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Críticas ordenadas por:
El clavo
El clavo (1944)
  • 6,6
    1.249
  • España Rafael Gil
  • Amparo Rivelles, Rafael Durán, Juan Espantaleón ...
9
Amores Borrascosos
Estamos posiblemente ante una de las mejores obras maestras de su director Rafael Gil, una película que consiguió la declaración de interés nacional y el primer premio del Sindicato Nacional del Espectáculo.

El germen de esta película se encuentra cuando Rafael Gil, ya en su adolescencia leyó los Cuentos amatorios de Pedro Antonio de Alarcón, que le fascinaron. Por lo que la ocasión de llevarla al cine le entusiasmó, consciente de que tenía en sus manos una obra importante de la que podría salir una gran película.

Así se expresaba el propio director en una revista de cine: “La novela de Alarcón es un argumento intenso y áspero que se desarrolla en terrenos andaluces, pero es que él pudo con su pluma dar a aquellas tierras el fuerte e intenso colorido dramático que en su obra se deja traslucir. Las afueras de Cuenca son ideales para el desarrollo de esta obra, donde se respira el aire enrarecido por el drama”.

Una película que aprovecha muy bien la idea del paisaje como elemento catalizador de las reacciones de los personajes y es un elemento clave del cine romántico literario y que alcanza su máxima expresión en la gran Cumbres Borrascosas, escrita por Emily Bronte y filmada por William Wyler en la mejor versión en 1939.

Todos los elementos técnicos de El clavo brillan a gran altura y muestran la enorme pericia de Gil para integrarlos en un relato coherente que atrapa el corazón del espectador en cada instante. Ciertamente y siguiendo las costumbres de la época, hay una cierta tendencia a la grandilocuencia, al exceso de dialogo e incluso en ocasiones a la sobreactuación, tanto de actores como de situaciones. Quizá estos elementos impidieron en su momento considerarla como obra maestra como Cumbres Borrascosas.

La crítica fue muy entusiasta con la obra y en singular coincidencia con el público. Coincidían en considerar El clavo como una de las películas que merece figurar entre los títulos más destacados de la cinematografía española. Se destacó la maestría de Rafael Gil y la gran unidad de la película en la que el espectador queda prendido hasta el final y en la que el matiz, la delicadeza, el detalle, adquieren una reveladora importancia.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camino del Rocío
Camino del Rocío (1966)
  • 4,1
    229
  • España Rafael Gil
  • Carmen Sevilla, Francisco Rabal, Arturo Fernández ...
7
Camino de Amor
Uno de los tándem que hacen que esta película tenga un interés especial es el enfrentamiento escénico de dos talentos de la interpretación como Arturo Fernández y Francisco Rabal, también el atractivo de una estrella genuina del momento como la gran Carmen Sevilla, una de las mujeres más carismáticas del cine español.

Camino del Rocío es un melodrama que narra las peleas y rivalidades de dos hombres, uno de ellos trabajador y orgulloso (Rabal) y el otro un ocioso señorito andaluz (Fernández), que se disputan el amor de la hermosa Esperanza (Carmen Sevilla), una muchacha envuelta en un dramático enredo familiar.

El telón de fondo es la Feria de Sevilla y el célebre camino del Rocío, perfectamente ambientado con imágenes reales y que será donde el desenlace tendrá su adecuado lugar.
Camino del Rocío tiene un trasfondo que recuerda mucho a la película “Te querré siempre” de Roberto Rossellini, sobretodo la resolución de la película en una procesión.

Se ha dicho también que Camino del Rocío es una película “folclórica”. Y es cierto que en la película de Gil hay ambiente andaluz, canciones rocieras, celos un tanto convencionales, pero también el buen hacer de Rabal y Fernández, muy bien compenetrados y el encanto superlativo de Carmen Sevilla. Es una película bien realizada, con un bonito color, excelente fotografía del gran José Aguayo.

La secuencia cumbre es desde luego la procesión del Rocío, realizada con gran despliegue de medios y que vuelve a demostrar una de las mejores cualidades cinematográficas de su autor, como es la facilidad por captar en imágenes la imaginería popular, el ambiente y las costumbres de las gentes del pueblo. Transmite autenticidad, realidad, cercanía popular.

La película fue estrenada en Madrid el 5 de diciembre de 1966, obteniendo una respuesta muy positiva por parte del público, y sobretodo continuó lanzado al estrellato musical y cinematográfico a Carmen Sevilla.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
20-N: Los últimos días de Franco (TV)
20-N: Los últimos días de Franco (2008)
TV
  • 4,8
    716
  • España Roberto Bodegas
  • Manuel Alexandre, Fernando Cayo, Vicky Peña ...
9
20 de noviembre. Día histórico.
Estamos ante un episodio de la historia de España llevado a la pantalla con un rigor histórico magistral y del que estamos poco acostumbrados, ya que siempre que algún director lleva a la pantalla algún episodio relacionado con este periodo concreto de la historia siempre lo hace desde la caricatura, la revancha, la mentira y la manipulación maniquea que trata como imbéciles a los telespectadores para inculcarles lo malo malísimo que eran unos y lo bueno buenísimos que eran los otros.

Aquí no ocurre eso. Es un gran trabajo dirigido por Roberto Bodegas y con una interpretación brillante de Manuel Alexander, de sus últimos trabajos. Así como también el de Andrés Resino como el presidente de las Cortes. Para los aficionados a la historia les será muy grato ya que en todo momento está basado en el testimonio en primera persona del equipo médico del General Franco y de gran número de historiadores que se han acercado a esos delicados momentos con rigor científico. Dos testimonios fueron esenciales para abordar la enfermedad y el último periodo, los del doctor D. Vicente Gil y D. Vicente Pozuelo. Dos médicos que acompañaron buena parte de la vida del general. Y el testimonio de los médicos que lo atendieron en la hora final, todo el amplio grupo que componían en equipo habitual, de entre los que destaca el doctor D. Vital Aza y D. Hidalgo Huertas.

Cuando se tiene una buena base histórica resulta aceptable el trabajo cinematográfico que sale de ella. Una película televisiva hecha con rigor, seriedad, respeto, que no cae en la caricatura, ni en la burla facilona ni en el insulto previsible de los que no leen ni se informan de nada pero sin embargo lo saben todo y dan lecciones a todos.

La película refleja con exactitud los meses y semanas desde que se percibió con mayor seriedad la enfermedad de Francisco Franco como algo irreversible. Según su hija, doña Carmen, Franco asumió entre el 14 y el 16 de octubre que estaba en trance de morir. La película narra muy bien esos días y especialmente el 18 de octubre en el que, consciente de la gravedad de su enfermedad, Franco se encierra en su despacho y escribe de su puño y letra el que sería su último mensaje a los españoles.

También la película recoge con fidelidad como a pesar de ser consenciente de su enfermedad, siguió sometido a una presión estresante atendiendo los graves asuntos políticos que se iban sucediendo en esos días como eran los frecuentes atentados terroristas d la organización criminal E.T.A o la invasión de Marruecos al territorio del Sáhara.

Una de las escenas más impresionantes de la película y también retratada con gran rigor histórico es la de la operación de emergencia que se le realiza improvisadamente en el botiquín del Regimiento de la Guardia de El Pardo la madrugada del 4 de noviembre, envuelto en una alfombra porque aun no se había terminado una camilla adecuada a la estructura de El Pardo.
Tanto en la película como en los testimonios reales de los médicos que lo atendían, queda patente que nunca jamás recibieron presión alguna en ningún sentido y que hicieron lo que estimaron conveniente. Fueron las circunstancias y el desarrollo de la enfermedad los que dictaron los acontecimientos.

Y aunque la película no lo desarrolla, también refleja someramente esa preocupación del pueblo español ante la enfermedad de su jefe de Estado. En realidad fueron muchos los ciudadanos que cada día se acercaban a las puertas de El Pardo y luego del hospital La Paz. Muchos rezaban por él, llevaron flores y ofrecieron su sangre e incluso algunos sus órganos por si fuera necesario. Los periódicos contaron el gesto de una niña llamada Paloma Trujillo que cada día llevó una flor para Franco a la Paz.
Y por último destacar el gran trabajo de ambientación, fotografía y decoración. Las reproducciones de las estancias del palacio de El Pardo son portentosas.

En definitiva, una película fundamental para todos los que quieran saber y estudiar sin prejuicios ni manipulaciones lo que sucedió aquellos días de noviembre en los que falleció el General Francisco.F.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Don Quijote de la Mancha
Don Quijote de la Mancha (1947)
  • 6,1
    609
  • España Rafael Gil
  • Rafael Rivelles, Juan Calvo, Fernando Rey ...
9
Fiel adaptación
El éxito y el prestigio del gran Rafel Gil que ya acumulaba en 1947 le decidieron a emprender su mayor obra, un empeño casi imposible por sus características pero que se hacía necesario realizar: la adaptación cinematográfica del Quijote.

