. Quizás esperaba una aproximación más técnica -enfocada en la producción- pero el camino que toma tampoco me desagrada. Es el "lucha por tus sueños" en versión otaku, especialmente disfrutable para aquellos que sientan un interés especial por lo que hay detrás de los animes.

Es cierto que no pretende reflejar la bruta realidad del sector, aunque sutilmente se ven las sombras de la industria, pero una mirada a la explotación y las pobres condiciones laborales de sus trabajadores también habría resultado estimulante.

Plus por los fragmentos animados que sostienen con fuerza toda la parte emocional de la obra.

PD: Si os habéis quedado con ganas de más, una propuesta similar es la película de animación 'Pompo the Cinephile', una pequeña joyita que pasó desapercibida en su momento pero que siempre viene bien rescatar.

'Even if This Love Disappears from the World Tonight' ha sido uno de los éxitos de taquilla japoneses del 2022 y, una vez vista, no es de extrañar. El melodrama romántico con tintes trágicos es un género muy explotado comercialmente en la industria nipona. La realidad es que la mayoría de este tipo de proyectos caen en muchos lugares comunes y no brillan demasiado. Sin embargo, debo reconocer que esta película está hecha con un toque de gracia que hace que funcione de maravilla.

Tiene la sensibilidad de un anime en el mejor de los sentidos y la capacidad de llevarte o empujarte por su camino con contundencia. Tanto Shunsuke Michieda como Riko Fukumoto están estupendos y tienen una química esencial para la película, pero la mención la quiero hacer para Kotone Furukawa que es una actriz que me encanta y aquí tiene uno de sus mejores roles hasta el momento, como el nexo y comodín que une y dirige buena parte de la trama.

Incluso con sus artificios, lo que ha logrado construir Takahiro Miki es encomiable. Al menos yo, en esta ocasión, me rindo sin complejos ante una historia que ha logrado entretenerme, conmoverme y hacerme disfrutar. Por supuesto, la recomiendo.

Decir que una película es pequeña pero con mucho corazón es un topicazo y, sin embargo, es lo primero que me viene a la mentre tras terminar de ver 'Riverside Mukolitta'. Un slice of life de personas atormentadas con una atmósfera que una vez te agarra no te deja ir hasta el final. El estilo de Naoko Ogigami, o su mirada al menos, fluyen en esta película como la corriente incesante de un río.

Ayuda mucho a este buen resultado la propuesta visual que plantea, con un llamativo juego de luces y desenfoques en el plano que construyen una atmósfera cuasi onírica por momentos. Belleza cotidiana, sufrimiento interno y mejoría colectiva. El toque feeling good que tiene y su impronta harán que esta película crezca mucho con el boca a boca.

Dentro de lo más destacable del cine asiático que llevamos de década.

Una de las maravillas que ofrece el cine clásico japonés, especialmente para los que somos devotos del mismo, es la de ir reflotando cada cierto tiempo películas que estaban inaccesibles, en una calidad pésima o sin subtítulos. Cuando, además, lo hace con películas de directores e intérpretes que a uno ya le fascinan por otras obras, el goce es doble. Y, si se trata de una nueva colaboración entre Masumura y Ayako Wakao, es difícil pedir más.

Esta es una de las, al menos, veinte veces que el cineasta y la estrella japonesa trabajaron juntos. Habrá alguna fuera del radar y hay otras que siguen inaccesibles pero no tengo duda de que terminaran saliendo a la luz. Aquí estamos ante un Masumura más ligero y menos incisivo que de costumbre, en los que es una comedia romántica con enredos que no renuncia en ningún momento a su toque cómico y levedad.

Un visionado agradable que guarda una interesante mirada sobre el contexto social de la época, donde los matrimonios regían hasta el futuro de las empresas. De ese punto de partida se construye este entramado romántico que nos va dejando guiños de esa mirada por todas partes.

Ayako Wakao y Hiroshi Kawaguchi trabajaron juntos, según la base de datos de FA, unas 14 veces. Aunque en esta ocasión su dinámica es mucho más superficial que en otras ocasiones, dejan otra huella en ese legado que se eleva con películas como 'A Wife Confesses' o 'La hierba herrante'.

En definitiva, otra notable película de Masumura que no os puedo dejar de recomendar para los que lleguéis aquí por seguir explorando su obra o, probablemente, por ver que la mítica Ayako Wakao está en ella.