La productora Cifesa aceptó con entusiasmo el proyecto de la filmación de la inmortal obra de Cervantes y no escatimó en gastos para su producción. Rafael Gil leyó varias veces el Quijote antes de escribir el guión, para el cual contó con el apoyo de Abad Ojuel y de Armando Cotarelo, designado por la Real Academia Española de la Lengua. Siempre se enorgulleció de que en toda la película no se pronuncia ni una sola frase que no hubiera sido escrita por Cervantes, por ello estamos ante la primera adaptación fiel e íntegra de la novela y no una recreación como serían las adaptaciones posteriores. Así lo reconocieron, entre otros Luis Buñuel y Orson Welles, como la mejor película jamás filmada sobre la epopeya cervantina.

Don Quijote de la Mancha es una auténtica superproducción española, con unos exteriores muy cuidados, unos decorados espectaculares de Enrique Alarcón, una fabulosa fotografía de Alfredo Fraile, que convierte muchas escenas en auténtica recreación pictóricas de las páginas de la novela y una excelente, aunque excesiva por momentos, banda sonora del prestigioso Cristobal Halffter.

Con un reparto de lujo: Rafael Rivelles como un excelente Quijote, lo mismo que Juan Calvo logra con su Sancho el papel de su vida. Junto a ellos destacan Sara Montiel en sus comienzos artísticos. También con secundarios de lujo como Manolo Moran, Julia Caba Alba, Fernando Rey en el papel del bachiller Sansón Carrasco.
Esta película obtuvo la mención de honor del I Certamen Cinematográfico Hispanoamericano, así como diversos premios para Rafael Rivelles. La película fue recibida con entusiasmo por la opinión pública española, por la crítica especializada y por intelectuales de reconocido prestigio.

Rafael Gil hizo un gran trabajo a la altura de su tiempo y su versión del Quijote era la que en aquél momento se tenía que hacer. El éxito popular fue respetable aunque no apoteósico, pero sin embargo la película tuvo una buena distribución hispanoamericana e incluso gozó de relevancia en Estados Unidos, donde se hicieron copias para las Universidades que sirvieron de estudio a todos los hispanistas del momento. Hasta incluso recibió una oferta de Hollywood que Rafael Gil tuvo que desechar.

Esta película fue capaz de captar en imágenes el espíritu de Cervantes, su fiel adaptación del texto, un logro nada fácil de conseguir. Secuencias como la de los molinos de viento, el ataque a los rebaños de ovejas o la batalla de don Quijote contra los odres de vino, son antológicas y parecen sacadas literalmente de las páginas de don Miguel de Cervantes.
Es cierto que es imposible adaptar todos los capítulos, pero la intención de rodar los más posibles y con un ritmo cinematográfico es meritorio. Se trata de un acercamiento con devoción y humildad y no con pretensión de ofrecer una visión particular del texto.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la legión le gustan las mujeres... y a las mujeres, les gusta la legión
A la legión le gustan las mujeres... y a las mujeres, les gusta la legión (1976)
  • 2,8
    87
  • España Rafael Gil
  • Manolo Codeso, Fernando Sancho, Francisco Cecilio ...
7
Aventuras legionarias
Después del gran éxito que supuso a película “Novios de la muerte”, el gran Rafael Gil se anima con otra película de aventuras, una nueva película legionaria y es cuando Rafael García Serrano y Rafael J. Salvia escriben “A la Legión le gustan las mujeres y a las mujeres les gusta la Legión”. Una historia imbuida del mismo espíritu que la anterior. Aunque esta está ambientada en la guerra civil española y tratada en tono de comedia muy al estilo Mel Brooks.

El estreno fue el 16 de marzo de 1976 y aunque esta vez no igualó el éxito de “novios de la muerte”, se trata de una obra muy divertida y digna de reivindicación, sobre todo si se contempla la posterior “La vaquilla” de Berlanga, realizada sobre un argumento muy similar a esta, personajes muy parecidos y golpes de humor bastante iguales.

La película tuvo un gran coste: 75 localizaciones distintas y 78 actores. Una de los atractivos de la película es la capacidad de tratar el tema de nuestra guerra civil sin odios, sin manipulación, sin revanchismos, sin concesiones a lo épico. Se trata de una película de humor dentro de un encuadre heroico.

“A la Legión le gustan las mujeres…” es una película coral, muy al estilo de las que gusta hacer a Berlanga. La historia de un grupo de legionarios que abandona los placeres del descanso cuando tiene que enfrentarse a un núcleo de Brigadas Internacionales capitaneado por el perverso coronel Merdy (personaje inspirado en Andrés Marty, el carnicero de Albacete, sobrenombre que se ganó por su crueldad y crímenes). Cuando uno de los alférez cruza la línea enemiga para ir a ver a su novia y es descubierto, sus amigos legionarios montan una operación secreta para rescatar a la novia del alférez y, de paso, capturar al coronel de las Brigadas internacionales.

El guión de García Serrano es espléndido, como toda su obra literaria, chispeante, repleta de autenticidad que se expresa a través de escenas deliciosas, como el intercambio de viandas entre los dos bandos en un descanso del combate, las tribulaciones de un oso mascota que tiene uno de los legionarios, o los personajes femeninos, todos ellos vivísimos y atractivos.

El tono de comedia aumenta cuando se acerca la farsa en que los legionarios tienen que hacerse pasar por republicanos al estar a punto de ser descubierto por el anarquista Chimbo. Pero entre las bromas o el heroísmo limpio de algunas situaciones, se deslizan ideas punzantes y cuidadosamente trazadas: el carácter anárquico del español que hace al anarquista ateo odiar a los comunistas y al final cambiarse de bando. El espíritu de amistad inquebrantable, la simpatía por todos los combatientes españoles y la condena sin paliativos de las Brigadas internacionales. Magistral la escena en la que Merdy se cuadra ante el retrato del dictador Stalin, o la forma ignominiosa y humillante con que es capturado por los legionarios.

El reparto está muy correcto, dando el director a numerosos actores secundarios la oportunidad de lucirse en papeles importantes y con grandes oportunidades de brillo. Fernando Sancho es el malvado Mendy, en tanto que Rafael Hernández es el anarquista y los legionarios son Manolo Codeso, Francisco Cecilio, Manuel Gil, Venancio Muro y el genial Ricardo Palacios en el papel de el Pemán, tal vez el más gracioso de todos.
Junto a ellos destacan cómicos como Juanito Navarro o Blaki, bellezas como Susana Mayo, Mirtha Miller, Mabel Escaño y Patricia Granada, que hacen gala a la segunda parte del título de la película.

Las escenas cuarteleras poseen una gracia indudable y una picardía apenas disimulada. Toda la obra es alegre y venturosa, una expresión de amistad y jubilo aun en un escenario bélico. En definitiva una película de aventuras divertidas sin grandes pretensiones muy digna de ser rescatada.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Harry e hijo
Harry e hijo (1984)
  • 5,8
    785
  • Estados Unidos Paul Newman
  • Paul Newman, Robby Benson, Joanne Woodward ...
8
Padre e hijo
Estamos ante una de los mejores trabajos como director y actor de Paul Newman. Una película muy personal que en algunos puntos podemos incluso considerar autobiográfica.

Cuando me refiero que es una película autobiográfica no lo digo porque aluda a las relaciones de Paul Newman con su hijo Scott, desaparecido prematuramente por culpa de una sobredosis, sino porque a lo más que alude este drama familiar de “Harry e hijo” es a las relaciones del mismo Newman con su padre. El padre de Paul Newman nunca quiso saber de los propósitos artísticos de su hijo. Nunca quiso admitir que le insistiera en ser actor. Por lo que sobrevinieron en ellos durante años una disparidad de criterios.

Desgraciadamente el padre de Paul murió mucho antes de que triunfara el “rebelde” de su hijo. Algo muy similiar a lo que sucede en esta película y a las tensas relaciones del padre y el hijo. Por ello incluso podría ser esta película todo un homenaje a su padre.
Desde sus anteriores películas, Paul Newman siempre ha estado atento a la evolución de las relaciones humanas en el marco de la familia. En esta película da sobra cuenta de la preocupación por el tema de la convivencia familiar. Basada en un buen guión del mismo Newman y de Ronald L. Buck.

La historia de Harry, que ha sido apartado de su trabajo en la grua por una extraña afección en la vista. Se vuelve más arisco y agresivo y su nerviosismo crece progresivamente. A ello se le suma su resistencia a que su hijo sea escritor. Y se le resiste también su peculiar amor con Katie.

La película se sostiene por el portentoso pulso narrativo que Paul Newman sostiene como nadie. Se bordea el melodrama sentimental pero sin caer nunca en la blandenguería. Se nota que su director ha visto mucho buen cine norteamericano y sabe que el melodrama es una de las mejores formulas para hacer una intensa reflexión sobre la familia, el amor, la vida, la enfermad… Y gracias a su buen guión, obtiene Newman un buen resultado.

Esta película vuelve a consagrar a Paul Newman en su honesta condición de hombre de cine sin presumir ni hacer ostentación de ello. Película discreta y humilde, pero sincera y profunda que la suma a los últimos éxitos del cine norteamericano familiar.

Gran descubrimiento del actor Robby Benson en el papel de su hijo. Una gran interpretación llena de intensidad y veracidad sobre todo cuando está al lado de un grande como Newman y lo bien que aguanta el tipo. También está en el reparto su esposa Joanne Woodward, una actriz impresionante con la que el esposo se entiende muy bien. Y a destacar la hermosa banda sonora que compuso el gran Henrry Mancini.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alfonso, el príncipe maldito (Miniserie de TV)
Alfonso, el príncipe maldito (2010)
Miniserie
  • 4,0
    337
  • España Álvaro Fernández Armero
  • José Luis García Pérez, Cristina Peña, Fiorella Faltoyano ...
8
Historia real
Brillante tele filme sobre una de las figuras más importantes y a la vez desconocidas de nuestra historia. La vida de Don Alfonso de Borbón Dampierre, nieto de Don Alfonso XIII. Aunque su faceta más conocida fue cuando contrajo matrimonio con Doña Carmen Martínez Bordiú.

Estamos ante uno de los tele filmes mejor documentados y asesorado, cosa que se agradece dada la siempre manipulación sectaria que acontece siempre que hay que contar alguna parte de la historia en la que aparezca el general Franco. Aquí David Botello hace una excelente labor de documentación y asesoramiento que hacen muy digno e interesante este trabajo convirtiéndolo en todo un documento histórico.

Otro de los aciertos ha sido el casting, no solo por los buenos actores sino por sus asombrosos parecidos con los personajes reales, sobretodo el de Carmencita. Hay momentos en las que Cristina Peña parece un doble de Carmen.

La película, dividida en dos partes, es un acercamiento fiel a la persona de Don Alfonso, alguien que estuvo marcado por la desdicha desde muy joven. Sufrió el divorcio de sus padres, la confusión ante sus derechos dinásticos, un matrimonio fallido, la muerte de un hijo, una persecución mediática… Aunque por motivos de fluidez narrativa cinematográfica hay que ir muy rápido a la hora de contar todas las etapas de su vida, no falta un detalle y ningún dato ha sido falsificado.

Desde el principio se da debida cuenta de la excelente preparación de Don Alfonso y como en los cargos que ocupó siempre demostró su valía profesional y su competencia. Por ejemplo, como director del Instituto de Cultura Hispánica, siempre trabajo por el hermanamiento de los pueblos hispanos, construyó y doto de excelente material la gran biblioteca y creó los Premios Cervantes como fomento del idioma español y de la cultura hispana. Dice muy bien de esta película que, aunque muy brevemente, se diga, ya que normalmente es un dato que se oculta. Una muestra de cómo todas las cosas buenas y los aciertos o ideas que desarrollaba, fueron silenciados simplemente por ser el marido, o ex marido de Carmen. Así funcionan los prejuicios y los sectarismo de los que se tienen por muy “libres” y “democráticos”.

Indudablemente la parte más trágica de esta película es la referente al accidente que Don Alfonso sufrió con sus dos hijos llegando a perder la vida el mayor de ellos. Fue un duro golpe del que seguramente no se recobraría nunca. Aunque hizo alarde de una gran fuerza de voluntad y logró salir del negro túnel de la depresión para ejercer de padre con su hijo D. Luis Alfonso. Se desvivió por él dándole una gran cultura, cariño, respeto y amor. Si en algo coinciden todos los que conocieron a D. Alfonso y fueron testigos de aquellos acontecimientos es que de todas las facetas de su vida, la mejor era como padre. Fue todo un padrazo, siempre a la altura de las circunstancias y desviviéndose por él.

Otra importante faceta que aparece en la película es como deportista. Tanto fue así que durante la década de los 80 fue Presidente de la Federación Española de Esquí y del Comité Olímpico Español . De estos años cultivó una gran amistad con los hermanos Ochoa, campeones en este deporte y logró una gran proyección al exterior de nuestros deportistas españoles en esta modalidad de deportes invernales.

La buena investigación histórica se nota en la precisión de los mínimos detalles. Por ejemplo aquí se da buena cuenta documentada de una faceta privada de la vida del general Franco como era su austeridad. Siempre fue una persona austera en el comer y en el vivir. Aquí aparece ese dato que es corroborado por todos los invitados que iban a comer al Palacio de El Pardo y se quejaban de que la comida era muy mala y que parecía un menú corriente. Y así era. Dato incluso corroborado por la propia hermana del Caudillo que decía en sus memorias que en El Pardo “se comía muy mal”. Un dato que los falsos historiadores intentan censurar para presentar a un Jefe de Estado derrochador y rodeado de festines y boatos. Nada más lejos de la realidad y de la verdad.

Destaca en este filme una excelente fotografía. Una luminosidad especial. La perfecta reconstrucción de muchos decorados. Una de las cosas que se echa de menos es que dado su excelente trabajo histórico, le hubiera venido bien compaginar algunas escenas reales documentales, como por ejemplo la boda de Carmencita y Alfonso, o algunas imágenes de archivo y de las noticias de los sucesos trágicos que se cuentan. Le hubiera dado ese toque de veracidad histórica, aunque como digo, ya lo tiene.
Destacar la labor de la gran actriz Fiorella Faltoyano como la madre de D. Alfonos, Emanuela de Dampierre. En todas las escenas en la que aparece demuestra que Fiorella es de las mejores actrices de nuestro cine como ya había demotrado en 1977 con "Asignatura pendiente".

Muy de este estilo por su veracidad y su gran trabajo documental es el telefilme “20-N Los últimos días de Franco”. Que también destaca por ser una película maravillosamente asesorada, con un rigor veraz, hecha con respeto a la historia, y que al igual que en esta, no la entorpece la ignorancia de la revancha ni el sectarismo de los falsos historiadores manipuladores.

En definitiva estamos ante uno de los trabajos más logrados de llevar a la pantalla una de las épocas mas interesantes, convulsas y mediaticas de nuestra historia reciente. Hecho con calidad, respeto, rigor histórico y buen gusto.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El irlandés
El irlandés (2019)
  • 7,2
    38.048
  • Estados Unidos Martin Scorsese
  • Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci ...
9
"He oído que pintas casas..."
Estamos ante una gran epopeya sobre la mafia italoamericana, pero abrigada de cierto intimismo. Una de las películas más esperadas de la temporada de 2019 y posiblemente de las mejores obras de la filmografia del gran Scorsese.
Doce años llevaba Martin Scorsese dándole vueltas a la idea de hacer esta película, animado por su amigo Robert De Niro para adaptar el libro “Jimmy Hoffa, caso cerrado” de Charles Brandt. Y por fin se hizo realidad la que parece la última ocasión de reunir a un gran reparto espectacular y tan significativo para el género mafioso germinado en los 70.

Una película en la que nada sobra y en la que está todo cuidado al mínimo detalle y que en absoluto tiene que ver con el concepto de miniserie de verla troceada, como largan por ahí los que al parecer nunca han visto obras maestras como “Lo que el viento se llevó” o “Doctor Zivago”.
Para Scorsese “El irlandés” es un sueño hecho realidad en el que recupera un mundo que conoce muy bien y que ya ha sabido retratar perfectamente en varios de sus films. Es un gran sueño porque logró por fin reunir a sus actores fetiches.

El personaje de Robert De Niro aparece representado entre los 24 y los 82 años de edad utilizando una nueva y minuciosa técnica de CGI para rejuvenecer los rostros, que ciertamente no es perfecta y tiene sus limitaciones a la hora de lograr en los ojos y la boca una verdadera naturalidad, pero cuando te metes de lleno en la gran interpretación del actor te olvidas del efecto y te dejas atrapar por la humanidad casi intacta de las interpretaciones.

Una brillante descripción de relaciones, sublime presentación de un gran entramado de personajes y la ambigüedad con la que el personaje de Frank se mueve entre ellos. Todo esto es construido portentosamente por Scorsese con su experimentada maquinaria narrativa en pleno funcionamiento. Aunque a diferencia de “Uno de los nuestros” o de “Casino”, es un estilo menos nervioso, menos grandilocuente, operístico o coreográfico. Aquí Scorsese quiere establecer puentes más afectivos que estilísticos con sus compañeros de generación.

“He oído que pintas casas”, le dice Hoffa a Sheeran en esa primera conversación entre ambos personajes. Es la frase que dio título al libro de Charles Brandt y que se convierte en la clave eufemística perfecta para describir la actividad de Sheeran.

Aquí la los crimines se retratan con cierta sequedad, huyen de la espectacularidad y casi siempre del regodeo en la violencia, pero por su puesto Scorsese en todo su esplendor, en inteligente madurez, y como novedad aquí se le nota impregnado en cierta melancolía. Es una película en la que la nostalgia esta presente.

La película se estructura en grandes flashback, así el relato se instala en esa juventud, con ocasionales regresos al momento del viaje, hasta que ya por fin ambos tiempos confluyen definitivamente. Toda una labor de montaje. Maravillosos juegos con el tiempo. Comienza con dos personas con sus respectivas señoras que tienen que ir a una boda, y eso es lo que pone todo en movimiento.
También la política estaunidense de esos años, y sus conexiones con la mafia, emerge intermitentemente en segundo plano, en una cinta que mantiene su carácter intimista de personajes, pero que también tiene flashes de carácter documental, como cuando al presentar por primera vez a algunos de los personajes históricos de la mafia o relacionado con ella, aparecen sobreimpresas en la imagen las circunstancias y la fecha de su muerte o con la imágenes reales del funeral de Bobby Kennedy. No hay que olvidar que se trata de una película de época y es importante ser realista ante los hechos.