Me declaro un espectador conquistado por 'The Interest of Love', pocas series me han enganchado y obsesionado tanto durante su emisión. Quizás no sea una serie para todos, menos aún si vienes buscando el típico drama romántico estándar, pero en su aproximación frustrante y realista a estos personajes y sus emociones es una de las mejores propuestas recientes.

A través de un ritmo pausado que se toma su tiempo para exhibir la falta de comunicación, los malentendidos y la frustración de sus personajes, acudimos a una trama que apuesta por un sorprendente tono de suspense-romance durante su primera mitad, para pasar a un enfoque más dramático sobre el (des)amor en su segunda mitad. Una propuesta que también está repleta de trampas en su guion pero que ejecutan tan bien que su eficacia es innegable.

Y no solo funcionan todos estos recursos que ya le comienzan a dar un matiz único a la serie, es que además tiene un reparto en estado de gracia. Nunca me había generado mucha simpatía Moon Ga-young pero es difícil no rendirse ante su actuación aquí. Por otro lado, Yoo Yeon-seok también brilla en este personaje con el que dijo que quería despedir sus treinta y mención especial para Geum Sae-rok cuyo personaje es, quizás, el que me generó mayor simpatía. ¿Habéis oído hablar del síndrome del secundario? Pues aquí he sufrido un poco del mismo.

Otra faceta que brilla es como todo este entramado romántico también sirve para apuntar a comentarios sociales sobre cómo funciona la sociedad coreana donde el clasismo, el elitismo y los roles de género te etiquetan y posicionan forzosamente, teniendo que vivir en consecuencia o sufrir una resistencia constante para poder avanzar de otra forma. La verdad sea dicha, es una sociedad tan atractiva en los dramas como cruel en la realidad.

Y, finalmente, me gustaría destacar la banda sonora. Yo no soy alguien que suela destacar este apartado salvo en ocasiones especiales y esta lo es. Hay dos o tres temas que son maravillosos y han hecho que incluso los escuche fuera del drama en sí. Lo que también han sabido utilizar muy bien en esta producción, ya que el uso de la música tanto para crear atmósfera como para dirigir el tono de muchas partes es un acierto.

En general, he visto más comentarios negativos que positivos. Creo que porque muchos esperaban el típico drama romántico con una dinámica mucho más ligera. Por eso mismo, y por todo lo que he disfrutado durante estas ocho semanas de emisión, me veo obligado a dejar este entusiasta comentario sobre la misma con la esperanza de animar a cualquiera que llegue a leer estas líneas. Uno de mis kdramas favoritos de los últimos años.

Si este año había comenzado con algunos dramas donde había comentarios sociales como en 'The Interest of Love' o críticas hacia los roles de género de forma divertida e inofensiva como en 'Crash Course in Romance', 'Love to Hate You' viene a dar un golpe sobre la mesa al cuestionar tanto los roles como las prejuicios de género vigentes en la sociedad. Y lo hace sin ningún tipo de sutileza pero con una apuesta que resulta tan divertida como adictiva, una vez que empiezas el primer episodio terminas haciendo maratón antes de que te puedas dar cuenta.

No es que sea una serie con ánimo de dejar huella pero hacía tiempo que un kdrama no me enganchaba tanto como para tener que verlo de una sentada. Esto se deba también a que es muy ligero, dinámico y no se atasca demasiado en sus enredos. Al mismo tiempo, hay una atractivo innegable en su reparto. Estamos en el show de Kim Ok-bin con un papel que parece escrito especialmente para ella y que aprovecha muy bien sus cualidades. Quizás algunas personas que solo ven kdramas no la conocían pero es una de las mejores actrices coreanas de los últimos años. Es un poco triste reconocer que su filmografía queda muy lejos de su talento pero encontramos honrosas excepciones como 'The Thirst' y 'The Villainess'.

Ojalá Park Chan-wook, o algún otro grande, la vuelva a contratar pronto porque tiene todo para ser una de esas estrellas que trascienden internacionalmente.

El resto del reparto cumple con nota. Yoo Teo lo hace muy bien y Kim Ji-hoon confirma que tiene una presencia y un carisma de estrella. Ya cautivó con su pequeño papel en 'The Flower of Evil' y aquí vuelve a ratificar esas sensaciones. Por cierto, curiosa la contraposición de la nueva dinámica que comparte con Lee Joo-bin tras venir de rodar el remake de 'La Casa de Papel' juntos.