Scorsese quería retratar como funciona el poder en la vida real, que es silencioso y oscuro. Así son las fuerzas oscuras de la historia. Nunca se sabe quien lo ha hecho realmente o quién estaba detrás de todo. Esta película quiere ir a la esencia de las cosas, y la esencia son dos o tres personas sentadas en un bar, en un restaurante o en un coche. Personas a las que no les hace falta que digan qué es lo que van a hacer, porque todo pasa por una mirada.

La lealtad es también otro de los temas de la película, y ahí es donde se hace especialmente interesante el personaje de Sheeran, que puede ejecutar órdenes de forma implacable o mantenerse en perfecta ambigüedad entre los diferentes agentes del poder mafioso.

También es una película sobre el paso del tiempo. Para sus protagonistas el paso del tiempo se ha convertido en un acicate y punto de tensión. También sobre la religión, todos sabemos la sensibilidad de Scorsese ante este tema al haber sido en su juventud seminarista, como se ve en la escena final. La religión como herencia y como último recurso al que se agarra Frank, aunque en esta ocasión el silencio de Dios toma forma de indiferencia moral ante sus propios actos.

Y mención aparte merece su excelente banda sonora, pujante de canciones. La canción de 1956 “In the still of the night” interpretada por The Five Satins se convierte en el leit-motiv musical desde el propio inicio del film y de forma circular.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fantasma y doña Juanita
El fantasma y doña Juanita (1944)
  • 6,0
    203
  • España Rafael Gil
  • Antonio Casal, Mary Delgado, Juan Espantaleón ...
8
Amores no correspondidos
Estamos ante una de las más brillantes y exitosas películas del gran Rafael Gil. Película que fue incluso declarada de interés nacional. En esta película Gil sigue más cerca que nunca los pasos de Frank Capra y Frank Borzage.

La película está basada en una novela corta de José María Pemán, el gran poeta, dramaturgo, articulista y ensayista, una de las figuras más relevantes de las letras españolas de la segunda mitad del siglo XX. Fue en 1935 cuando publico esta novela, que ya fue considerada por la crítica como más poesía que novela.

Rafael Gil se entusiasmo por esta tierna y genial novela. En 1949 había declarado: “yo había soñado con esa poesía infinita de lo impalpable, de ese escalofrió intimo que a nadie confesamos, de esa angustia estremecedora que de pronto nos produce lo sobrenatural al mezclarse con lo cotidiano. Yo había soñado también con la ternura de la muchacha dormida en el remanso de la ciudad de la provincia, con la nostálgica aventura del circo que pasa”.

Toda la acción se articula en el pobre payaso que encarna Antonio Casal en una de sus mejores interpretaciones junto a “Camarote de lujo”. El drama comienza cuando oculta su profesión de payaso a su amada Rosita, sobre todo por miedo a lo que su padre, un respetado farmacéutico, pueda opinar.

El mundo de los sueños que representa el circo envuelve el idilio de los dos jóvenes. Pero la realidad se impone cuando es necesario revelar la autentica personalidad del protagonista. Pocas veces en el cine europeo se ha expresado con tanta delicadeza, con tanta sensibilidad, la soledad del pobre enamorado, tímido e incapaz de vivir su propia felicidad.

La estampa de la ciudad de provincias, los cuchicheos de la gente cuando se produce un idilio, el retrato de las gentes del circo…todo esta maravillosamente expuesto en un guión magistral, con unos diálogos de gran belleza literaria, que fueron revisados por el propio Pemán, y con una puesta en escena poética y admirable.

La combinación de comedia y romanticismo que Rafael Gil logra en esta película es perfecta, sin que falte la pincelada de humor que otorgan los actores secundarios y el agudo trato social.

En definitiva, es una obra a recuperar y reivindicar, que enseña más sobre el cine español de los años cuarenta que multitud de paginas perezosas escritas con un revisionismo absurdo escritas con el único afán de contar solo lo negativo.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scarlett (Miniserie de TV)
Scarlett (1994)
Miniserie
  • 4,2
    1.007
  • Estados Unidos John Erman
  • Joanne Whalley, Timothy Dalton, Sean Bean ...
8
Amor eterno
Esta gran mini serie es la gran prueba de que las grandes historias de amor nunca terminan, siempre están ahí. Por ello estará siempre en el inconsciente colectivo el gran amor de Escarlata y Rhett, y por ello cuando en 1994 se estreno esta serie fue todo un bom mundial.

Todo empezó cuando e 1991 Alexandra Ripley publica la novela “Scarlett” que pronto se convierte en un best seller por constituir la continuación oficial de “Lo que el viento se llevó” con el beneplácito de los herederos de Margaret Mitchel. Todos querían los derechos. Hasta que finalmente la productora pagó por ellos 9 millones de dólares. La mayor cantidad de dinero que se ha pagado jamás por los derechos de un libro.

Y desde el primer momento que se conoció la noticia de su adaptación y debido al interés mundial que esto generó, no ha habido hasta la fecha otro drama televisivo que haya generado esta emoción en el mundo.
“Scarlett” tiene menos de ese carácter bélico e histórico que tiene “Lo que el viento se llevó” y se trata más bien de una historia más personal, de un viaje emocional y sobre las prioridades vitales de una mujer. Por ello no se debe comparar con la película “Lo que el viento se llevó” porque ambas concurren por caminos distintos. Esta no trata de imitar ni de copiar, tan solo es la oportunidad de continuar una leyenda, un amor inmortal. Es la historia de la persecución de Scarlett por el amor. Una mujer que vive según sus propias reglas.

La serie se rodó en tres países. El momento más esperado fue la filmación del regreso de Scarlett a la casa familiar, a Tara. Para ello se hizo un replica perfecta a partir de los bocetos originales. Una casa que se deteriorada como un símbolo de que muchas heridas aún no han cicatrizado.

En Charleston se rodaron la mayoría de las localizaciones de exteriores, junto con las bellas localizaciones que se rodaron en Irlanda. Para el departamento de arte esta serie constituyó un verdadero reto nunca hecho. En total se rodaron en 167 exteriores distintos. Como también fue un reto para el departamento de vestuario, cuidados hasta el último detalle. El personaje de Scarlett cambia de vestido unas 120 veces, y cada uno de esos vestidos reflejan algo de la personalidad y el carácter de la protagonista: su capricho, su frivolidad, su fortaleza, su humildad, su espíritu de lucha…
Como también los decorados: el mercado, la plantación, los edificios y por supuesto las recreaciones de lugares que en “Lo que el viento se llevó” fueron importantes, como las escaleras de la casa de Atlanta donde Scarlett y Rhett comenzaron su matrimonio fallido.

Un gran mérito de esta serie fue el gran casting que se hizo en todo el mundo para elegir a los míticos personajes de esta gran historia universal. Joanne Whalley hace un trabajo fantástico, en muchos de sus gestos y movimientos se transmite esa frivolidad del personaje de Scarlett que también transmitía Vivian Leight. Y para Rhett se eligió a Timothy Dalton en este uno de sus mejores trabajos. Sin copiar, porque es imposible, a Clark Gable, logra transmitir esa ironía en su mirada y ese aire burletero del personaje. La serie cuenta con secundarios de lujo como John para el John Gielgud, arrogante abuelo de Scarlett. O de una de las actrices fetiches del directo, Ann –Margret en el papel de Bell, la famosa madam del burdel y la única mujer en la que Rhett confía de verdad. Y por supuesto destacar al personaje de Asley, donde aquí se le retrata con bigote como originalmente así lo describía Margaret Michel en su novela, y con el pelo ondulado en homenaje a Leslie Howard. Y también a la gran actriz Julie Harris como la madre de Rhett.

El viraje dramático de esta película comienza con una tormenta en la que se ven envueltos Reth y Scarlett mientras navegaban en un bote. Tendrá lugar entre ellos una circunstancia que cambiará sus vidas y Scarlett decide refugiarse en la tierra de su familia paterna, Irlanda. En esta serie Irlanda representa la búsqueda de una nueva vida siguiendo las huellas de su padre.

Se recrea muy bien el conflicto entre los campesinos y los terratenientes ingleses, reflejo de un conflicto histórico en la que Scarlett se verá salpicada. En Irlanda Scarlett conocerá el verdadero concepto de amor de familia en toda su familia paterna. Allí recibirá mucho amor y será como todo un proceso de maduración de chiquilla frívola a mujer. Va madurando, resulta más tierna, pero sin perder su característica ironía y elegancia.

Gran merito de la serie es el villano Lord Fenton, interpretado portentosamente por Sean Bean. Un personaje oscuro y siniestro, pero atractivo y educado a la vez. Una especie de dr Jekyll y mr Hyde . En esta etapa de la historia de contó con actrices irlandesas que dotan a la historia de una verosimilitud muy lograda, como los personajes de la señora Frick Patrick o de Mery Boy.
También son espectaculares las bellas escenas que tienen lugar en marcos incomparables como el castillo de Dublín, las fincas, las ruinas de la originaria Tara de Irlanda o las de la cacería del zorro.

En definitiva Scarlett es la historia de la transformación de una mujer, de un viaje interior y exterior. Una mujer que aprenderá a ser comprensiva y a saber reparar las consciencias de sus acciones. Todo un proceso de maduración en el que Scarlett aprenderá el valor de ser una persona auténtica y el significado de las palabras: respeto, cariño y amor.

John Erman pone toda la carne en el asador con esta su gran obra, todo un meticuloso trabajo para dar vida a otro tiempo, a otra cultura, a las tradiciones irlandesas… Dar vida a los restos de una nueva civilización que el viento dejó.

Scarlett es una poderosa aventura romántica que hay que ver sin prejuicios ni afanes comparativos. Es la historia de amor más memorable de una mujer.
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El dormilón
El dormilón (1973)
  • 7,0
    16.958
  • Estados Unidos Woody Allen
  • Woody Allen, Diane Keaton, John Beck ...
7
Lo absurdo del futuro
Como cuenta el propio Woody Allen en su esplendida autobiografía “A propósito de nada”, esta película se planteo inicialmente como una obra mastodóntica de cuatro horas de duración aproximadamente con dos partes bien diferenciadas. La primera debía ser haber sido el retrato de la vida cotidiana del protagonista, Miles Monroe, como clarinetista de una banda de jazz y propietario de una tienda de alimentos macrobióticos. Y la segunda parte se ambientaba doscientos años después, cuando Miles era despertado de su criogenización y se veía enredado, a su pesar, en una conspiración para derrotar a un dictador que gobierna los futuros Estados Unidos.

Por motivos técnicos y presupuestarios y de guión, sobretodo en la primera parte, al final se optó solo por la segunda. Y la película acaba siendo una trama futurista de carácter orwelliano, en el que ese mundo futuro, con su dramática socio-política, los viajes en el tiempo… son todo un caldo de cultivo para que el gran Allen pueda desarrollar un cúmulo de situaciones descacharrantes a propósito de la condición humana.

El objetivo de esta película no fue tanto una reflexión sobre el futuro absurdo que se nos venía encima, sino que la finalidad de cada movimiento es hacer reír cuanto más, mejor.
Para ello, el director/guionista/actor tira de referencias sin pudor. Evoca al Chaplin de “Tiempos modernos”, a los hermanos Marx en “Un día en las carreras”, e incluso a Jacques Tati en “Mí tío”.

Allen disfruta riéndose a gusto de todos y de todo; nadie queda libre de culpa: de los burgueses hedonistas a los campestres revolucionarios, de los torpes militares del régimen a los absurdos médicos del líder. En comparación a sus anteriores comedias locas, “El dormilón” parece un relato más estilizado. La trama, aunque tronchante, intenta guardar una coherencia de principio a fin. E incluso se ve ya un gran acercamiento del que sería el gran tema de la obra de Allen: las relaciones de pareja.

Evidentemente “El dormilón” no entraría en una lista como de las mejores películas de Allen. Pero ni falta que hace porque ya solo por su primera media hora merece estar en lo alto de la comedia norteamericana. Esa presentación del personaje envuelto en papel de ilumino, su despertar en un mundo futuro, su trajín como accidental mayordomo robótico…convierten a la película en una fiesta inacabable.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La paz empieza nunca
La paz empieza nunca (1960)
  • 5,0
    239
  • España León Klimovsky
  • Adolfo Marsillach, Concha Velasco, Carmen de Lirio ...
8
"Ellos también buscaban lo mismo que nosotros..."
Estamos ante una de las mejores películas que han reflejado la contienda civil española en el cine. Su éxito y solidez vienen en que se basa en una gran novela del mismo título escrita por uno de los maestros del periodismo, Emilio Romero, y por la cual recibió el premio Planeta en 1957.

Otro de los condicionantes del éxito de esta película radica en su espectacular reparto con grandes de los mejores intérpretes de nuestro cine: Adolfo Marsillach, Jesús Puente, Carlos Casaravilla, Concha Velasco… Todos dirigidos con la mano maestra de uno de los directores injustamente olvidados como es León Klimovsky
Curiosamente Marsillach y Puente volvieran a demostrar la química de talento que desprenden ambos en la obra maestra “Sesión Contiua”, la gran película sobre la cinefilia.

Esta película es una adaptación fiel de la novela y básicamente es una visión del conflicto y sus consecuencias. Una reflexión sobre aquellos jóvenes idealistas que querín luchar por la paz, la justicia y el pan para todos, pero que acabada la guerra sienten la decepción en muchos aspectos porque ellos tenían una aspiración de integrar a todos.
En este sentido, es una película, que adelantada a su tiempo, tenía un discurso de reconciliación de una guerra entre hermanos, cuando uno de ellos afirma: “en el fondo, ellos también buscan lo mismo que nosotros, la paz, la justicia…”

Siguiendo una fluidez narrativa que atrapa al espectador, la película se divide en tres partes:
La primera ambientada en 1936 donde se va reflejando los acontecimientos históricos de un clima de violencia y persecución con la quema de templos e iglesias, el asesinato a sacerdotes y personas de ideologías distintas a las imperantes.

La segunda parte pertenece propiamente a la guerra como consecuencia al anterior clima de violencia que ya se hacía insoportable y estalla la contienda fratricida. En esta parte se emplean imágenes documentales reales, lo que dota a la película de un realismo muy efectivo.

Y la tercera parte de la película, para mí la mejor, es la que acontece a finales de los años 40 y es propia al cine noir y de espionajes. Se desarrolla el tema de los maquis, un tema nunca tratado en el cine de la época o tratado muy al soslayo por películas como “Dos caminos” o “Torrepartida”. En esta parte de la película se ve esa insólita mezcla de géneros: toques de melodrama, carcelario, noir, espionaje… Todo un deleite muy bien ensartado.

La película constituye toda una reflexión sobre las consecuencias de una guerra en la que luego nunca empieza la paz porque sus consecuencias son interminables. El maestro del periodismo español Emilio Romero, autor de la novela, lo iría desarrollando en sus muchos libros, donde afirma la tesis de que aún hoy y a pesar de los 80 años de paz conseguidos, por culpa de muchos partidos revanchistas, la paz empieza nunca porque no la dejan fraguar, no la dejan cuajar. Cuando por fin se hizo una apuesta decidida por la amnistía mutua y por no volvernos a tirar en cara los delitos de los unos ni de los otros, para muchos partidos nuevos irresponsables que han dinamitado esa gran apuesta de amnistía, perdón y reconciliación y vuelto a fomentar el rencor, el odio, el revanchismo. Por ello, vista hoy esta película cobra una actualidad inusitada, porque podemos afirmar junto con el protagonista, que después de una guerra entre hermanos, la paz empieza nunca…
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Franco, ese hombre
Franco, ese hombre (1964)
Documental
  • 4,0
    406
  • España José Luis Sáenz de Heredia
  • Documental, (Intervenciones de: Ángel Picazo, Francisco Franco) ...
8
Historia de España
Estamos ante todo un documento cinematográfico que constituye casi un siglo de la historia de España a través de la vida de Francisco Franco, testigo de excepción de casi todos los acontecimientos más notorios de la historia. Una película de relevancia historiográfica.

Se trata de una película documental realizada a partir de material audiovisual perteneciente a la primera mitad de siglo. La idea surgió como acto conmemorativo de los “XXV años de paz” organizada por Manuel Fraga Iribarne, durante su etapa como Ministro de Información y Turismo. Se le encargó la dirección al gran director José Luis Sánez de Heredia, uno de los cineastas de más éxito del cine español. La película contó con una buena banda sonora instrumental compuesta por Antón García Abril.

El estreno en salas en el año 1964 fue un éxito. Un estreno de alfombra roja, photocall y glamour en plena Gran Vía. El cartel del filme cubrió la fachada del Palacio de la Música con un eslogan propio de un biopic épico: “Sesenta años de la historia de España a través de la biografía del hombre que la ha vivido más intensamente”. “El todo Madrid de las grandes solemnidades se encuentra en este estreno organizado por la junta interministerial de los 25 años de Paz”, contaron los noticiarios que calificaron el filme de admirable.

Una película que despertaba mucha curiosidad a todos los niveles. Y en el año 1971, RTVE adquirió los derechos y comenzó a proyectarla en onomásticas del general Franco o, como dato curioso, ocupó la parrilla de tarde del día de la muerte de Franco. Desde entonces, y aún teniendo los derechos, el ente público acosado por distintos complejos no ha vuelto a emitirla.

En contra de lo que escriben muchos indocumentados que no se molestan en leer ni en informarse, en “Franco, ese hombre” Sáenz de Heredia contó con una gran libertad de producción y de criterio. Y como curiosidad, en los créditos, como segunda unidad de cámara, figura un hombre llamado a convertirse en el más prolífico de nuestra industria cinematográfica: Mariano Ozores. Quién por fin se le ha otorgado el Goya honorifico por toda su carrera.
La película se estreno en plenos tiempos de la apertura turística, de la integración económica internacional, del desarrollismo y de un avance social en todos los niveles. Y esta película quedó enmarcada también en esa modernidad reformista y liberal.
"Franco, ese hombre" nos introduce en la historia de España pero desde el factor humano, por así decir, desde la persona y perspectiva de Franco. La película presenta a Franco como ese hombre, forjado así mismo desde sus orígenes humildes, y como ese hombre que había salvado al país de las hordas criminales del comunismo, luego lo había salvado nuevamente de las hordas del nazismo y, posteriormente, se había convertido en el padre benévolo de su pueblo consiguiendo el reconocimiento de las naciones y la paz.