En definitiva, una serie para pasar un buen rato con su toque divertido, ligero y cálido, sin olvidar realizar su comentario social que es, en realidad, solo un reflejo de cómo la propia industria revisa y cambia sus enfoques conforme avanza también la realidad social y evoluciona la propia audiencia. Muy recomendable.

'It's a Flickering Life' me genera sentimientos encontrados. Por un lado, todo ese homenaje al cine clásico en forma de "carta de amor al cine" es una apuesta que funciona, especialmente en alguien como yo que siente especial devoción por el clásico japonés. Al mismo tiempo, hay una cosa clara en esta película: todas las escenas del pasado brillan, lo que ayuda a reforzar "esa" primera película que conforma la obra.

Por otro lado, el tiempo presente resulta seco, incoherente y queda muy ensombrecido por la otra mitad. No solo ya de por sí no tiene mucha gracia, sino que el trato a los personajes femeninos, especialmente a esa buena mujer sacrificada, causa cierto malestar en el espectador. Y, al mismo tiempo, la irrupción de la realidad social del covid en el tramo final de la película es, cuanto menos, desconcertante.

El otro factor que hace que la balanza se decante ligeramente es que se trata de una de las últimas películas de una leyenda del cine japonés, que con 90 años plantea una escena final que bien podría ser una soberbia despedida cinematográfica. No lo será en realidad pues ya está el prolífico cineasta japonés realizando otra película.

En todo caso, esa sensación de ocaso, de rememorar un tiempo pasado que brillaba con fuerza y de despedida, se mantiene. Es la película más floja que he visto de Yamada, aunque estoy seguro que dentro de la interminable saga de Tora-san habrá otras peores, pero tiene ese toque especial de gran figura que se despide y, solo por eso, ya puede merecer la pena descubrirla.

'The Last 10 Years' es el típico melodrama romántico trágico con un destino fatal preestablecido de inicio. Es tan lacrimógena como se podría esperar, o incluso más, y está repleta de los habituales clichés en este tipo de historias, pero, a la vez, es bastante funcional y correcta. Sin perjuicio del atentado emocional, Nana Komatsu eleva en su medida la propuesta con una actuación muy notable. Detesté tanto uno de sus últimos trabajos, 'Threads - Our Tapestry of Love', que hasta puse en duda si era buena actriz, pero lo cierto es que aquí brilla e ilumina toda la película.

Si es el tipo de película que se está buscando ver es una apuesta segura, aunque tampoco es una obra que vaya a ser recordada más allá de que los fans de Nana (o de él) acudan a ella en alguna ocasión.

'As One' es un sólido drama deportivo que se inspira en un caso real bastante particular: la vez que las dos Coreas unieron fuerzas para un torneo mundial de ping pong. Sobre la motivación política sabemos muy poco y en la película apenas se rasca el tema, pero como fuerza emotiva es un motor infalible.

Es una película que he tenido ganas de ver desde hace tiempo, sobre todo porque disfruto muchos de las temáticas deportivas, y que, además, disfruto como si se tratase de una ocasión especial ya que no es una obra tan accesible como pudiera parecer.

Sobre la misma veo un crítica que se repite bastante: que es muy genérica. Y tengo que decir, ¿no es decir eso asumir que todos los dramas deportivos funcionan tan bien como este? Quizás sea falta de exploración. He aquí una odisea que podrá ser predecible y tener un desarrollo de manual, pero es tan funcional, divertida, emotiva y entretenida como este género siempre debería ser.

Además, ¿cómo podría ser una película más del montón con ese increíble reparto? Ya no estamos hablando solo de tener a Bae Doona como protagonista, es que Ha Ji-won aquí está incluso mejor. Por no hablar de los secundarios: Han Ye-ri, Lee Jong-suk, Oh Jung-se, ¡si hasta sale Chun Woo-hee!

Definitivamente notable, una apuesta segura que desde aquí recomiendo a cualquier interesado que lea estas líneas.

'Eighteen Springs' es una elegante y emotiva pieza de melodrama romántico con una estupenda ambientación de época, y un romanticismo que evoca a la sensibilidad de cineastas coetáneos como Zhang Yimou o Wong Kar-Wai. Mi primer contacto con el cine de Ann Hui, acompañada de la bellísima musa Wu Chien-Lien, no podría haber sido mejor.

Destacable también la dirección tan acertada que tiene, con una fotografía que me ha sorprendido y que contrasta con un sonido flojo ya que el doblaje de estudio para poner voz al reparto, en versión original, queda artificial y descompasado en diversas escenas.