El crítico Fernando Méndez-Leite, que dirigiría el ICAA en los años ochenta, escribió lo siguiente en su Historia del cine español publicada en 1965: “Sáenz de Heredia ha logrado un apasionado documental revelador de muchas cosas desconocidas para las jóvenes generaciones y muy emotivo para los que vivieron los acontecimientos evocados en la pantalla con singular maestría”.

Heredia realiza algunos montajes habilidosos donde combina eficazmente mensaje y emoción. Una película perfectamente integrada, tanto estructural, como temáticamente. La estructura de la película es la de un largo flashback que arranca con el desfile de la Victoria del mes de abril de 1964 para luego sumergirnos en todo el proceso histórico, planteado como un largo y difícil camino hacia la paz. El filme es, actualmente, un valioso documento que nos permite conocer el desarrollo de la historia de España.

Y algo muy loable de esta película y que dice mucho de su honestidad es cuando llega el momento de la guerra civil y el narrador para la correlación histórica y en una alarde de reconciliación afirma que fue una contienda entre hermanos y que por respeto a unos y otros que han fallecido en ambos bandos no emitirán imágenes de la guerra. No tiene sentido en el futuro del momento presente abrir heridas entre hermanos. La Guerra Civil ha sido superada por una paz que encuentra, en la política del desarrollismo y de la creación de la clase media, su ejemplo más directo.
Sorprende este tono conciliador y de apuesta por la reconciliación entre hermanos que ahora le quieren negar a la película. O será que quienes lo niegan es porque ni han visto la película sino que simplemente han escrito el odio plasmado en una crítica sin argumentos ni fundamento histórico ni cinematográfico.

Las películas, igual que los personajes, deben ser valoradas dentro de su contexto. El cine español sirve de testimonio de nuestra historia. Sean los films de derechas o izquierdas, de propaganda o de crítica al régimen, todos dicen algo de nosotros mismos. La ignorancia en este punto y el sectarismo es lo que ha llevado a muchos a llenar de críticas negativas esta película por verla desde la inquina y el odio y no desde una posición cinematográfica ni histórica.

"Franco, ese hombre" es una película que ha entrado en el olvido, bien por complejos o bien por odios y censuras, y ha acabado siendo una obra poco estudiada, a pesar de que en su momento fue uno de los principales esfuerzos históricos de mostrar un momento clave para comprender el proceso de aceptación que el franquismo llegó a tener entre las clases medias españolas
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las autonosuyas
Las autonosuyas (1983)
  • 4,6
    601
  • España Rafael Gil
  • Alfredo Landa, María Casanova, Manolo Codeso ...
8
Surrealismo profético
Se trata de la adaptación al cine de una de las novelas más vendidas y más divertidas del genial escritor Vizcaíno Casas, que además resultó ser profética en su aguda parodia de los procesos autonómicos artificiales y que tuvieron una manifestación real en los años posteriores a la publicación de la novela y haciéndose realidad las situaciones más absurdas que la novela describía como un gag surrealista. Pues el surrealismo se hizo realidad.

La acción se sitúa en el imaginario Rebollar de la Mata, en donde las fuerzas vivas, el alcalde socialista y el cura comunista a la cabeza, contemplan en el televisor un reportaje sobre la presentación de cartas credenciales entre el embajador del País Vasco y el de Cataluña. Enterado de que las autonomías se traducen en más dinero oficial, el alcalde decide convertir su pueblo en un Ente preautonómico. No se detiene en dificultad alguna: se inventa la historia, se crea un nuevo idioma, el “farfullo”, que consiste en pronunciar la p como f, se crean nuevos cargos con suculentos sueldos, se aumentan los impuestos… Se van sucediendo todos estos despropósitos hasta que un viejo coronel retirado que vive en el pueblo irrumpe en este aquelarre autonómico y siembra el desconcierto y la duda entre los asistentes.

“Las autonosuyas” tiene mucho de film coral en el que encontramos un reparto de los mejores actores del cine español: Alfredo Landa, Manolo Codeso, Antonio Garisa, el gran José Bódalo, María Casanova, Fernando Sancho, el veterano Tomás Blanco en una de sus últimas interpretaciones o Ismael Merlo. Aunque sin duda es el carismático y gran actor Alfredo Landa, consolidado por su reciente papel como German Areta en “El crack”, el que da unidad a este film coral como el alcalde Austrasigildo. Landa supo captar ese punto disparatado del personaje y de sus aventuras. Y las miradas de Bódalo en este film son todo un magisterio para los actores.

La película tiene un ritmo rápido, sin desmayo. Su director, el gran Rafael Gil, se mueve a gusto en la descripción de tipos populares, y lo hace con cierto cariño, incluso en los más esperpénticos, que en el fondo no los presenta como negativos, sino a lo sumo como ambiciosos y un poco egoísta.
“Las autonosuyas” es un retrato-denuncia de la exageración autonómica, que llega a límites tan absurdos, cómicos y ridículos como la orden de cambiar todos los letreros y rótulos del pueblo, para que aparezca la f en lugar de la p, tal y como manda el nuevo idioma “farfullo”, lo que origina equívocos, como el cambio de denominación de la calle del Palo.

La película, pese al descarado silencio con que fue recibida por los medios y la postura hostil de la Administración… resultó todo un éxito, en buena parte gracias a la gran interpretación de Alfredo Landa. Evidentemente no estamos ante ninguna obra maestra, pero sí ante una buena comedia que cumple sus objetivos y en la que destaca por su original, surrealista y , por desgracia, profético argumento, por la maestría de Gil de convertir en comedia el disparate y el despropósito de las autonomías, hasta el punto del surrealismo de tener un intérprete de dialecticos al que acaban echando porque se entendían mejor en español.

Esta película se estrenó el 4 de agosto de 1983 y, vista hoy, se puede decir que todos los despropósitos y parodias que imaginó el autor de la novela como una exageración de lo absurdo, se cumplieron y con creces. La película constituyó una parodia y una denuncia del tremendo gasto público y sin necesidad alguna, que suponía el negocio de las autonomías. Y como toda película que hace reflexionar y despertar a un pueblo dormido e idiotizado por la televisión, esta película fue ninguneada y la intentaron censurar para que no se estrenara en muchos sitios y con prohibición de que no se hablara en ella en televisión. Ironías del destino:fue vícitma de la censura de la democracia.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La señora de Fátima
La señora de Fátima (1951)
  • 5,5
    220
  • España Rafael Gil
  • Inés Orsini, Fernando Rey, Tito Junco ...
8
La Fe y el cine
Posiblemente esta película sea el mayor éxito y la mejor película del cine religioso en España. Todo empezó cuando el director, Rafael Gil, conoció al escritor y productor Vicente Escriva que había alcanzado el Premio Nacional de Literatura y entre sus grandes guiones figuraba el de “Balarrasa”.

Rafael Gil leyó el argumento que Escrivá había redactado sobre las apariciones de María en Fátima y quedó entusiasmado. Enseguida ambos firman un acuerdo de colaboración con la productora que Vicente Escrivá acababa de fundar: Aspa Films. Es el comienzo de una aventura creadora que proporciona numerosos éxitos al cine español.

La película fue rodada en los estudios CEA y los exteriores en Portugal, en Fátima. De hecho se estrenó primero allí. El éxito de la película fue espectacular en España y también en todo el mundo. Incluso el Papa Pío XII recibió en audiencia privada a su director, Rafael Gil, testimoniándole personalmente su admiración por la película. El Papa le dijo que “La Señora de Fátima haría más por la fe que muchas homilías y que muchos documentos eclesiásticos”.
Decir que debido al éxito de esta película, en 1952 el cine de Hollywood presentó su copia con la película “El mensaje de Fátima”, dirigida por Johnn Brahm y propucida por la Warner Bros. La película es digna y ortodoxa, bien rodada y emocionante, pero no alcanza la calidad de la de Rafael Gil ni su maravillosa fascinación.

La Señora de Fátima fue un acontecimiento mundial, estrenada en más de 17 países. Esto solo sería igualado años después con “Marcelino pan y vino” de Ladislao Vajda. El prestigio de la película no ha disminuido, pese a los ataques sectarios de algunos críticos que se tienen por cultos solo por criticar todo lo rodado en esta época. Es una obra llena de emoción sincera.
La película cuanta la historia de tres pastores a los que se les aparece María, la madre de Jesús, y aunque nadie les cree de esa aparición, ellos permanecerán fieles a lo que vieron y ante el ataque de las autoridades comunistas de la época que trataran de hacer fracasar por todos los medios los acontecimientos que se van produciendo en el pueblo de Cova de Iria.

Rafael Gil pinta con verismo y emotividad la vida tranquila de un pequeño pueblo portugués. Logra describir con convicción los sentimientos religiosos de los chicos, sobre todo de Lucía. Integra perfectamente en la acción hasta dónde puede llegar la perversidad de los enemigos de la religión, y logra su punto culminante en la prodigiosa aparición final, que supone uno de los momentos más impresionantes de la historia del cine español. El doble milagro que muestra a la mujer paralitica del líder ateo levantándose hacia la gruta donde aparece la Virgen María, y al niño ciego que, en brazos de su padre, comienza a vislumbrar la luz. Es pura antología cinematográfica y no puede contemplarse sin lágrimas en los ojos.

Todos los elementos de esta película son de primer orden: la fotografía de Michael Kelber, los decorados de Enrique Alarcón, el montaje de Jose Antonio Rojo, la música inspirada de Cristóbal Halffter y el reparto, donde brilla con luz propia Inés Orsini en el papel de Lucía, que ya había triunfado en la película italiana “Cielo sobre el pantano”, así como los otros dos adolescentes María Dulce y Eugenio Domingo. Jóvenes actores que supieron dotar a sus personajes de infinita ternura y privilegiada inocencia.

La Señora de Fátima es una obra ingenua y pura, realizada desde la fe del creyente que intenta comprender, sin dobleces ni engaños, simple y sencilla, pero también grandiosa por su maravilloso mensaje. El mensaje que dio María a los niños en Fátima, cuyo contenido completo solo lo conocen los Pontífices en Roma, no han dejado de cumplirse ni una de sus profecías. Una de las últimas profecías de ese mensaje se está cumpliendo actualmente (año 2020).
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La calle sin sol
La calle sin sol (1948)
  • 6,7
    552
  • España Rafael Gil
  • Amparo Rivelles, Antonio Vilar, Manolo Morán ...
8
Un rayo de luz
Esta película pertenece a la mejor etapa del gran cineasta Rafael Gil como demuestra este drama humano que entronca con los grandes clásicos de Hollywood, un cine que produce emoción y que es como un escorzo de vida humana.

La calle sin sol tiene un esplendido guión del escritor Miguel Mihura, autor de “Tres sombreros de copa” o de “Ninette y un señor de Murcia”. La película llegó incluso a obtener la declaración de interés nacional, que no estuvo en absoluto desacertado dado que su prestigio no ha hecho sino aumentar con el tiempo. Incluso el gran escritor Fernando Vizcaíno Casas llegó a afirmar que esta era la mejor película de su director.

La película tiene un guión sólido que recuerda al realismo poético francés rodado con brillantez. La película narra la historia de Mauricio, un fugitivo extranjero que se refugia en Barcelona, donde es acogido en un restaurante del barrio chino. Se enamora de la hija del dueño, pero su relación se pone en peligro cuando todos los indicios le señalan como sospechoso principal de un crimen ocurrido en el vecindario.

El estilo y el tono de La calle sin sol se inspira en el clásico thriller americano, al estilo más romántico y poético de “Retorno al pasado” de Jacques Tourneur. Rafael Gil sabe captar esa atmosfera y pinta con acertado realismo el ambiente del barrio chino barcelonés, sus gentes y costumbres, logrando dos momentos de absolutamente antológico, uno de matiz costumbrista: el vendedor charlatán que actúa en la calle y que interpreta a la perfección Manolo Morán: el otro de sabor poético y dramático: los habitantes de la calle solo pueden ver el sol unos instantes al día, y en ese momentos todos se colocan frente a él para sentir sobre sus cuerpos la débil caricia de unos tímidos rayos de sol. Es sin duda una de las tres o cuatro mejores escenas de toda la historia del cine español. Estos retazos magníficos la convierten en un precedente del mismo neorrealismo, años antes de “Surcos” y en el mismo año que “Ladrón de bicicletas”.

Antonio Vilar encarna magistralmente al fugitivo que oculta un misterio y se esconde en la taberna, y Amparo Rivelles logra una de las mejores interpretaciones de su carrera en el papel de la enamorada. Junto a ellos brillan con los propia los secundarios llenos de convicción como Antonio Morán, José Nieto, que da vida a un pobre vecino que vive con su mujer ciega, Mary Delgado, Alberto Romea, Julia Caba en un papel simpatiquísimo, y Ángel de Andrés como el pobre admirador ignorado de Amparo Rivelles, que encarna a un pintor de cristales.
El misterio del inicio se trona en historia romántica, sin abandonar nunca la descripción costumbrista: el comisario, el mendigo, el charlatán, la mujer ilusionada, el limpiabotas, el cristalero, la cocinera, la portera… para después convertirse en relato policiaco, y volver finalmente a la poesía. Todos los ingredientes se integran en una puesta en escena invisible, a la manera de los clásicos americanos: contenida, eficaz y brillante, que revela a un auténtico director de cine, no solo a un artesano con oficio, sino a un creador capaz de inspirar un mundo y un expresión propia en las película.

Pero como en las grandes obras cinematográficas, la riqueza de La calle sin sol, no es para describirla con comentario, sino para disfrutarla en toda su dimensión. De esta forma comprobaremos hasta que punto han sido falsas y manipuladoras muchas “historias del cine” que sobre el cine español de esta época pululan por ahí y comprobaremos que este clásico del cine negro, poco tiene que envidiar a los que se hacían en Hollywood por esos mismos años.

En La calle sin sol hay descripción exacta de la realidad, con sus miserias (el personaje de José Nieto y su mujer ciega), las trampas para sobrevivir, las ilusiones, los fracasos. No se pinta una vida cómoda, sino al contrario, difícil y con estrecheces. Aunque enmarcados luego en un sistema general de valores positivos.
Los actores están brillantes, y como digo, el argumento y el estilo se encuentran en el nivel adecuado del cine que en esos años se filma en EEUU y Europa occidental. El ritmo es adecuado, montaje, elementos técnicos…
En definitiva, la contemplación serena y sin prejuicios de La calle sin sol sirve para reivindicar a Rafael Gil como gran director, mucho más que docenas de páginas tratando de llegar a la misma conclusión. Porque con el paso del tiempo La calle sin sol se ha convertido en una referencia ineludible para conocer el cine español de la década de los cuarenta, y desde luego, para estudiar la figura de uno de sus hombres claves: Rafael Gil.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fuerza del cariño
La fuerza del cariño (1983)
  • 6,8
    21.714
  • Estados Unidos James L. Brooks
  • Debra Winger, Shirley MacLaine, Jack Nicholson ...
10
AMOR DE MADRE
Aunque desde que murió mi madre hace hoy tres años me cuesta mucho volver a ver esta película, hoy quiero intentar escribir sobre ella, una película que sin pretenderlo se fue convirtiendo en especial. En una experiencia llena de contrastes, de sombras y luces, de sonrisas y lágrimas… Una película de amor, vida y muerte.

A partir de una excelente novela de Larry McMurtry, James L. Brooks logró crear todo un humanismo cautivador, unos cuadros emocionales sobre las vidas de una madre y una hija a lo largo de varias décadas.
“La fuerza del cariño” es la historia de Aurora Greenway, una acomodada viuda de la clase media alta de Huston cuya petulante y extravagante forma de ser se halla en las antípodas del talante llano y sin grandes ambiciones de su hija Emma, a la que tuvo que cuidar desde muy pronta edad ante el repentino fallecimiento de su marido.

En base a estas dos personalidades antagónicas “La fuerza del cariño” compone un mosaico de vivencias en que el amor profundo que vertebra las relaciones entre estas dos mujeres emergerá plenamente con toda su fuerza cuando viene una gran tragedia.
Cada una de las escenas, de los fragmentos que componen esta obra maestra de “La fuerza del cariño” nos descubre piezas definitorias de la evolución intima de sus protagonistas que nos llegan al corazón gracias a la fuerza de sus interpretaciones que transmiten tanta realidad y convicción.

Aurora, interpretada magistralmente por Shirley MacLaine es una madre sobreprotectora que convertirá a su hija en objeto de sus propensiones críticas, de su arrogante autosuficiencia, mientras que Emma, interpretado por una vitalidad increíble por Debra Winger, basculará desde pequeña entre el rechazo a toda la superficialidad que desprende su madre y de una dependencia afectiva de tan imponente figura materna .
Aurora siempre le reprocha a su hija Emma la poca atención que pone a su cuidado personal, a su desprecio por la observación de las buenas maneras, incluso se negará a ir a la boda de su propia hija por haberse casado la mediocridad de su novio como individuo y el desastre conyugal que forzosamente ha de derivarse de tamaño error…Incluso llegará a recomendar a Emma que aborte cuando se quede embarazada por tercera vez de su mezquino marido… Y durante todo este periplo se irá alternando entre ellas un lenguaje de amor, un belicoso lenguaje de amor, en el cual cada discusión no es más que otro preámbulo para un nuevo acercamiento materno-filial.

Aurora surcará el arco existencial de su hija aprendiendo de todo cuanto recibe de ella, aún chocando con muchas de sus convicciones, aprenderá el valor fundamental de dejar al desunudo nuestro ser ante hechos y circunstancias que deben nutrir de sentido y modesta trascendencia nuestras vidas. Aprenderá la importancia de su rol de abuela que gracias a Emma tendrá la oportunidad de desarrollar, aprenderá lo absurdo que es darle la espalda a la posibilidad de gozar de un romance otoñal con sexualidad incluida que su hija le animará a obtener de su peculiar vecino el astronauta, interpretado por Jack Nicholson en estado de gracia. Y sobre todo aprenderá la necesidad de despojarse de lo accesorio poniendo coto a su propia vanidad cuando la muerte afila sus colmillos para apresar a quienes más quieres en este mundo…


@Oscarcinefilo
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Her
Her (2013)
  • 7,5
    79.267
  • Estados Unidos Spike Jonze
  • Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara ...
7
AMOR LÍQUIDO
Estamos ante una de las mejores reflexiones hecha cine. La historia de un solitario oficinista que no supera el divorcio de su esposa, sirve de pretexto para el director Spike Jonze para hacer esta intensa reflexión sobre la soledad, el individualismo, la sociedad líquida de la que habló Zygmunt Bauman… Una deslumbrante crítica al vacío que produce sustituir lo real por lo virtual.