Una película de la que no había leído nada y me parece un hallazgo tremendo, seguiré explorando el cine de esta directora y recordaré esta película con encanto. Así pues, os la recomiendo con entusiasmo pues no deja de ser una de esas pequeñas joyas a rescatar del olvido y, además, de las que crece con el tiempo en la memoria.

Más allá de su rareza inicial, 'Glitch' combina bien sus teorías conspiranoicas, sectas, toques scifi, el thriller psicológico y la comedia para proponer algo distinto. No todo funciona igual de bien pero la química entre Jeon Yeo-been y Nana, así como sus actuaciones, elevan mucho la experiencia.

Es una serie a la que es mejor llegar sin expectativas y con paciencia, dado que de primeras desconcierta lo singular de su propuesta. Una vez dentro, compensa con una trama imperfecta pero divertida que siempre gira sobre sí misma para no dejarte ver la respuesta hasta el final.

Japón es uno de los países con la población más envejecida del mundo, y también es una de las principales potencias económicas. Ambos conceptos no se ligan con facilidad y la creciente tercera edad comienza a ser una preocupación y un problema para la sociedad japonesa. Los propios japoneses de tercera edad, conscientes de ellos, intentan siempre seguir aportando su grano de arena, ya sea trabajando en lo que les sea posible después de su jubilación o por la vía que les permita vivir sin convertirse en una carga.

Partiendo de esta realidad, 'Plan 75' cobra una relevancia espiritual muy importante. No creo que sus tres líneas narrativas estén muy bien llevadas, solo la principal tiene una escritura sólida, y no convergen con éxito. Sin embargo, hay una sensible aproximación al tema que es profundamente emocional y sí que funciona. Por esta razón, la opera prima de Chie Hayakawa se me antoja interesante y emotiva, convirtiéndose en una buena carta de presentación aunque no sea una gran película.

Mención especial para Chieko Baisho, la fantástica musa de Yoji Yamada en películas como 'A Distant Cry from Spring', 'Where Spring Comes Late' y 'Home from the Sea', entre otras tantas. Muchas veces el cine nos permite seguir a actores y actrices desde su juventud hasta su vejez, desde su nacimiento profesional hasta el ocaso de su vida. Cuando esto ocurre con intérpretes que conectan con uno como espectador hay ciertos trabajos que adquieren un halo especial, y este es uno de ellos. Aquí la veterana musa que otrora brillaba por su juventud, belleza y energía, revela el pasar de los años con un estado de vejez más próximo al ocaso que al de los días más brillantes. Encarna al personaje con su propia piel y por eso el resultado es tan arrebatador. Quizás no sea su último trabajo pero es, desde luego, uno de los más importantes dentro de una carrera inolvidable en el cine japonés.

Muchas cosas que extraer de una propuesta que no me encandila tanto como conjunto que por algunos de sus elementos. Recomendable, por supuesto, aunque se recibirá mejor con una expectativa moderada. Veremos si después del éxito en Cannes, mención especial en Cámara de Oro, y su recorrido posterior, Hayakawa mantiene una participación activa en el circuito festivalero. Talento para ello parece haber.

'The Asadas!' es una hermosa película sobre el poder emocional de la fotografía y, en particular, de los retratos familiares. Comienza con un tono cómico y va virando hacia un enfoque más serio y sentimental conforme avanza. Creo que tiene un ecuador y parte de la segunda mitad muy potente, pero decae justo en su recta final.

La sensación general que me deja es muy buena y, por supuesto, me parece muy recomendable. Si me queda un pequeño regusto amargo es por como cierra endeblemente algunos cabos y la falta de contundencia de su desenlace, que si hubiese estado a la altura de sus mejores momentos habrían hecho de esta película una obra mucho más reconocida y reivindicada a día de hoy. Con todo ello, sigue siendo una de las mejores películas japonesas de lo que llevamos de nueva década.

Ryota Nakano ya me fascinó con 'Her Love Boils Bathwater' y aquí suma otra notable pieza para su filmografía, director a seguir sin duda. Su protagonista, Kazunari Ninomiya, cumple con solvencia en un rol que pasa por distintas etapas y actitudes. Y, finalmente, a destacar también el trabajo de Haru Kuroki, que es casi anecdótico pero siempre es un gusto contar con actrices así y, además, logró alzarse con el premio a mejor actriz secundaria en los premios de la Academia de Cine japonesa.