La película en un supuesto futuro, que ya casi es un presente, retrata la época del individualismo por antonomasia. Todo queda reducido a la mera percepción individual que aparentemente no necesita de nadie. Y ahí está el error del protagonista, y por ende, de la sociedad. Este individualismo atroz lleva al protagonista a sustituir el amor humano-corporal por una maquina-virtual pensando que la maquina es lo que pude darle satisfacción. Este individualismo-egoísmo genera una nueva situación: el “amor líquido”, expresión de Bauman. Es decir un amor rápido, inestable, pasional… Una relación de bolsillo que se guarda para poder sacar cuando haga falta. Son relaciones agradables y breves y en las que solo importa la conveniencia. Es el deseo sin compromiso. Sin futuro.

La película refleja lo que hoy ya es una realidad; la urgencia consumista que ha distorsionado el terreno de los afectos, forzándonos a pensar las relaciones en términos de coste y beneficio. Relaciones para el consumo inmediato, y si luego resultan ser defectuosas o no plenamente satisfactoria, pues como un objeto más de consumo de usar y tirar, se intercambia por otra.

El personaje de Teodoro esta conectado pero solo. Algo que le costará ver y entender. Una maquina no puede satisfacer el deseo de plenitud. Aplicaciones de amor a la carta en búsqueda de satisfacciones inmediatas, relaciones frágiles que traen consigo el desconocimiento absoluto del otro, el incremento de la desconfianza y la violencia.

Una de las claves para entender la película y al protagonista, es la que le dice su ex pareja: “siempre quisiste tener una mujer sin tener que enfrentarte a los problemas de la vida real”. La virtualidad como una manera de eludir el compromiso, la duración, los problemas interpersonales. Lo virtual permite conectarse parcialmente sin necesidad de relevarse de manera total. Se crean así relaciones superficiales, conexiones frágiles de las cuales resulta tan fácil salir como entrar. Relaciones enmarcadas dentro de la lógica del consumo.

El “amor” virtual no concibe la dificultad ni el sufrimiento ni los problemas, sino que han de ser relaciones breves, agradables y fáciles. Se ve reflejado en la escena que después de una crisis entre Teodoro y la máquina, esta le dice ha experimentado nueva sensaciones y ahora está conectada con 8.316 usuarios y enamorada de 641. El amor líquido es un objeto de consumo que no conoce lo que es la fidelidad, el sacrificio por el otro ni la entrega. Solo importa el yo individual en un incesante fluir y gozar de experiencias sensibles, furtiva, momentáneas y fugaces.

La película hace una gran reflexión sobre la soledad de la era moderna en la que cada cual vive “conectado” a un vació que aleja de las personas reales, alternándolo con bellas imágenes de la noche, la ciudad, los edificios. Miles de personas en sus hogares, pero aisladas, solas. El gran dominio de la técnica video clip del directo le vale para retratar con sensibilidad y cierta nota de tristeza esta situación.

Y por supuesto uno de los mejores trabaos de Joaquín Phoenix, encarnando el hombre posmoderno por excelencia, desencantado, frustrado, adicto a lo digital, eludiendo el compromiso, inmerso en la lógica consumista de los desechable en la que cuando ya no funciona la relación, cambia la pareja por las redes.
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Escenas en una galería
Escenas en una galería (1991)
  • 5,7
    1.286
  • Estados Unidos Paul Mazursky
  • Woody Allen, Bette Midler, Bill Irwin ...
7
Matrimonio compulsivo
Paul Mazursky, cineasta neoyorkino y nieto de ucranianos, parecía el director idóneo para dirigir a Woody Allen y a la gran Bette Midler en una película acerca de un matrimonio en plena crisis matrimonial, y que son dos actores a los que sus personajes le van como el anillo al dedo. Logran trasmitir una química hipocóndrica.

“Escenas en una galería” transcurre en el interior de unos grandes almacenes durante una mañana intensa. El guión escrito por el pripio director Mazursky y por Roger L. Simon, fue concebido pensando en los dos actores, referentes del humor y la comedia. Aunque ciertamente en mi opinión se quedo corto. Es decir, podría haberle sacado muchísimo más partido a estos dos gigantes de la comedia.

La historia plantea una confesión recíproca de infidelidad durante una jornada de compras navideñas. A partir de las confidencias y el sentimiento de culpa, a los que siguen el reproche y las escenas ante todos los extraños que abarrotan el centro comercial.

Mazursky conduce a sus dos criaturas arriba y abajo de las escaleras menánicas, los mete en unos multicines donde proyectan Salaam Bombay de Mira Nair y terminan haciendo el amor y los devuelve a su rutinaria existencia, tras un periplo de gastos, quejas, llamadas telefónicas a los niños, despistes de regalos y automóvil y degustación de yogur en tarrina.

La película mantiene como continua tapiz una sutil punzada a la indiferencia con que los conyugues se dejan conducir en su cotidianidad. En el fondo, los dos personajes Deborah y Nick son las victimas de una atrabiliaria sociedad de consumo, despiadado campo cerrado en un que un matrimonio de tantos, digno de lastima, encadena para siempre a sus miembros a un sistema de diseño familiar que el mundo impone a cada individuo uniformándolo todo, incluso el adulterio.
Escenas en un galería es un film que se ve con agrado, un espejo en el que muchas pareas podrán sorprenderse contemplándose
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hijos de papá
Hijos de papá (1980)
  • 3,8
    137
  • España Rafael Gil
  • Irene Gutiérrez Caba, José Bódalo, Antonio Garisa ...
8
ABISMO GENERACIONAL
Estamos ante una de las mejores colaboraciones entre el escritor Vizcaíno Casas y el director Rafael Gil, y quizá de las más personales; "Hijos de papá". La tercera colaboración del director y el escritor.

La película se divide en dos partes: la primera en blanco y negro cuenta las andanzas de un grupo de jóvenes españoles en la segunda mitad de los años cuarenta; las estrecheces económicas, la devoción religiosa, el cabaré, el cine americano, el recato de las mujeres, la picardía de los chicos, los sacerdotes rígidos, Manolete… y la manifestación multitudinaria en la plaza de Oriente de 1946 en apoyo a Franco y en rechazo al aislamiento internacional de España.
Y la segunda mitad se desarrolla en 1978, cuando los jóvenes de 1946 son ya padres que han cumplido la cincuentena y se enfrentan a un mundo desconcertante, sobre todo por sus hijos, que hacen una vida muy diferente a la que ellos tuvieron. El desencanto, la falta de valores, la nostalgia por un pasado irrecuperable, las aventuras más graves de los jóvenes con las drogas y el sexo. La película lanza una pregunta: ¿Qué ha ocurrido con el relevo generacional? Los padres esforzados y sacrificados se dan cuenta que han tenido solo hijos de papá incapaces del menor sacrificio.

Aunque no todos serán así. Por fortuna, los padres tendrán ocasión de descubrir también sus propios fallos, sus errores, así como las virtudes que algunos de los jóvenes contemporáneos atesoran.
El segmento en blanco y negro (que incluye una escena de “El clavo”) tiene una fuerte carga de nostalgia y de reivindicación generacional, aunque esté envuelto en el humor característico de Vizcaíno Casas. La segunda parte en color, que se inicia con los protagonistas veraneando aburridos en Benicasim, posee el tono satírico y a ratos grotesco de los dos títulos anteriores.

Algunos aspectos de la juventud están descritos con mordacidad, sobre todo su incomprensible vacío existencial, tal vez fruto de una adolescencia demasiado cómoda. Pero el tiempo no pude detenerse, de ahí el contraste devastador entre la reunión en el casino del grupo de ancianos (magnifico Antonio Garisa), haciendo exactamente lo mismo que treinta años antes, y el ritmo vertiginoso de la vida actual, simbolizado en las fiestas de la discoteca y la canción que interpreta el grupo Charol.

Entre las diferencias generacionales se trasluce el simbólico mensaje: el respeto al pasado es imprescindible para encarar el futuro, sobre todo porque el presente de hoy se convertirá mañana en pasado y así sucesivamente.
Destacar al conjunto de portentosos actores que conforman el reparto, con el incomparable José Bódalo a la cabeza, bien secundado por Irene Gutiérrez Cava, Antonio Garisa, Florinda Chico, Fernando Sancho, Agustín González (encarnando a un chaquetero político muy propios de la época que pasa del partido Falange al partido Socialista), Alfonso del Real, Antonio Casas, Rafael Hernández… y una joven debutante Ana Obregón.

La película fue un enorme éxito que contradecía con el silencio de la critica . Quizá lo más que se le achacaron algunos fue la película pinta unos años cuarenta en exceso pulcros, en tanto que la nota esperpéntica a veces se vaya de la mano en la última fase de la historia. Pero aún así, no le falta sinceridad, convicción, y por supuesto, buen oficio cinematográfico del gran Rafael Gil.
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